Tras la misteriosa desaparición de su padre, Jordan Scott se vio obligada a mudarse a Whitechapel, una pequeña ciudad situada en Canadá. Allí conoció a sus dos mejores amigos, Ethan y Benny, siendo este último el primer y único chico del cual se ena...
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<<¿Vestido horrendo o sudadera de Harry Potter super genial?>>
Alterné las prendas varias veces en mis manos hasta que por fin me decidí en usar la segunda opción. Acabé de peinarme, me calcé unas botas cómodas y bajé las escaleras jugueteando con mis llaves.
-¿A dónde crees que vas jovencita?- Me congelé al oír una voz conocida detrás mío-sin antes darle un abrazo a tu tía- añadió, extendiendo sus flameantes brazos en mi dirección.
Suspiré aliviada.-Lo siento, prometo volver temprano.- Correspondí a la muestra de afecto.
-Descuida, cielo. Yo me encargo de tu madre- musitó comprensiva. Mamá sólo me hubiera permitido ir a un lugar así, con la condición de que Ethan fuese conmigo.
-Gracias- dije casi susurrando.
-Ten cuidado y diviértete- se despidió la robusta mujer.
Me solté de aquel cariñoso pero igual de doloroso apretón, para finalmente emprender rumbo a la fiesta. En ese entonces, Whitechapel presumía de ser una ciudad muy segura, nada malo ocurría nunca, sin contar casos aislados. Por eso mismo, decidí desplazarme a pié. _________________________________
Nada pudo prepararme para lo que vi. En contra de todo pronóstico, necesité levantar la cabeza para ser capaz de apreciar en su extensión la gigantesca casa frente a nosotros.
-Sí... ¿cómo se supone que vamos a entrar?- Un hilo de música se oía distante.
-Dejáselo a Rorynator- tronó sus dedos y seguidamente presionó un botón negro que parecía ser el timbre.
-¿Contraseña?- demandó alguien intimidante al otro lado del aparato.
-O positivo- pronunció el flacucho, confiado.
<<¿Un tipo de sangre como contraseña? Que extraño, probablemente sean fans de Ocaso>>
No tuvimos que esperar mucho, ya que a los pocos segundos la inmensa puerta se abrió, cediéndonos el paso hacia un suntuoso y amplio jardín verde. _________________________________
Me hallaba sentada en un sofá de cuero sintético, cruzada de piernas y aburrida a más no poder.
<<Todo valdrá la pena a medianoche>> pensé mientras me tragaba mis problemas en forma de líquido rojo, más bien conocido como ponche. No faltaba tanto para la hora del buffet, sin embargo, era como si los minutos transcurrieran en cámara lenta.
Paseé mis ojos por el gran salón sin buscar nada específico, no contando con que me toparía a....<<¡¿Erica?!>>
Siendo el paradigma de la irresponsabilidad, la fanática de los vampiros bailaba despreocupada junto a un moreno de cabellera tupida. <<¿Qué rayos hace ella aquí? ¿Quién está cuidando a Jane?>>
