- ¿Recuerdas todos los días que hablábamos sin parar?
» La factura del teléfono era increíblemente cara.
» Todo se frenó de repente, por otra persona.
» Y nunca supimos recuperarlo de vuelta.
» A tí, Hache.
Me quedaban tan pocas fuerzas en los músculos que no sabía como sujetarme a mí misma. Menos mal que era un baño pequeño y las paredes estaban relativamente cerca.