Capítulo Cuatro: «Lo siento»
No one’s Point Of View:
–No quiero más problemas – Pensó la castaña, y finalmente el sueño se apodero de ella.
(...)
–Hija – Spencer le sacudió los hombros a ____, casi por cuarta vez esperando alguna reacción.
–Papá– respondió esta al fin, tallando sus ojos con pereza.
–Es tarde, levántate, tengo alguien a quien presentarte – respondió el aludido mientras abría las cortinas de los ventanales al balcón.
–Bien – respondió ___ sintiendo la luz en sus ojos quemar, Spencer avanzó hacía ella y planto un beso en su frente, para abandonar la pieza. –Dios – bufó ___ agotada. Avanzó hasta su closet y tomó un vestido color rosa pastel hasta la rodilla y unos tacones blancos para acompañarlo, se deslizo a través de la puerta del baño y tomó una ducha fría para despertar.
____’s Point of view:
Un poco de rubor, rimel y gloss suave para finalmente bajar las escaleras a paso rápido encontrando a mi padre al pie de estas esperándome.
– ¿Qué era tan importante para despertarme a las...–Observe el reloj de mi muñeca –a las diez papá, dijiste que era tarde –
Mi padre rió –Primero que nada te vez bellísima hija, y segundo, ya verás – respondió él siempre manteniendo ese ente misterioso que lo rodeaba a él y sus negocios, tomó mi mano y me guió a su oficina, donde empujo las puertas gruesas de vidrio dándome una generosa vista a toda esta. –Bueno hija, él es Justin...–
–Bieber – terminé por él sintiendo la bilis subir por mi garganta.
–Sí – afirmó mi padre sonriente.
–Lewarton, debí suponerlo – dijo el rubio tomando mi mano sin permiso y depositando generoso beso en ella. –Buenos días – susurró sin que mi padre escuchara, y como tomando impulso dio un paso atrás al instante.
– ¿Se conocen?– preguntó mi padre con una ceja alzada en confusión.
–Claro, somos compañeros de asiento – me adelante a responder.
–Bueno, eso es un avance, no tendré que presentarlos – dijo él sonriendo. –____, Justin es mi mayor socio, y en la única persona que confió, y bueno ahora te lo presento como tu nuevo guardaespaldas – de todas las personas en el inmundo planeta Bieber debía ser, cerré los ojos recordando a Britney casi por segunda vez en el día y mi estómago comenzó a dar vueltas de molestia. –Eres la única persona en el mundo a quien le confiaría a mi hija, ¿sabes que confió en ti verdad?– Dijo mi padre esta vez a Justin.
–Lo sé Spencer, de lo contrario hubieses aceptado a uno de los chicos – respondió él.
–Primero te entregué mi preciada Gran bretaña y ahora mi querida hija, pero recuerda, Un error, y te vas al demonio rubio – dijo mi padre amenazadoramente sin intimidar al chico de chaqueta de cuero que se erguía a su lado.
–No me hubiese venido de Canadá si fuera para joderla Man, te respeto, ¿sabes quien soy no? – replicó el rubio sin separar sus ojos avellana de los grises arremolinados de mi padre.
–Se quien eres y como trabajas Bieber, me quedo tranquilo contigo en mi casa –respondió mi papá tomando aire para continuar.
– ¿Cuándo comienzo?, digo para dejar a alguien a cargo de todo –
–Hoy, si es posible, el lunes por la mañana me largo a Canadá, Y puedes traer tus cosas y manejar todo desde aquí no quiero problemas con los negocios aquí, tengo suficiente con la basura de Canadá –
– ¿A Canadá? – inquirí nerviosa.
–Sabes bien como funciona esto Hija –
–Dijiste que Nos mudaríamos papá – respondí marcando el monosílabo clave.
–Lo sé, pero pensé que entendías mi trabajo ____, sabes que soy y que hago– sentí mi estomago caer al suelo, estaba cansada, realmente me dolía ver como una mentira tras otra mi padre se volvía cada vez mas un hipócrita.
–Estoy cansada de tus malditas mentiras disfrazadas de promesas, demonios papá, parece que no puedes formar una frase sin una mentira en medio – sentí la ira arremolinarse a través de mis ojos, apreté mis manos en puños y solté un suspiro pesado sintiendo como miles de yunques caían en mis hombros.
–Tranquila, tienes que entender a tu padre – interrumpió Justin, lo miré insólita.
–Joder, lo intento, pero cuando al fin pienso en vivir una vida normal, me encuentro con que la Jodida Gran Bretaña también esta infectada de Mier*da – Bufé exhausta dejando mis hombros caer. –pensé que habíamos escapado de ello papá –
–Jamás escapas hija, te lo eh explicado muchas veces – respondió él mirando el suelo.–Lo siento – susurró mi padre casi inaudiblemente, pero aún así pareció haberse escuchado en toda la oficina, casi como si lo hubiese gritado.
–Esta bien – suspire y me largué de la oficina necesitada de aire, caminé hasta los ventanales del frente de la casa y salí al patio para sentarme en la pileta situada en medio de este. –Esta bien – repetí para mi misma tratando de convencerme de que estaba bien, pero yo sé exactamente que todo va directamente a las Ruinas.