Capitulo 3.

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Pones, doblas, cortas, cinta y moño.

Pones, doblas, cortas, cinta y moño.

Pones, doblas, cortas, cinta y moño.

Es quince de diciembre, cada vez la espera era menor para el mejor día del año y este año, presentía que podía ser el mejor de todos pues sería la primera vez que pasaríamos la navidad con mi tía Luisa y el tío Timothy. Además solo faltaban nueve días para poder ver a mis pequeños ángeles los cuales no había visto desde hace un mes, recordaba muy bien la visita pues fue muy divertida y entretenida en todos los aspectos ya que la mayoría de los pequeños son muy ocurrentes aun teniendo más de 13 años.

Las monjas, unas mujeres de unos cuarenta años con aspecto demasiado conservado para ser sinceros, eran las encargadas de todos mis pequeños angelitos, regularmente me mandaban mensajes rogando que fuera a ver a los chiquillos desesperados que extrañaban ver a su "Hermana mayor", yo había sido bautizada de esa forma gracias a que yo cuidaba de todos como una hermana mayor, como hacia Luke conmigo aunque peleáramos de forma tan regular.

Su último mensaje venia junto a una foto de todos los pequeños, todos sonreían a mas no poder sabiendo para quien iba a ser enviada aquella foto. También venia en el mensaje cuanto me extrañaban aquellos pequeños, añoraban a Joanna la chica de 17 años que caminaba por las calles soñando, imaginando un mundo mejor para todos, tratando de aportar más que un granito de arena al mundo.

No añoraban a la capitana risas, la chica súper confiada que nunca lloraría frente a nadie, defiende a las personas como si en verdad fuera una superhéroe la cual su némesis era la tristeza pero ¿Cómo se lucha con la tristeza, si eres portadora de ella? Ellos no necesitaban a la capitana risas, se emocionaban con solo ver a la chica Joanna entrando al pequeño orfanato con regalos para todos los pequeños y a veces llevando algunos para las monjas.

-Joanna deberías descansar cielo –Murmuro mi tía con una débil sonrisa haciendo que yo le devolviera la leve sonrisa para tratar de tranquilizar a la hermana de mi progenitora.

Había pasado dos horas envolviendo regalos, haciendo lo mismo parando solo para hacer mis necesidades o tomar agua, pero por mucho que me estuviera esforzando faltaban al menos la mitad de todos los regalos haciendo que mis ánimos bajaran aún más. Hoy tuve otra pelea con Luke por la estúpida carrera de esta noche que estaba haciéndome preocupar, entre a su recamara enojada y grite, el solo se mantenía callado mirándome hacer la rabieta hasta que yo termine de gritar.

-Basta Joanna –Murmuro el con voz profunda y muy calmada haciendo que me alarmara.

Él no era el tipo de persona la cual se mantenía en calma cuando alguien le gritaba, había buscado hacerlo explotar como siempre hacia para que no fuera a la carrera. Esta vez mi método no había funcionado.

-Eres un imbécil, estoy harta de cubrirte Luke –Volví a gritar mientras las lágrimas trataban de salir.

Estaba furiosa con él, era un idiota que el cual era mi hermano mayor pero no significaba que debía obedecerlo o cubrirlo obligatoriamente, él pensaba que podía controlarme pero nadie podía controlarme y se lo iba a soltar todo.

-Eres un maldito adicto a las carreras, eres un estúpido mujeriego que no sirve para nada –Grite aún más fuerte pero cuando me di cuenta Luke ya me había sacado de su recamara y había cerrado la puerta con candado.

Desde ese momento él y yo, no habíamos hablado por la estúpida pelea y estaba extremadamente enojada para ser yo la que pidiera perdón esta vez. Luke podía ser mi hermano pero a veces se comportaba como un completo aún más que el tonto de Louis, a veces Luke podía ser exageradamente infantil agregando que la única forma de que los dos peleáramos, el tema de oro siempre era sus malditas carreras o las tan comunes peleas para ganar dinero ilegal.

Siempre yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora