Capítulo Tres: «Nadie escapa, Nadie se rinde, No al menos en este negocio»
Y de pronto se me venía el fin de semana encima y nada que hacer como su acompañante. Miré la hora en el reloj de pared, 20:30, día viernes, solo una chica como yo, se queda en casa un día así.
(...)
–¡___ Keyli Lewarton! – grito mi padre desde la cocina.
–Sí papá –camine tambaleándome por el repentino sonido brusco en mi cabeza, talle mis ojos en busca de una visión clara, el sueño se teñía a mi alrededor.
– ¿Qué significa esto? –, preguntó él sosteniendo entre su índice y su pulgar un tubo blanco con la punta marrón.
–Es un cigarrillo –dije obvia, aclaré mi garganta, –Lo que aún no comprendo es, ¿qué tiene que ver conmigo esto papá? – inspeccione el salón de estar que conocía de memoria, cada detalle seguía en su lugar.
–No finjas ___–respondió mi padre irritado.
–No entiendo, Nada –indiqué el papel entubado.
–Este, Cigarrillo, estaba en tu mochila– me aclaró él y sentí mi estomago caer al suelo de la impresión.
–Papá, yo... – tragué saliva, –eso no es mío, créeme – respondí.
–Solo te diré que estas castigada, durante todo este mes, no quiero esto –indicó el cigarrillo entre sus dedos, –Para ti o para tú futuro – suspiró profundamente y sentí como si de pronto su cuerpo fuera a caer al suelo desmayado, –Tu madre estaría tan decepcionada – me reprendió mi padre haciendo aflorar mis más ocultos sentimientos, lanzó mi mochila al aire con la esperanza de que mis reflejos lo captaran, pero al contrario la mochila cayo al suelo con un golpe que resonó en todo el piso de madera.
”Y entonces el príncipe escalo hasta la cima de la torre la más alta y rescato a la princesa de su sueño profundo” susurro mi madre dando por hecho que la pequeña ____ ya estaba en sueño profundo.
”¿Y las bendiciones?”Preguntó la pequeña tomando la mano de su madre para que no se marchara.
”En nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, Amen” dijo la Joven castaña a su pequeña hija mientras hacía la señal de una cruz en la cabeza de esta.
”Mami”
”¿Hija?” La ventana de la habitación de ____ crujió y al instante cada trozo de vidrio que la formaba cayo vuelto un rompecabezas al suelo, el aire frío se dio paso a través del cristal roto y un escalofrío recorrió la espalda de Spencer que entraba exaltado a la habitación rosa, la pequeña niña yacía en el suelo de madera sobre los cristales que se incrustaban con facilidad en sus rodillas con el peso.
”Y el príncipe escalo hasta la cima de la torre más alta y rescato a la princesa de su sueño profundo” susurraba la pequeña rulosa al oído de su madre que recostaba la cabeza en su regazo con los ojos inundados en lágrimas. “Papá debes besarla, vamos, rápido” susurró la pequeña como procurando no despertar a su madre del sueño profundo del que Spencer, su padre, debía sacarla.
”Hija” Spencer cayó al suelo de rodillas examinando el cuerpo inerte de Jessie “Amor, Cariño, vamos” Spencer palpó la mancha que se extendía cada segundo más sobre el pecho de la madre de ____. “Nadie escapa, Nadie se rinde, no al menos en este negocio” susurró el padre de ____ casi inaudiblemente, pero aún así la pequeña pudo oir lo que padre murmuraba. “Pero no tenían que meterse con ellas” vociferó él levántose ágilmente para golpear la pared con toda la rabia y la fuerza acumulándose en sus venas, el plomo que componía la pared se rompió bajo la presión que ejerció el puño de este y un agujero en la estructura cubierta por papel tapiz rosado le recordó a Spencer que el tiempo no se podía retroceder, que una vez que estabas dentro, no salías, que ella estaba muerta, y no podría revivirla, que ____ entró al juego al nacer y que no podría salvarla golpeando una pared.
–Ella... podría decírmelo – susurré interiormente, tomé mi bolso y subí las escaleras a prisa con una lágrima recorriendo mi mejilla. –Bien – susurré decepcionada mientras hurgaba en mi mochila en busca de una prueba de mi inocencia, y como por arte de magia un pequeño papel surgió del bolsillo de mi bolso –Este te va por pu*ta ___ –Leí en voz alta, un escalofrió recorrió mi columna mientras repasaba en mi cabeza y otra vez las palabras remarcadas en color negro sobre el papel. –Pero, ¿Quién?– Medité mientras ejercía presión con mis dientes en mi labio inferior-Britney- susurró la pequeña voz dentro de mi cabeza. –Pero, ella – me cuestione mentalmente, –Claro, ella – afirmé finalmente recordando aquella discusión.
”Óyeme pequeña perra” susurró la pelirroja a mi oído mientras hacía más fuerte el agarre de su mano en mi brazo. “Aléjate” sentí sus uñas arañar mi piel, “Aléjate de él puta, no permitiré que tres años tratando de conquistarlo se vayan a la basura por una zorra que llega a moverle el rabo y él baboso se vaya atrás de ella” Mordí el interior de mi mejilla hasta sentir el sabor metálico de la sangre y arrojé un suspiro que desgarró mis pulmones, la chica podía ser subestimada, digo, por su contextura, pero era fuerte y yo lo estaba comprobando. “¿Entendiste?”.
”Él, no me interesa Britney” confesé.
”Dije, ¿Entendiste?”Repitió ella con autoridad.
”Claro que lo hice idiota” respondí con la paciencia a su limite, hasta que punto ¿puede llegar una chica por un chico?.