XII: {Cambio de Casa}

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{12/Enero/2018}

-¡JANE CULIA, VEN A AYUDARNOS!.-putie una y otra vez a Calum en mi mente mientras bajaba hacía el comedor, puedo decirles que esta weá parecía un zoológico y un chiquero, cajas por ahí, tres perros corriendo de un lado a otro y cuatro simios tratando de armar un mueble para la tele.

-Chiquillos.- los llamé cuando baje las escaleras, los cuatro me quedaron viendo y sus rostros estaban empapados de sudor.- No podemos tener tres perros, se hace más chico el espacio y el patio de atrás no es muy grande que digamos...

-Ah pero, le puedo decir a mi mamá que se lleve a la Petunia po. Yo no tengo problema.- Luke se levanto del piso pasando una de sus manos por su frente quitando algún rastro de sudor.- Ahí que el Michael y el negro vean que va a pasar con el Duke, y la Pelusa.

-Aweonao', acuérdate que a la Pelusa la atropellaron el año pasado después de que llegáramos de la gala.- Michael le tiró un pedazo de madera a Luke el cual golpeó sus pies.- Hiriente.

-Entonces, el Duke se queda po.- ahora saltó el Calum.

-¿Y de quién chucha es el otro perro que hay?.- pregunté apoyando mi lado derecho en la pared de la escalera.

-De la vecina, no sabemos como mierda entro.- Ash llegó a mi lado dejando un beso sobre mi mejilla, reí y pase mis brazos por su cintura.

-¿Se puede quedar la Petunia, entonces?.- al Luke le brillaron los ojitos cuando nos pregunto, Ash sonrío y asintió, Luke sonrío aún más y llamo a su perra que estaba webiando con el Duke en algún lado de la casa.- ¡PETUNIA, NO TE VAÍ A IR WACHITA!.

La perra de lomo café y su cara blanca con algunas manchas en su hocico, llego corriendo hacía Luke quien la esperaba con los brazos abiertos, Petunia se abalanzó hacía Luke lamiendo gran parte de su rostro, llevándose todo rastro de sudor.

-Ahh que rico, te limpió todo el sudor la perra.- Mike río viendo la escena de su pololo con su mascota.

-Creo que iré a ordenar nuestra pieza.- le susurré a Ashton dejando un beso en su mejilla, el castaño asintió riendo un poco y me soltó, subí las escaleras despacio y después corrí a nuestra habitación.

Teníamos la pieza más grande para nosotros, nos trajimos mi cama porque no teníamos plata para comprar una nueva, el clóset de un tono crema que combinaba con las paredes pintadas de un tono rosa pálido. Las decoraciones en las paredes eran mínimas pero en la pared que hacía en la cabecera de la cama teníamos unos stickers con nuestras iniciales en grande.

Me lancé sobre la cama ya que no había tenía que ordenar nada, porque termine justo cuando el negro culiao me llamo para bajar. Quede justo mirando al techo y siempre que me quedo así, empiezo a pensar en las cosas que me han pasado.

Estos últimos dos años han sido muy caóticos para mi, personas entraron y salieron de mi vida, como la Coni por ejemplo. No voy a negar que la sigo extrañando pero ahora ese sentimiento era mínimo, porque los chiquillos lo complementaban al igual que la Bahitiare.
Sentí unos pasitos hacía mi habitación y la puerta se abrió debido a que la empujaron. Pensé que la había cerrado por la chucha.

Volteé a ver y el Duke estaba tratando de subirse a mi cama pero no alcanzaba, pobrecito.

-Ay, Duke.- reí levantándome de la cama, tomándolo entre mis manos para subirlo. Cuando ya estaba arriba, empezó a mover su colita y se acurruco a mi lado, lamiendo mi brazo.- ¿Te retaron, acaso?.

el Duke solamente me observaba atento y en algunos momentos, ladeaba su cabeza tratando de entenderme, también me ladraba bajo como en respuesta a lo que le decía.

Soy la loca de los perros.

-¿Qué weá estaí haciendo, Jane?.- Mike entró con un pote de helado y dos cucharas, negué en respuesta dejando al Duke ahí mientras se seguía acomodando.- ¿Estabas hablando con el Duke?

-Es divertido hacerlo, sobre todo con este animal.- estire mi mano hacía la cabeza del canino, brindando pequeñas caricias.- Deberías intentarlo.

-No, gracias.- río tendiéndome una de las cucharas que trajo, la acepte y saqué un poco del helado que trajo mi mejor amigo.- Los chiquillos fueron a comprar cosas para almorzar.

-Eso significa, que solo fueron a comprar Pizza.- metí la cuchara con helado a mi boca, ganándome un guiño de ojo del Mike.

-Les dije que me quedaría contigo, la verdad no tengo muchas ganas de salir.- alzó sus hombros imitando mi acción, llevo la cuchara con helado a su boca. Ladeé mi cabeza en signo de pregunta con mi ceño levemente fruncido. Mike sonrío y tapo su boca con una de sus manos.- No estoy de ánimos.

-¿Peleaste con la rucia?.

-No, yo creo que la ansiedad me tiene así. Sin ganas de hacer algo u distraerme.

-Igual, hace caleta no te da un ataque.- alcé ambos hombros dejando la cuchara de lado.- Eso es bueno.

-Se ha presentado súper poco, pero igual es penca sentirse así.- Mike seguía comiendo helado, tire mi espalda hacía atrás apoyándola en el respaldo y coloque ambas manos sobre mi abdomen.

-¿Te da lata que nos despertemos a las cinco de la mañana solamente para calmarte?.- le pregunté a mi amigo teñido. Solo asintió.- Aweonao'.

-Trátame bien, conchetumare.- tomó una almohada que estaba al lado suyo y me la tiro en toda la cara, reí ante su acción.- Te estoy hablando en serio.

-Yo igual, Mike.- deje la almohada al lado del Duke y me acerque un poco a Michael.- No eres una molestia para nosotros, aún que tu creas eso. Dijimos que te íbamos a ayudar siempre y así será.

Vi una lágrima correr por la mejilla de Michael mientras mantenía su mirada sobre la mía, tratándome de decir que solamente quería estar bien, sin esa maldita ansiedad que lo esta carcomiendo por dentro y no lo deja ser feliz.

Detrás de ese chico medio rudo que todos conocemos, se esconde una persona tan débil que si sale al mundo, se quebraría en mil pedazos hasta hacerse añicos, Michael no es mucho de demostrar sus sentimientos y claro está, el chico tiene un caparazón tan duro que cuando se ablanda, queda la cagá y está vez, no es la excepción.

-Gracias por estar conmigo...- susurró entre un sollozo, coloque mis manos en sus mejillas tratando de acunar su cara la cual estaba empapada en lágrimas.

-Siempre lo estaré, nunca lo dudes.- dicho eso, acerque su cara a la mía para poder dejar un pequeño beso en la punta de su nariz. Mike sonrío con sus ojos rojos y me atrapó entre sus brazos formando un pequeño abrazo, capaz hace cuanto necesitaba esto el chico teñido.

Real Life ;;;; chilensisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora