Capítulo 23- El banquete.

1.1K 124 17
                                    

Siento no haber subido cuando debía (es decir, ayer) pero ya lo tenéis aquí. Gracias a todos los que votáis y comentáis sois lo más. Day :D

***

Un frío helador susurra y se pasea sobre mi nariz y mis orejas, provocándome un escalofrío. Intento entrar en calor, haciendo fricción, mientras camino con la vista puesta en el horizonte blanco e infinito. La nieve me llega por las rodillas, y tengo todo el cuerpo entumecido, los labios azules y los dedos temblorosos. Poco queda de nuestra comida, y no hago más que beber hielo y nieve descongelado a duras penas. Por suerte, Kenai logró coger su red antes de que comenzara a nevar, así que con ello tenemos mis espadas y el tridente, más esta red. Nada más.

Kenai no está mucho mejor. A pesar de que fue ayer mismo cuando empezó a nevar, esta misma mañana todo estaba así; cubierto por una manta blanca helada. No hay demasiados árboles, salvo algunos pinos cubiertos de nieve, pero sin piñas. 

Pasamos la mayor parte de la mañana andando, buscando un fin a este páramo helado, y todo me recuerda demasiado a cuando estaba perdida en el desierto, salvo que aquí me muero de frío. Kenai y yo vamos en silencio, hasta que una voz conocida interrumpe nuestro caminar y nos hace levantar la cabeza. 

A pesar de que no es de noche, el símbolo del Capitolio brilla en el cielo, pero no se ve demasiado debido a la claridad del sol. Sin embargo, la voz de Claudius Templesmith se oye claramente en todo lugar. Lo primero que hace es saludarnos:

 –Saludos tributos supervivientes. Como -obviamente- habéis notado, ha habido un cambio en la arena que no os favorece nada, ya que vuestro vestuario estaba ideado para soportar el calor, no el frío extremo. Por tanto, sé que os vendría muy bien... algo mejor, para manteneros calientes. 

Miro a Kenai y alzo una ceja. Él se encoge de hombros, y vuelve a posar su vista sobre el símbolo del Capitolio que aún brilla en el cielo. 

–Por tanto, quiero invitaros a un banquete que tendrá lugar en la Cornucopia esta misma tarde. En ella, habrá 7 bolsas enumeradas según el distrito -de color blanco para chica y negro en el de chico, en el caso del Distrito 1-, donde encontraréis abrigo y demás para poder soportar las temperaturas tan bajas que se presentan. Pero no sólo eso os vamos a ofrecer, tributos de los sexagésimo sextos Juegos del Hambre– hace una pausa dramática, y después anuncia con alegría–. También habrá comida, bebida, y mecheros escondidos a lo largo y ancho de la ciudad derruida de la Cornucopia. 

Kenai y yo celebramos entre susurros, pero Claudius no ha terminado, sino que nos da instrucciones claras acerca de cómo llegar y cómo va a ser. En cuanto termina, el himno suena de nuevo, y mi aliado y yo nos quedamos en silencio durante unos segundos. 

–Hay que ir– me asegura Kenai, mientras se apoya sobre un tronco semi congelado de lo que creo que es un pino. Poco quedan ya de sus hojas, y esta cubierto de nieve y escarcha.

–Por supuesto– contesto, poniendo los ojos en blanco. Como si tuviéramos otra opción–. Sin embargo, debemos prepararnos para cualquier cosa que nos podamos encontrar. Y con eso me refiero a...

Destino: Los Juegos del Hambre. {Hunger Games Fanfic}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora