Fase uno

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Lo mejor de mi vida


De verdad que era una cobarde.

O tal vez estúpida la definiría mejor.

Ya perdió la cuenta del tiempo que llevaba ahí.

Es decir, ¿por qué estaba ahí en primer lugar? Sola en aquél parque, junto a la luna, las estrellas y la nieve un 24 de diciembre cuando una persona importante la estaba esperando en casa.

Esperaba por ella y la respuesta que prometió dar.

¡Vamos! Tenía 27 años y se comportaba como una adolescente confundida y miedosa. Y lo peor de todo, es que su preocupación no es tanto por ella, sino por él. De seguro le esta haciendo daño en su espera, de seguro reunió mucho valor como para pedirle algo así cerca de Navidad, confiando en que le diría que sí... Confiando en que lo ama.

Ella lo ama, eso está clarísimo. Está segura de sus sentimientos y los tiene bastante claros. Está segura que por él daría todo de sí misma.

Entonces, ¿por qué no le pudo dar el “sí”?

—Eres un desastre, Elsa.— suspiró hablando consigo misma, apenada de su actuar, y sin poder decidir sobre si dar el gran paso de su vida.

Era Noche Buena, tendría que estar en su casa a pesar de todo y ella está ahí sola. Tendría que ir a casa y disfrutar de la alegre festividad con él y ella estaba ahí sola... Era Noche Buena y probablemente le rompió el corazón a Jack.

¿Tendría miedo? Sí, tal vez eso sea, tendría miedo de cambiar todo lo bonito que tienen juntos. Tendrá miedo de arruinarlo y perderlo todo.

Porque ella es un desastre y lo está demostrando justo ahora.

Sí, esa es la verdad. Tiene miedo de hecharlo a perder y que todo lo que tuvo con Jack se pierda.

Dió de nueva cuenta otro suspiro, y comenzó a columpiarse en el columpio morado de aquél parque, sin nada que hacer además de pensar en su futuro y culparse.

Ella lo ama y tal vez fue lo mejor que le pasó en la vida.

La supo entender y apreciar cuando fue tan huraña con él. La supo amar con todos sus defectos, le hizo ver el mundo de una manera distinta, le sacó varias risas cuando estaba deprimida. Él sacaba lo mejor de ella definitivamente, y le enseñaba nuevas cosas y nuevas sensaciones.

Cómo olvidar cuando llegó a su vida hace tres años. Elsa lo considera y lo considerará siempre como una hermosa casualidad.

Jack en cambio es un romántico que cree en el destino y esas cosas. Él lo considera como un designio de la luna.

“—Créeme cuando te digo que la luna quiso que nos conociéramos, Elsa. Y si no fue él, alguna otra fuerza del universo, da igual. De alguna u otra forma yo te iba a conocer.”

“Y me iba a enamorar de ti.”

Sin poder evitarlo rió ante su recuerdo. Siempre le pareció curioso y gracioso la forma en que lo veía Jack, pero debía admitir lo hermoso y romántico que sonaba. Y eso le encantaba.

Ella nunca fue de cosas tan cursis, pero Jack siempre la hacía morirse de ternura.

Dirigió su mirada azulina hacia la luna que resplandecía en el cielo, ahora se sentía peor al no haberle dado una respuesta afirmativa a su amado peliblanco. Él parece ser mucho para ella, no se lo merece.

Se levantó del columpio, ya no retrasará lo inevitable, pues Jack merece su respuesta. Regresaría a casa y hablaría con él, sobre como se siente ella, sus pensamientos, y sobre todo cómo se siente él ahora, pues de verdad se arrepiente haberlo dejado así.

𝗖𝗮𝗹𝗶𝗱𝗲𝘇 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲 𝗹𝗮 𝗻𝗶𝗲𝘃𝗲 ⚘ CLJelsa3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora