La lluvia caía torrencialmente, encubriendo sus rápidas pisadas.
Ella lo seguía, ya sabía su secreto solo tenía que atraparlo en el momento correcto y habría logrado su objetivo.
Ella lo veía correr a una velocidad sobre humana, pero nunca dejaba que se escapara de su vista. Los árboles se hacían más altos mientras más se adentraban en el bosque, todo se volvía más oscuro. El hecho que él pudiera moverse con tanta gracia entre la frondosa y sombría naturaleza como si formara parte del ambiente siendo una pieza más del rompecabezas del bosque, confirmaba una vez más su teoría.
Era tan ágil y silencioso que, si no fuera porque lo estaba siguiendo, no habría sido capaz de notar que algo se movía en la oscuridad. Lamentablemente ella no era tan sigilosa, pero él parecía no notarlo, error fatal.
Y entonces él se detuvo en mitad de un claro.
Y ella se quedó esperando, con el corazón en la garganta, detrás de los árboles.
Él respiro profundamente.
Ella sintió como la temperatura cambiaba, como la magia a su alrededor se removía inquieta. Como si él fuera el sol y la magia comenzara a orbitar a su alrededor en perfecta armonía.
Ella sonrío reconociendo su oportunidad.
Dejó salir pequeños hilos rojos de sus dedos, que lentamente fueron arrastrados como serpientes a través del césped en dirección a él.
Él en ese momento era un imán de magia, fuera buena o mala.
Luego él culparía a la euforia del momento por no haber notado su presencia.
Comenzó a llover más fuerte.
Entonces sus magias se fusionaron y ella supo que lo había logrado.
Él llamó al cambió y enormes alas negras brotaron de su espalda, y ella expandió su magia, provocando que los hilos rojos subieran por el cuerpo en medio del claro.
Él supo que algo estaba terriblemente mal en ese momento.
Abrió sus ojos y observo con horror como serpientes carmesí habían atrapado sus piernas y subían, cubriendo todo su cuerpo, le recorrió un escalofrío por toda la espina dorsal y un sudor frío cubrió su cuerpo.
Intentó inútilmente huir de aquella trampa, pero le fue imposible, sus magias ya estaban fuertemente unidas y no sería capaz de separarlas hasta que su transformación estuviera completa, lamentablemente sus alas ya no se movían, era demasiado tarde.
Se volteo con desesperación escrita en el rostro, con ira e impotencia burbujeando en su interior, buscando con la mirada al culpable entre el follaje.
Y logró ver el diabólico brillo de sus ojos entre los árboles, su respiración atascándose.
Él trató de gruñir.
Y ella jaló de los hilos de sangre.
Y todo se volvió negro.
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Uncover 愛 Kookmin
FantasyY ahora se maldecía por haber aceptado esa estúpida apuesta con Taehyung. "Santa mierda eres un dragón." "¿Como te atreves a aparecerte frente a mi?" Joder, iba a morir. "Oh sí, vas a morir." ¿Lo había dicho en voz alta? Él dragón inhaló y humo come...