UNO

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-         Es guapo -Niall finalmente se había animado a hablar.

Harry llevaba cinco minutos colocando en su lugar las nuevas paletas en forma de corazón mientras el rubio deambulaba a su alrededor y lo observaba de reojo con aquella mirada que prometía salirse con la suya.

Harry optó por ignorarlo y tarareó concentrado en su trabajo. Luego Niall se colocó al otro lado del estante y sonrió de forma amplia con los brazos cruzados y la barbilla descansando sobre el dorso de sus manos. 

-         ¿Tienes un nuevo vecino? -cuestionó Harry con inocencia.

-         Vamos, sabes a qué me refiero.

-         No, no lo sé -negó, colocando la última paleta en su lugar. 

Sintió los pasos de su amigo tras él incluso hasta dentro del depósito, donde se deshizo de las cajas ya vacías de mercancía.

-         El chico del mensaje –gruñó Niall, molesto por tener que aclararlo.

Sonrió antes de voltear hacia Niall y pasarlo de largo para regresar a su puesto. 

Sabía que aquel era el motivo de aquella persecución, llevaba el arrugado papel en su bolsillo trasero desde hace dos semanas y estaba sorprendido que su conversación sobre el tema haya demorado tanto tiempo.

Se encogió de hombros como respuesta, no había visto al misterioso chico y tampoco se puso en contacto con él.

-         ¿Qué? –Niall se le colocó delante y obstruyó su paso-. ¿No has hablado con él?

-         ¿Debo hacerlo?

-         ¡Por Dios, Harry! Si yo tuviera un admirador secreto, habría hecho hasta volantes para pegar por la ciudad.

-         Eso es porque tú no sabes lo que es poseer sentido común.

-         No me ofendes –negó, suavizando su expresión-. Lo hago por ti. Él parecía un buen chico, muy seguro de lo que hacía y muy guapo.

-         ¿Cómo sabes que no es un psicópata? -cuestionó. 

Niall giró los ojos con fastidio.

-         Claro, lo es y te deja su móvil para que luego te sea fácil localizarlo desde la comisaría.

-         Si estaba tan seguro de esto, ¿por qué no se acercó hasta mí?

-         ¿Porque así es más romántico?

-         Niall –se quejó, logrando finalmente esquivar su cuerpo-. Es tu turno –canturreó mientras señalaba a dos pequeñas niñas y su madre en la parte delantera de la tienda.

Se internó en el rincón más alejado del rubio y su escrutadora mirada.

Tomó el rectángulo rosado entre sus manos para observarlo con ansiedad. Eran incontables las veces que tecleó en su móvil, borró el mensaje y arrojó lejos el aparato.

Admitía que entablar una relación por mensajería llamaba su atención. Ser tú mismo en un diálogo anónimo con una persona, sin padecer los nervios que conlleva hacerlo cara a cara, era tentador. Sin embargo, no podía evitar pensar en el motivo para proceder de aquella forma.

Harry era abiertamente homosexual y no había sido fácil. Costó rechazos, humillaciones, años de sufrimiento y aceptación... Pero ahí estaba, orgulloso de quién era.

Que un chico le enviara una confesión anónima lo llevaba a pensar que deseaba esconderse y él había optado por terminar con aquellas relaciones hace mucho tiempo. 

No iba a sufrir por ningún cobarde más. Respetaba profundamente los tiempos de cada persona, pero se negaba a seguir siendo el sucio secreto de alguien. 

Pero entonces, ¿por qué conservaba el papel?

Lo agitó en el aire y mordió su labio con indecisión.

"Bonito papel, ¿son las princesas de Disney sonriendo en la parte inferior?"

Pulsó enviar sin mirar y devolvió ambos objetos a lo más profundo de sus pantalones. Agradeció que su horario laboral acabara de finalizar.

Desprendió su delantal y lo estampó sobre el rostro de Niall para no darle tiempo a hablar.

-         ¡Nos vemos mañana, Ni, te amo!

Se alejó entre risas e ignoró los insultos de su amigo. Colocó sus audífonos con el propósito de evitar pensar en si su móvil vibraba o no de camino a casa.

No lo hizo y creyó que jamás lo haría después de haberse tardado tanto en contestar.

Lo más probable era que el chico ya no lo recordaba o simplemente no le importaba tanto como aparentaba. Después de todo, si realmente quería conocerlo, podría haber ido por él a la tienda.

Salió de la ducha convencido en acostarse y no despertar hasta la mañana siguiente. No esperaba encontrarse con la pantalla de su móvil iluminada con cuatro mensajes nuevos.

"Respondiste..."

"Creí que nunca lo harías"

"¡Oye! ¡No era mío!"

"Hola :) x" 

——- xxx ——- 

Me duele un brazo, y hace poco me dolía la cabeza por lo cual tomé un remedio y sucede que además de quitar el dolor da sueño, por lo cual en este momento escribo por inercia... Sumando que son las 3.44 am... Bueno, la cosa es que fue lo mejor que pude hacer :) Y a nadie le importa esto, además de que pocos lo leen... Si estás leyendo esto pone pizza al final de tu comentario, si no comentas nada porque sos ortiva pone pizza solo. *nadie pone pizza, nadie comenta, nació fracasada* 


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