4 † El amor es enfermizo.

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Un médico de profesión, Maxwell siempre era visto como un prodigio en su área de trabajo

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Un médico de profesión, Maxwell siempre era visto como un prodigio en su área de trabajo. Todos lo admiraban por sus espléndidas habilidades a la hora de operar, muy pocos eran los pacientes que no habían logrado salir con vida de una de sus intervenciones.

No importaba que tan grave o delicado fuese, el sabía que hacer, y lo hacía muy, muy bien.

Se había graduado hace ya unos diez años de la universidad de medicina, y había estado ejerciendo la profesión desde el primer momento que pisó afuera de su ex-institución educativa.

Con el tiempo empezó a ganar fama en el hospital donde trabajaba, lo cual le trajo ascensos, nuevos retos y una mejor paga, obviamente.

Pero eso no era del todo importante, pues había conocido a una enfermera con la cual tenía sus escapadas románticas tanto dentro, como fuera del hospital.

La vida de un hombre que se siente realizado: salva vidas y luego pasa tiempo con su amante.

Des-afortunadamente la vida tiene giros un tanto extraños.

Maxwell y su ya prometida novia viajaban de regreso luego de una cena romántica para celebrar su primer aniversario, tal vez fue porque estaban un poco ebrios y no podían manejar correctamente, o sólo fue un descuido, pero terminaron impactando contra otro coche.

Maxwell se encontraba golpeado, su cabeza sangraba pero dentro de todo se encontraba vivo.

La misma suerte no pasó por su novia. Ella no tenía puesto el cinturón, lo cual la había impulsado afuera del coche rompiendo el parabrisas y volando unos cuantos metros.

Maxwell como pudo salió del coche, no era seguro quedarse en él, al menos hasta comprobar si explotaría o algo.

Fue cojeando hasta llegar a su novia, ésta se encontraba yaciendo muerta a pocos metros de distancia.

Se arrodilló y lloró, lloró por horas hasta que finalmente llegó la ambulancia. En cuanto al otro conductor, murió en el choque junto a su mujer e hijos.

Maxwell sobrevivió, tal vez no quería haberlo hecho, pero lo hizo.

Había pasado tanto tiempo con su novia, pronto sería su esposa, y más doloroso fue cuando le revelaron que ella llevaba ya 2 meses de embarazo.

La pesadilla de una persona que buscaba formar una familia. Ahora sus sueños estaban hechos añicos, lo cual empezó a afectar su rendimiento en el trabajo.

Más y más pacientes iban muriendo luego de las operaciones, ya no era el mismo aclamado doctor Maxwell, ahora parecía más un incompetente, lo cual acabó en su despido.

Sin trabajo, ni familia, ni hijos, ¿qué más quedaba para un hombre que deseaba haber muerto luego del accidente?

Bueno... algo quedaba.

Decidió comenzar una vez más su vida, pero, no se lo notaba muy bien mentalmente.

Maxwell salió a conocer personas, y por unas obras del destino, acabo con una prostituta, y ebrio.

La llevó a su casa, la cual se había interesado por el tamaño de ésta, parecía ser alguien importante así que su paga no sería menor.

Pero de pronto siente un pinchazo en el cuello, y sus ojos se desvanecen por completo.

¿Qué hace Maxwell? Bueno, si su vida se perdió por completo al perder a su mujer, la traería devuelta a toda costa.

Había atado a la prostituta a una especie de mesa de operación en el sótano de su casa, tenía todo tipo de instrumentos a mano, como su propio consultorio privado.

Suéltame ya, maldito enfermo — Le gritaba desesperada, esto no era algún extraño fetiche, algo pasaba.

Veo que despertaste... no tengo más anestesia para ponerte, así que deberé hacer esto sin ella - Dijo mientras se acercaba con un bisturí.

Maxwell clavó el bisturí en el rostro de la mujer, la cual soltó alaridos de dolor infinito mientras el bajaba el cuchillo por su rostro, poco a poco, cortando la piel y asegurándose de que sea limpio, pese a que ella se movía con gran fiereza.

Ya casi... - Maxwell veía el rostro asustado y lleno de dolor, pero no podía oír los gritos y súplicas, perdió parte de su capacidad auditiva en el accidente.

Finalmente, le había removido el rostro a la chica, la cual estaba ya desmayada del dolor y con su carne viva sangrando y manchando el lugar.

Maxwell procedió a sacar de un congelador una bolsa negra, la cual al desatara tenía algo espeluznante: el rostro de su fallecida novia.

El lo había cortado y lo tenía listo para trasplantarlo a alguien más, claro sin tener en cuenta que ya tenía un estado avanzado de descomposición.

La prostituta tenía cocida en su cara un rostro con un aroma putrefacto, con partes verdes y que ni siquiera tenía párpados, pero a Maxwell le encantaba, tenía una vez más a su novia consigo.

La violó, la violó durante toda la noche, hasta que la pobre chica murió por la piel muerta de su rostro y la excesiva pérdida de sangre que le ocasionó su operación clandestina.

Finalmente, viendo que ya nada podía ser como lo era antes, Maxwell tomó el bisturí y se lo clavó en su arteria principal, sabiendo que éste sería su irremediable fin.

Cayó en el suelo de su sótano junto al cadáver de la prostituta, y allí, Maxwell finalmente murió, aunque realmente... el estuvo muerto en vida hace mucho tiempo...

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