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—¡no, pastelito! ¡no te vayas! Sigue durmiendo conmigo...

—no Jongin. tengo que trabajar ¡muévete!— exclamo el minino mientras que con toda la fuerza que pudo reunir empujo al gran lobo lejos de su cuerpo. Por fortuna aún tenía unas horas para vestirse y llegar a tiempo al trabajo.

El clima estaba helado, los grandes ventanales del dormitorio estaban húmedos y la molesta luz del sol aún no se había colado en la habitación. Kyungsoo estaba más que acostumbrado a ese tipo de clima, Por alguna extraña razón los lunes por la mañana eran los más gélidos, para su mala suerte no podía seguir durmiendo. Tenía responsabilidades que cumplir.

Además de que obviamente tenía que hacer la compra antes de regresar a casa, tenía cosas importante que hacer pero si Jongin seguía apretando su cintura de esa manera Kyungsoo se olvidaría de todo y posiblemente se recostaría otro rato con su compañero. Otro rato que terminarían siendo horas.

—No me abandones hyung...

¡oh no, maldito desgraciado! Esta vez Kyungsoo no caería en los adorables gestos de lobo. Nada de pinches ojitos de cachorrito ¡Kyungsoo no caería en eso!...o tal vez diez minutos mas no le harían mal a nadie ¡no! ¡céntrate, Kyungsoo!

—por favor pastelito, no me dejes— hablo nuevamente Jongin con tono herido tratando de convencer a su bonito compañero. Necesitaba el calor que emanaba de su cuerpo, Jongin necesitaba sentir a su compañero cerca todo el día, si fuera posible cada segundo.

Jongin no estaba seguro si se había obsesionado con Kyungsoo hasta un punto enfermo, eso sería un gran problema si no fuera un híbrido de lobo. La palabra más correcta para definir su necesidad de estar al lado del minino era: Amor. Kyungsoo era completamente de Jongin en todo el sentido de la palabra. Por ende la natural necesidad de estar al lado de su compañero.

—¿Crees que puedes sobrevivir sin mi unas horas, Jongin?— pregunto Kyungsoo con tono preocupado, Jongin ya había comprendido la importancia de su trabajo a sí que aun enojado había accedido dejar ir a su compañero.

Obviamente con una condición que implicaba cama, besos y mucho amor cuando el minino estuviera de vuelta.

—estaré bien pastelito, pero regresa pronto...te necesito aquí, conmigo para darnos amor— Kyungsoo sonrió contento. Su corazón saltaba eufórico cuando estaba con el gran lobo y palabras relativamente insignificantes causaban en el minino una emoción incontrolable.

No podía negar que estaba preocupado por dejar al lobo solo en casa, había comida que podía recalentar, y el lugar donde Kyungsoo vivía era seguro. Pero no podía evitar preocuparse. Lastimosamente tampoco podía darse el lujo de faltar al trabajo.

—nos vemos en unas horas Jonginnie— se despidió con tono lastimero, suspirando y sonriendo preocupado.

Jongin tomo a su bonito compañero de la cintura y lo atrajo hasta su propio cuerpo para propinarle un largo beso cargado de cariño.

—hasta luego bebe— se despidió con una gran sonrisa de lado y antes de que Kyungsoo estuviera lo suficientemente lejos Jongin le propino una suave nalgada.

El moreno se recostó en el umbral de la puerta observando atento como las caderas de Kyungsoo se movían con tanta elegancia. Se relamió los labios cuando observo las esponjosas piernas de su hyung, el pantalón le quedaba tan malditamente bien que Jongin tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no correr hasta su compañero y tomarlo una vez más.


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Official Do KyungSoo/ KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora