5. Capítulo.

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Mi despertador sonó, haciéndome abrir los ojos y maldecir. No me gustaba madrugar.

Me levante sin ganas y me vestí. Me puse unos jeans granates, unas botas marrones bajas, un jersey beige y un fular marrón. [Foto Multimedia]

Esta vez, si desayune. Salí con tiempo de casa, después de darle dos besos a mis padres. Baje andando por las escaleras. Salí de el portal y fui hacia mi parada.

No quería aceptarlo, pero estaba nerviosa. Tenia que ir al aparcamiento, a por mi zapatilla. El aparcamiento, era el sitio de los populares. Donde quedaban todos los recreos y antes de empezar clase. Donde organizaban las peleas, tenían relaciones y todas esas cosas que hacían los adolescentes.

Me senté junto a Evelyn. Nunca había tenido una conversación con ella. Por lo que sabia, era una nerd. Aunque no lo pareciese. Llevaba gafas, si, pero tenia unos ojos azules muy bonitos detrás y un pelo rubio espectacular. Había que aceptar que era guapa y muy amable. Llevaba unos cinco años, sentándome al lado suyo en el autobús.

Le sonrei, no quería hablar, pero quería ser amable y agradecerle con una sonrisa, por acompañarme en el bus a pesar de que no nos conocíamos.

Ya en frente de mi colegio, suspire y camine directo a los aparcamientos. A medida que me iba acercando, la gente iba despareciendo. Cuando me acerqué, no vi rast a Hunter.

Este me ha mentido.

Un ruido a motor llamo mi atención. Un coche Audi negro entro por el estacionamiento. De repente, ese gran coche, se paro delante mio. La ventanilla se bajó y de ahí, pude ver a Connor.

- ¿Summer, que haces aquí?- dijo. Miré dentro de su coche disimuladamente, para asegurarme que no había nadie.

- Vine a buscar mi zapatilla.

- La que me tiraste.- dijo seguido.

- La que te tire. Pero te lo merecias.- dije cruzandome de brazos.

Connor, miro sobre mi hombro. Se quedó mirando un rato y después se despidió, arrancándo el auto.

Seguí en el mismo sitio esperando. Parecía que Hunter me había mentido. Me cago en todos sus antepasados. Estaba cansada de esperar y el timbre sonaría enseguida. Así que, dejando atrás el aparcamiento, ande hacia clase.

Por el camino, como era lo mas habitual, la gente tropezaba conmigo. Sin, tan siquiera, fijarse en mi ser. Pasaban de largo, como cuando te chocas con una papelera, que sales corriendo para hacer que no ha pasado nada. ¿Que? ¿Nunca os ha pasado? Porque a mi si y muchas veces.

Ya alejada de el muchedumbre de alumnos, entre al aula de matemática. Mi sitio, vacío en el cual me senté, estaba sin silla. Que perfecto, oye. Notar mi ironía.

Deje los libros en la mesa, junto a mi estuche y la agenda. Fije al rededor de la aula, dispuesta ha encontrar alguna libre y marginada en algún lado. Encontré una al lado de un grupo de marginados, al igual que mi silla. Que cómico.

A ultima hora, estaba exhausta. Mi día había ido cada vez a peor. Empezó con la silla, algo simple. Hasta llegar a que en clase de química, la rana que tenia que destripar, estaría viva y me saltara a la cara. Pero aun peor, la gente; que es muy malvada, tiene cámara con grabación. Y lo demás, ya os lo imagináis.

< La rana salta caras.> 5.000.000 de visitas.

Y cuando me quejaba de ser invisible, justo tiene que pasarme algo así. Pase de ser, la chica invisible a campo de aterrizaje.

Gilipollas todos. Cada semana van burlándose de alguno. Que vida mas aburrida tienen que tener. Aunque, pensando un poco, soy igual. Soy cotilla, pero no me voy burlando de la gente por lo que me entero. Aunque pueda...

Y esa es la cuestión. Si quiero vengarme, tengo una arma de guerra muuuuuuy amplia, para todo tipo de espectadores. Guardada bajo llave, para poder usarla. ¿En momentos desesperados, medidas desesperada; no? O eso se suele decir.

Aunque no me ha llegado el momento de sacarlas a combate, se que enseguida llegara. Y yo estaré más que preparada. Tanto, que les pillare desapercibidos a todos. *Risa malicna*

Pero de mientras, estoy mas que perfecta. Solitaria, sin lágrimas que derramar por nadie. Sin decepciones de amistades. ¿Que mas pedir?

Si, como suelen decir; mejor sola que mal acompañada.

Dándome cuenta, se me esta yendo mucho eso de decir todo refranes. Aunque siendo sincera, no me se mas. Pero chs callaros.

Baje de el bus y cuando llegue a casa, tire la mochila en la cama.

- ¡Mama!- grite, a lo que no oí sonido de respuesta.

¡Sola en casa, fieston! Mentira, estar tumbada en el sofá leiendo no es fieston, es verdad. Pero le falta poco. Bueno, puede que no. Dejarme soñar.

Mi libro, el cual estaba en la mesa de la sala de estar, estaba abierto. Raro. Mire en la zona abierta y fue ahí cuando vi una nota.

< Cariño, soy tu madre. Quien va a ser sino? Da igual, hoy no llego para cenar. Tu padre y yo nos vamos a un hotel a pasar la noche. Ya lo entenderás porque cuando seas mayor. Te queremos.

Pd: tienes comida en la nevera. Son salchichas, no te emociones.>

Conejos. Siempre se van a lo mismo. Y lo peor es que se creen que no se que van a comprarme un conejo. Estúpidos.

Es broma, van a follar. Por si no sabéis.

Otra noche mas sola. Otra mas, si. No es la primera vez que lo han echo. Y sabes lo peor, que luego lo comentan toda la semana. Si, me suelo enterar de todas las posturas de el kamasutra que practican. ¡Asqueroso!

Una Sombra Mas Bajo La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora