01

823 46 53
                                    

Me encontraba corriendo por la calle hasta donde mis piernas me permitían, estaba por llegar tarde a la escuela y no quería llevarme una anotación de nuevo, mucho menos una sanción. No era la primera vez que sucedía esto. Al llegar fui directo a mi salón sin importarme nada, algunos de mis amigos me saludaron, pero no hice caso.

Solo fui directo a mi salón, no quería encontrarme con el profesor de matemáticas Springtrap. Por suerte no fue así, por otro lado, a primera hora tenía clase con él. Estaba molesto con él, siempre terminaba siendo regañado por su culpa.

El timbre sonó, los otros compañeros entraron al salón y poco tiempo después llego el maestro. Solté un suspiro, su mirada se clavó en mí, aparte la mirada y vi hacia la ventana. Apoyando mi cabeza sobre mi mano, mientras mi codo estaba apoyado sobre mi pupitre.

La clase comenzó, no preste mucha atención tampoco me interesaba y tal vez era por eso que terminaba sin entender la clase de matemáticas. Mientras el profesor había salido un momento a quien sabe dónde había dejado algunos ejercicios. Vi mis apuntes una y otra vez sin lograr comprender absolutamente nada. Miré a todo el salón buscando a alguien a quien poder pedirle ayuda, no me relacionaba con casi nadie y a quienes conocía bien estaban con otras personas, maldita timidez, si no fuese por esa extraña timidez me hubiese acercado a ellos.

Leí y releí una parte de mis apuntes, utilizando de ejemplo el ejercicio en la pizarra, no sabía si estaba bien o mal, pero echando a perder se aprende ¿no? Además, no quería que me llamasen la atención por no completar la actividad y mucho menos perder puntos. Terminé los ejercicios, o casi, algunos estaban a medias, golpeé mi frente contra el pupitre varias veces hasta que un compañero se acercó a mí, estaba profundamente agradecido, me ayudó a terminar los ejercicios que me faltaban, nos llevamos bastante bien por lo que se quedó junto a mí.

Hasta que el profesor entro, pidió disculpas por la demora y siguió dando la clase, los minutos parecían horas, ya quería que sonara el maldito timbre. Las cosas pasaron de ser divertidas a ser totalmente aburridas, volví a golpear mi frente contra el pupitre refunfuñando, llamé la atención de varios incluso del profesor. Trágame tierra... Y cuando por fin había sonado el timbre el profesor habló antes de que los todos saliéramos.

— Por favor entreguen sus cuadernos antes de salir...

Yo fui el último en ir a entregar mi cuaderno, cuando estaba por salir el profesor me llamó, me quedé estático unos momentos y salí corriendo, sabiendo perfectamente que el saldría tras de mí de todos modos. Llegué a la cafetería y me reuní con mi mejor amigo y mi primo.

— Hola Golden... —me saludó Bonnie, mi mejor amigo

— Hola.

— Hola... —Fred (Toy Freddy), mi primo habló está vez.

— Dime... ¿qué pasó con el profesor? —hablo Bonnie

- Cállate... —hice una pausa- termine recibiendo un regaño y anotación en mi registro por su culpa... —bufé. De todos modos, ¿a quién le importaba el registro? Exacto, a nadie.

— Hablando del rey de Roma —Fred señaló con la mirada hacia un costado.

Ahí estaba él y se dirigía hacia donde estábamos.

— Chicos... deséenme suerte... —salí rápidamente de ahí, llegué a escuchar un "suerte" de parte de ambos

Fui a la biblioteca donde entre en silencio, más calmado fui a donde estaban los libreros más alejados de donde estaban algunos alumnos, tome un libro y me senté en el suelo, lo vi cerca, creo que me vio, pero no se acercó lo vi irse y suspiré aliviado.

Barrera de Amor | PAUSA + CORRECCIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora