「QUINCE」

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Haruto jaló del brazo a Jeongwoo y lo hizo entrar dentro de su casa, se sentía enojado y a la vez estúpido por sentirse así, no tenía porque importarle lo que hiciera el trigueño ni afectarle tampoco.

- Me estás lastimando. - Se quejó el menor casi sollozando. - No tendría que importarte en lo más mínimo lo que haga un gay como yo.

Abrió la puerta de su habitación y Jeongwoo se safo de su agarre cansado, como si fuera poco lo que le pasaba con In Hong, ahora el japonés estaba actuando por puro impulso y eso le dolía al menor porque estaba cansado de ese constante tira y afloja entre ambos.

- No quiero tus estúpidas lecciones, prefiero reprobar el trimestre a tener que soportar que me trates como mierda por ser gay, tonto heterosexual. - Reprochó pronunciando la última palabra con un tono diferente de voz. - ¡Me voy!

Salió dando un fuerte portazo, había una delgada línea entre querer a alguien y perder la dignidad por alguien, Jeongwoo sentía que ya había perdido toda la dignidad que tenía.

Caminó por ese largo pasillo enojado sintiendo unas inmensas ganas de llorar, ya había sido mucho del japonés para él; los pasos sonaban atrás de él y cuando iba a girar la perilla el mayor se puso delante de él bloqueándole el paso, lo estampó contra la pared y aunque fuera a lamentarlo tenía que dejar de ser tan borde. Jeongwoo creyó estar soñando cuando sintió los resecos labios del japonés chocando contra los suyos, pero no se quejó sino que cedió y disfrutó de aquel beso.

Al separarse ambos se miraron muy de cerca sin poder articular palabra alguna porque recuperaban el aire que les faltaba después de tremendo beso.

- Lo siento Park Jeongwoo. - Musitó Haruto dándose la vuelta. - No soy gay.

Y así Jeongwoo le vio desaparecer por aquel pasillo, ya está, habían vuelto a la misma rutina de siempre.

- ¿Cuándo podrás dejarte querer, chico heterosexual? - Preguntó al aire antes de negar con la cabeza y salir fuera, había sido un día muy cargado pero cuando salió no esperó encontrar a aquel chico mayor quien era castaño y muy amigo de Haruto.

- Hola. - Saludó Yoshinori amablemente y el menor sólo atinó a hacer una reverencia. - Oh, no hagas eso por favor, me haces sentir ridículamente viejo.

Ambos estallaron en carcajadas después de lo mencionado por el japonés.

- ¿Te apetece ir a tomar algo? - Preguntó quitándose la polera que llevaba, cuando el menor lo miró con detenimiento cayó en cuenta de que o todos los chicos de su escuela eran unas bellezas por naturaleza o se estaba volviendo más gay aún; aún así asintió.

A la vuelta de la esquina había un café donde el mayor bebió con prisa su malteada.

- ¿Mejor? - Cuestionó Yoshinori haciendo referencia al estado del trigueño quien apenas sorbía su jugo mixto.

- Sí, muchas gracias hyung. - Contestó cuando de pronto la curiosidad vino a él. - ¿Cómo conoces tan bien a Haruto? Parecen llevarse bien y siempre están tan cerca.

Yoshinori abrió su billetera y dejó el pago por su consumo más el del trigueño, no se iría sin antes responder.

- Conozco bien a la persona que amo, tan bien como la palma de mi mano. - Dijo en un hilo de voz dejando absorto al menor. - Sólo es que aún no he intentado conquistarle, porque si me lo propongo sé la manera en que debería de hacerlo; te di la oportunidad de atacar primero Jeongwoo, esperó que la hayas aprovechado.

El japonés se levantó y limpió la comisura de sus labios con una servilleta mientras el rostro del contrario palideció.

El japonés se levantó y limpió la comisura de sus labios con una servilleta mientras el rostro del contrario palideció

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