Porque según Haruto, él era muy heterosexual.
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↺ Historia totalmente mía.
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↺ Actualizaciones lentas.
↺ Treasure13.
↺ Haruto x J...
Con suma parsimonia enfocaba el rostro del japonés para después sacarle una fotografía mientras éste se ejercitaba en las clases de educación física. Aunque el trigueño debía de estar haciendo exactamente lo mismo no le apetecía en absoluto, así que sin más uso sus dotes de actuación para fingir que se encontraba enfermo consiguiendo así una autorización de 'descanso'.
Vaya descanso que estaba teniendo.
-¡Bu! -exclamó In Hong apareciendo por detrás, sorprendió tanto a su amigo que éste dejó caer la cámara en el acto.
-Mierda -murmuró Jeongwoo entre dientes inclinándose a recoger la cámara.
-Lo siento, bu -dijo el pelinegro rascando su nuca-. Prometo comprarte otra, ¿Si?
El mayor tuvo que resignarse y aceptar con sentida tristeza que aquel aparato no volvería a encender nunca más.
-Joder In Hong -espetó el trigueño llevándose ambas manos a la cabeza-. ¿Crees que no puedo comprarme otra acaso? Lo que me importaba era el material que había en ella, bobo.
In Hong hizo un puchero y se colocó al lado del contrario. Cuando miró en la misma dirección que Jeongwoo se percató de que éste observaba a Haruto.
-Vale vale, lo siento -el menor deslizó sus brazos por el cuello de Park-. Pero, también podrías verme a mí, soy hombre, ¿No?
-¿Qui-quién dijo que me gustan los hombres? -inquirió Jeongwoo ingresando al aula a toda prisa.
-Entonces, ¿Ustedes son heterosexuales? Cuéntame otro chiste, ese ya me lo sé.
-Yo nada más pienso que es un tantito apuesto, eso no me hace gay -dijo el trigueño cogiendo su móvil, quizás no tenía la cámara pero si el teléfono.
Salió a toda prisa sólo para contemplar como el mayor haciendo flexiones, ¿Cómo un japonés con cara de masita le podía poner así de mal?
-Ni siquiera en el súper veo carne tan buena -murmuró In Hong tratando de fastidiar al contrario-. Haru Dios griego, ágape de hombre, cuanto te amo.
-Stop -dijo el mayor chasqueando la lengua-. Esa es la carne que nunca te vas a comer, ve a buscar la tuya.
-Ya tengo el mío -contestó el pelinegro alzando ambas cejas.
-¿Quién será tal desafortunado?
-Tú -musitó en un hilo de voz lo suficientemente bajo como para no alcanzar a ser oído por el contrario.
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