Desinterés de la convicción humana

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Ningún reloj
marca mi horario

Sigo viendo a los demás
tomar merca para resistir
esta vida de mierda,
viendo que ellos
están más vacíos
que mi heladera

Ellos piensan en el suicidio,
pero después de media hora
están buscando
con quien coger
o pasar el rato.

Ninguna de las dos
son opciones válidas.
Me asombro,
lo veo por la ventana
de este piso,
oigo las disputas
entre las chicas trans
y sus clientes
por la madrugada.

¿Dónde están
los hombres en estado puro?

Había un joven genio,
que estudiaba bastante
y ahora está ahí abajo,
comprando merca
y consumiendo chicas baratas,
esas que vienen
de otras provincias,
las más humildes.

Prefiero el desinterés
y la otredad.

Poesía SurrealistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora