Capitulo 5

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¿Lesbiana o Bisexual?

El día lunes me acerqué ella, pero al verme, me evitó, yendo por otra dirección y me quedé intacto, muy dolido; aunque por más que quería, sentí que no debía molestarla.

Y decidí quedarme con millones de incógnitas sobre ella...

—¡Adrián! —me llamó alguien... era la morgue... Odette.

—Hola Morg... Odette —le dije, muy incómodo.

—Uy que lindo ¡Me llamaste amor! ¡Te extrañé! —expresó, con intención de abrazarme.

—¡Alto! —le ordené, y se detuvo.

—¿Estas rompiendo conmigo? —No podía creer lo que había dicho, pues ni siquiera habíamos iniciado una relación.

—Si, eh ¡No! —le respondí, sin idea de que decir.

—¡Entonces seguimos siendo novios! —contestó y me abrazó. Por suerte, en este día hacia frío, por lo que no apestaba a transpiración o grajo... Pero sí apestaba a pies.

—Odette, no se cómo decirte esto.

—Sólo dilo, di lo que sientes.

—Odette, tu y yo... no somos novios... eh, nunca lo fuimos, ni siquiera hemos comenzado.

—¿Que? —respondió frunciendo el ceño.

Entonces miró a todos lados, y soltó las lágrimas.

—Odette, no llores
—¡Creí que me amabas! ... ¡Eres un maldito pendejo! Estúpido, idiota y te odio ¡Te odio Adrián! —y dicho esto dió un grito desgarrador, como mujer parida, y soltó el llanto.

¿Que clase de loca esquizofrénica era esta muchacha? Estaba gritando como si yo la hubiera amenazado. Entonces todo el mundo, incluido Vanessa, se amontonaron a nuestro alrededor.

—Aaashhg —gritaba Odette, sollozando.

—¿Que sucede aquí? —gritó el rector Germán. Y nos llevaron a la oficina del rectorado, gracias a Dios nadie salió expulsado.

—¿Que pasó con la morgue? ¿La embarzaste? —preguntó el imbécil de Álvaro en cuanto salí del rectorado.

—No idiota, ella está loca.

—Loca por ti

—¿Es en serio? ¿Esto te divierte?

—De echo tengo envidia, ojalá una chica estuviera así de loca por mi.

—Te la regalo Álvaro, comprale un limón y un frasco de la colonia del caballito.

Entonces me fui a prisa, y Álvaro entró al rectorado, y se paró al lado derecho de Odette, la cual estaba sentada frente al rector y a su lado izquierdo; Carlota, la psicóloga gorda.

—¿Que se le ofrece joven? —expresó la psicóloga, pero Álvaro miró a Odette, ignorando al rector y a la psicóloga.

—Hola Odette, mi nombre es Álvaro, te invito a un refresco en cuanto salgas de aquí.

—¿Qué? —contestó Odette, secando sus lágrimas.

—Te espero —dijo Álvaro y salió.

—Pero ¿Que carajos? —expresó el rector Germán, algo perplejo.

Entonces Alvaro volvió  a entrar.
—Ya sabe lo que dicen —contestó Alvaro al rector —Seca las lágrimas de una princesa, y tendrás  un lugar en su reino.

Entonces el rector y la psicóloga se miraron, frunciendo el ceño.

Ese lunes fui al aeropuerto a retirar el regalo de papá, y me dejó deslumbrado; pues era un game boy a color, con 5 juegos, un perfecto regalo, distraeria mi mente de Vanessa, además sería el primero en el colegio en tener uno.

Una Cita en la Mitad del Mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora