Tu Nueva Familia

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Gracias al nuevo suero que llevaba Hinata en la sangre su metabolismo sanaba rápidamente, haciendo así que pudiera salir del hospital acompañado de Daichi y Suga, con la recomendación de que lo trajeran una vez por semana para revisarlo.

Durante esos 2 días, los más mayores del equipo fueron a visitarlo reiteradas veces, en cambio, los de primero aún no lo habían visto. Suga reía internamente al pensar en la cara que pondrían al ver a Hinata así.

Antes de salir, Daichi ayudó a cambiarse a Hinata, puesto que este estaba muy feliz por poder salir y se movía mucho. El niño era un poco extraño, puesto que había estado llorando momentos atrás porque le daba miedo conocer al resto del equipo y Daichi tuvo que cargarlo y mecerlo durante un buen rato para que se calmará.

Suga estaba adelantando trabajo, como ambos tenían más de 18, su firma era válida para llevarse al niño como sus tutores legales. Pero, aún así, devia rellenar la hoja de datos del niño, de Daichi y los suyos.

Huvo problemas con Hinata mientras caminaban hacia la escuela. Ni Suga ni Daichi habían tenido en cuenta que el niño tenía las piernas cortas y que el camino era muy largo. Finalmente, con Hinata extasiado por la altura, Daichi acabó subiendo al niño a sus hombros. Mientras caminaban, los mayores iban comentando:

- A Shoyo le gustará Tsuki, estoy seguro de acabará cediendo y lo cargará él también.- Dijo Suga recordando la última conversación que tuvo con el de gafas, donde él Le había preguntado si algún día cogería a Hinata en brazos, quedando este extrañado y negando rotundamente. - El pequeño es la cosa más bonita que hay en esta tierra.

- Estoy de acuerdo, además, no pesa más que una fiambrera de comida, es muy ligero, debemos alimentarlo bien.

- Sí, pero recuerda la recomendación de la Doctora Yachu, también hay que darle mucha leche y evitarle el estrés, podría hacerle recordar el trauma de su casa en llamas, recuerda que cuando eso pasó aún recordaba su antigua vida.- Ellos aún no le habían contado a Hinata que sus padres estaban en coma, creían que el niño debía tenerles más confaianza para que ellos pudieran calmarle.

- ¿ Qué vía?- Preguntó Hinata habiendo escuchado parte de la conversación, aunque lo dijo mal.

- Nada peque, cosas de mayores- Dijo Suga bajando a Hinata de los hombros de su amigo y usando ese refrán que tanto molestaba a los niños. - Ya te lo contaremos en otro momento.

- Vale Sugamama.

- Ya hemos llegado- Anunció Daichi admirando la imponente escuela- Directos al gimnasio.

Hinata tomó las manos de Suga y Daichi y se fue corriendo, pero no contó con que su fuerza era bastante menor a la de los mayores, así que fue retenido rápidamente.

- Con tranquilidad Hinata, recuerda que el equipo aún no te conoce y podrías hacerte daño con una de las pelotas.

Hinata le miró asustado y, cuando estaban ya en la puerta del gimnasio, Hinata se soltó de sus nuevos tutores legales para esconderse detrás de ellos. La primera visión que tuvo el equipo del nuevo niño fue que la mancha pelirroja era más pequeña de lo normal. Luego, después de que Suga cogiera a Hinata por debajo de las axilas y lo levantara, descubrieron que lo que estaban viendo era una versión enana de su compañero.

Todos ellos sabían del accidente de la casa de Hinata y de sus padres, pero sólo esperaban ver un maguyado Shoyo, no a un niño igualito a él.

El menor, por su parte, se quedó admirando la altura de sus compañeros, sobretodo la de el rubio con gafas y al que, a pesar de que Suga lo tenía a la altura de su pecho, debía mirar levantando la cabeza.

- Suga, Daichi, ¿por qué habéis traído a natsu-chan a la práctica? - Preguntó Kageyama extrañado por la presencia que el creía que era de la pequeña Hinata

Pero antes de que los de tercero Le pudieran contestar Shoyo se les adelantó.

- Hola, m-me llamo Hi-Hinata Shoyo- Comentó el niño un poco temeroso y Suga notó como el niño se sacudía- ¿Me podéis compartir vuestra altura?

- ¡No es posible!- Gritaron todos aquellos que no sabían del aspecto de Hinata-
Esto es una broma de mal gusto, chicos- Comentó Ennoshita con mala cara.- A quien habéis disfrazado, ¿ a ver?

- A nadie, que yo sepa - Dijo Suga mirando a Daichi- Tomad desconfiados, aquí está su apta médica.

El equipo se reunió alrededor de Suga y el niño mirando el papel amarillento donde salían los datos provisionales del pelirrojo.

- WOOOW- Fue el grito colectivo

- ¿ A que es cute?- Les preguntó Daichi a los demás - Hinata ellos so...

- ¿Me subes? - Cuestionó el niño delante de Tsuki señalando con su dedito hacia la cara de este. Su altura apenas llegaba a medio muslo del alto, haciendo que su cuello y su cabeza estuvieran girados hacia atrás. El de gafas posó la mano sobre la cabeza del pequeño, parecía que le iba a acariciar el pelo pero lo que hizo fue colpear su frente hacia atrás. El niño cayó pero Noya, que ya se esperaba estos accidentes, estaba listo para recibir a Shoyo al mero estilo pelota de voley.

-¡Tsukishima! ¿cómo se te ocurre? -  dijo Suga intentando golpear la cabeza de Tsukishima, al ver que no podía le encomendó la tarea a Asahi, poniendo así al moreno en una situación incómoda.

Mientras tanto Hinata había caído en los brazos de Noya y, ahora, Tanaka y este le estaban haciendo monerías para divertirse. Aún así, el pequeño solo reía de las caras del más bajo puesto que la cara de Tanaka más que graciosa era tenebrosa. La dulce risa del niño dejo embobado al resto, sobretodo a Yamaguchi, y el alto del karasuno pensó qué la cara estúpida de su compañero era de lo más interesante.

El servidor tenía la intención de pedir si podía coger a su pequeño compañero, pero Nishinoya se Le adelantó.

- Toma Yamaguchi, coge lo tu ahora- Dijo el bajo pasando el niño al aludido. Hinata tenía una cara extrañada y perdida, ya que no sabía quienes eran y no alcanzaba a ver a sus tutores. Así que, sintiéndose como un niño perdido en un centro comercial, empezó a llorar, en un inicio solo se le aguaron los ojos, después empezó a patalear.

A Yamaguchi por poco le da un infarto, que el niño empezará a llorar en sus brazos no era buena señal. Después de que el niño le golpeara la cara con la pierna por primera vez, este decidió dejar a Hina en el suelo con su rabieta.

- ¡Quiero a Sugamama y a Daichi! - empezó a gritar.

En ese momento los aludidos estaban en la sala de profesores hablando con Takeda, preguntándole si él podía informarle la situación a Ukai así que los jóvenes cuervos deberían encargarse del problema potencial.

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2019 ⏰

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Chibi-can: Bebé-Hinata y los superidiotas del voley! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora