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Nada especial ocurrió el resto de la cena. Harry y yo compartíamos miradas incómodas de vez en cuando mientras Abby parloteaba como usualmente. Niall como siempre, estaba demasiado concentrado en devorar su hamburguesa como para tan siquiera dedicarme una segunda mirada. A pesar de que debería estar enfadada porque mi "novio" no me prestara atención, no podía hacer nada más que reírme de la forma sucia y desprolija con la que Niall masticaba.

—Permíteme —dije de la nada, tomando una de las servilletas de tela y pasándola por la comisura de los delgados labios de Niall, barriendo la mayonesa que había quedado embarrada en su mejilla.

Tal vez fue por el sincero y espontaneo momento romántico que había surgido entre nosotros que logré atrapar una expresión sorprendida en la pareja frente a mi, no pude evitar sonreír triunfante, dejando la servilleta de lado. Niall por otro lado, no parecía estar más tranquilo que los dos en los asientos contrarios; me miraba con sus aperlados ojos azules como si me hubiera crecido una segunda cabeza.

—¿No quieres un poco? —preguntó, empujando sus papas fritas hacia mí.

Sabía lo que le costaba a Niall compartir su comida, y el hecho de que intentara hacer un esfuerzo por una tonta cita falsa, realmente me ablandaba el corazón. No significaba que los impulsos de molestar a mi mejor amigo hubieran desaparecido por completo.

—Sí, por favor —respondí, tomando un gran puñado de papas y dejándolo en mi plato de pollo.

Niall tragó saliva con pesadez, no esperando esa respuesta. No podía protestar, pues era él quien me lo había ofrecido, pero tampoco parecía estar completamente bien con verme arrebatar comida de su plato. Sobre todo comida costosa.

—Y, Jude —comenzó Abby, revolviendo la ensalada en su plato— ¿Cómo te fue con tu padre? No escuché nada de ti mientras estuviste en América.

—¿Por qué será? —respondí para mí misma con sarcasmo, sin levantar la mirada de la mesa— Bien, supongo. Tuve que soportar a mi hermanastra todo el tiempo, así que no fue tan placentero estar en casa, pero conocí a personas interesantes cuando estuve afuera.

—¿Hermanastra? ¿Y cómo es ella?

Me encogí de hombros, llevándome una papita a la boca.

—Es una perra. Creo que tú y ella se llevarían bien.

Abby casi se ahoga con su vaso de limonada, limpiando los restos de agua que se resbalaban por su barbilla con la servilleta, que dejó de ser blanca al mancharse con sus restos de maquillaje. Miró a Harry con sus ojos cristalinos rebozando de furia, como si estuviera esperando a que él intercediera por ella.

Harry, parecía estar en un predicamento. No quería meterse en problemas conmigo por defender a Abby, al menos no después de lo sucedido fuera del baño, y tampoco quería meterse en problemas con Abby por mí. Podía notarlo con tan solo ver su mirada conflictuada.

Casi me hizo sentir mal... casi.

Creo que solo estaba confundiendo el remordimiento con un dolor de barriga que el pollo cocido me había provocado. Comencé a marearme ligeramente, como si la comida hubiera estado echada a perder.

—Luces pálida —anunció Niall— ¿te sientes bien?

Negué con la cabeza, dejando mis cubiertos sobre la mesa mientras me levantaba abruptamente.

—Necesito ir al baño —dije, arreglando mi falda.

—Está bien, pero no tardes mucho o iré a buscarte.

—¿Qué? Piensas que vas a encontrarme ahogada con la cabeza dentro del inodoro.

—Oye, eso solo me pasó una vez, y estaba muy ebrio.

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2019 ⏰

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Killing me softly; hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora