El hombre en el espejo

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Un papel de apariencia arrugada y vieja, lleno de letras temblorosas, contiene el siguiente texto:

"El cuarto está oscuro ahora. No puedo ver nada detrás de mí, ni a los lados, sólo al frente. Lo único que diviso es el gran espejo justo delante de mi cuerpo, mostrando mi reflejo completo. Un espejo sin bordes de ningún tipo, más parecido a un simple trozo de vidrio colgando en el vacío.

El frío que me rodea es compañero perfecto de la lúgubre penumbra y del pesado silencio, que juntos hacen del aire una masa cálida e irritante. No es la primera vez que estoy en esta situación, pero esta vez hay algo diferente. El reflejo delante de mí se ve de alguna forma... extraño, distinto. No parece ser el mismo que he visto las veces anteriores. El hombre en el espejo parece ser otra persona.

Pero no, no es así. Soy yo. Levanto mi mano y el reflejo me sigue. Hago una mueca y es imitada a la perfección. Soy yo. Entonces, ¿Por qué me veo distinto? Miro con atención mi cara, mis facciones, mis ojos. Hay algo en los ojos, sí. Me acerco un poco más, despacio, pero estando a centímetros del espejo, una distorsión en el reflejo me produce un sobresalto. ¿Los ojos parecieron dirigir la mirada a otro lado? No, eso es imposible. Debe ser mi locura que va avanzando, ¿Por qué me asustaría con mi propio rostro?.

Pero, ¿Es este de verdad mi rostro? No dejo de pensar que se ve distinto. Mientras concentro la vista ocurre otra distorsión. Esta vez estoy seguro de que no es en mi mente. El reflejo se movió. Vuelvo a ver al espejo y una sombra extraña cubre mi cara con su oscuridad, pero cuando se retira, lo que veo me llena de gran temor. Es mi cara, pero sólo la mitad. EL otro lado del rostro es una cara completamente desconocida para mí. ¿Quién es ese hombre de piel pálida y ojos vacíos? Su temible mirada me congela la sangre.

Vuelvo a llevar la mano al rostro desconocido y el reflejo hace lo mismo. ¿Soy yo? Un parpadeo, dos, tres. El reflejo me sigue imitando sin errores. ¿Es esa de verdad mi cara? ¿Cuál de las dos partes que veo es mi cara? Involuntariamente siento una tibia lagrima bajar por mi mejilla, quizá por miedo o quizá por tristeza. Lloro por el hombre en el espejo y su triste mirada que no transmite más que dolor. ¿O es el quien llora por mí? Su mirada no se mueve. Pero de pronto parece sonreír. ¿¡Que!? ¿Acaba de sonreír?

Al ver esto no pude evitar soltar un golpe al espejo movido por el miedo. Ahora mi mano duele, siento cómo sangra. El espejo se parte en varios fragmentos, y el reflejo aparece multiplicado y difuso, pero ahora no hay rastro de mi cara. Luego de una violenta sacudida en el reflejo, sólo queda ese terrorífico hombre de mirada triste y ahora furiosa.

Su cara, mi cara, ahora está cubierta de sangre. No debí llevarme la ensangrentada mano a la cabeza. El terror me llevó a querer ocultar mi rostro para escapar de aquella penetrante mirada. Ahora hay en mi rostro un manto de sangre, oscuridad, dolor, miedo. No pude moverme por unos segundos, el miedo me paralizaba. Pero tan pronto como pude empujé el espejo, apartándolo de mi vista, el cual desapareció sin dejar rastro. Nunca más volveré a ver uno en mi vida. Pero no sé qué me da más miedo. Lo que acaba de suceder, o el hecho de que no hay ni ha habido nunca un espejo en esta sala, estoy seguro."

La última Tinta rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora