celosilla I

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2019

—¿Qué es esta mierda? —exclamó Mimi mirando la pantalla de su móvil.

Ricky, sentado a su derecha, la observó con confusión mientras Ana y Roi seguían mirando la carta decidiendo qué pedir.

—¿Qué te pasa? —preguntó el mallorquín, acercándose a ella para intentar ver lo que había visto en su móvil.

La granadina lo giró para que su amigo pudiera verlo y Ricky se volvió a acomodar en su silla, restándole importancia con la mano.

—Ah, sí, últimamente se habla mucho de eso por redes. —comentó, con la expresión calmada. —En twitter ya los shippean y todo.

La carcajada que soltó Ricky no le hizo ni pizca de gracia a la rubia sentada a su izquierda.

—¿Pero es verdad? —insistió la granadina, que estaba intentando por todos los medios que su mente no divagara y llegase a conclusiones precipitadas.

—No creo. —contestó Roi, metiéndose en la conversación. Ana asintió, de acuerdo con sus palabras.

—Aunque, bueno. Ya sabéis cómo es Miriam. —comentó la canaria. —A lo mejor sí que es verdad y no dice nada porque, una de dos; o no le da importancia y solo se lo está tirando o llevan poco tiempo juntos y no quiere precipitarse.

Jurado que a Mimi le iba a explotar la cabeza de un momento a otro.

Había llegado el día anterior por la noche de Colombia y no había entrado a las redes sociales hasta que se sentaron en la mesa del restaurante que había reservado Roi, y claro, se encuentra con eso y una ya no sabe qué pensar.

Quería creer que era imposible, y ella confiaba mucho en Miriam, pero... Joder, le molestaba.

Le molestaba porque quería ser ella la que saliese en ese titular solo para que dejaran de emparejar a Miriam con todo lo que se mueve, no por otra cosa.

Y quizás estaba un poquillo celosa, llevaba cerca de tres semanas sin verla y lo primero que ve al volver es esto, porque ella estaba en Valladolid de concierto y llegaba a Madrid esa misma tarde.

También sabía que estaba muy liada con la grabaciones de La Voz, y eso sólo significaba una cosa: que pasaba mucho tiempo con él.

Que vale, que Pablo López no tenía la culpa, que seguramente sólo eran amigos, pero es que últimamente Mimi se encontraba demasiado insegura con el tema Miriam y a la mínima su mente no era capaz de no ponerse en lo peor.

—Yo no creo que sea verdad. —indagó Ricky, observando las fotos del concierto de Miriam en Madrid con detenimiento.

—Pero mira cómo lo mira... —señaló Roi, que se había levantado de su asiento para verlas también.

—Pero si Miriam mira así a todo el mundo. —rió la canaria. —En esta foto parece un bebé.

—Que no te escuche decirle eso. —se carcajeó Ricky. —Que a esta casi la arrastra de los pelos. —señaló, mirando a Mimi.

—Buah, pues ese beso ha estado cerca. —siguió el gallego. —Si no ha sido en toda la boca, vaya.

—¡Vale, ya está! —interrumpió Mimi, arrebatándole su móvil a Roi. —Venga, vamos a pedir ya que me quiero ir a mi casa a dormir.

—¿Y si quedamos esta noche para cenar y llamas a las Lolas? —sugirió Ricky, a quien le encantaba estar con las bailarinas.

—Miriam llega esta tarde, se lo podemos decir también. —apuntó Ana una vez hubieron pedido.

¿qué hacemos?  //  miriam²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora