Capítulo Uno.
Una mañana de sorpresas.
El timbre sonó y las clases iniciaron, así que no tuve otra opción que entrar al aula.
Primero bachillerato Qui-bio A, era mi salón de clases, con 35 estudiantes; 36 pues sobraba una banca. El piso era de cemento enlucido, y el color de las paredes, celeste; y el tejado metálico... en pocas palabras, un aula ordinaria de un colegio contemporáneo.
Referente la aula, una de las cosas que llamó mi atención, era un perfecto dibujo del escudo de Durán en la pared, por encima del pizarrón...—Buenos días —dijo el profesor psicópata, que echaba toneladas de saliva cuando hablaba.
—Mi nombre es Gabriel Serrano y soy su profesor de Matemáticas —dijo en voz alta, esa voz tan quebrada como un homosexual secreto. (A decir verdad era gay, tenía un amorío con el conserje Putón, cuyo nombre Julio, que mas adelante relatare)
De inmediato el tipo comenzó a dar una pequeño repaso de fracciones en la pizarra.No hay nada mas doloroso que escuchar matemáticas tan temprano en la mañana, y aun mas doloroso es aguantarse la carcagada ante los movimientos afeminados del trasero del profesor.
—Oye pajas —me susurró en alto un tipo odioso y muy fornido cuyo nombre Brayan
—¿Disculpa? —contesté.
—eres gay ¿verdad? Por que estas mirando las nalgas del matemático.
—No es cierto —respondí.
De pronto sucedió lo inesperado en mi: una mirada, una canción y un latido, fueron de la mano en ese momento que la conocí. Su mirada mas que radiante, una canción triste que se reproducía en mi mente, y de inmediato latidos acelerados que congelaron mi pecho; solamente de ver a una chica que entraba unos minutos tarde en el salon de clase.
Moría de la curiosidad por saber su nombre, pero mas moría por saber si tenía novio, y obvio; todo sobre ella.
Entonces volví en sí y me pregunté ¿Que me está pasando? ¿Es acaso que me estoy enamorando tan fugazmente? ¿Y por qué ella atrae mis ojos como un imán? Tal vez posee una mítica fuerza gravitacional.
Pero no había ningún imán, ninguna fuerza gravitacional mítica; la verdad era que me había enamorado a primera vista. Esto jamás me pasó, jamás me había desesperado tanto porque tomen lista de los estudiantes de la clase.Y la miraba una y otra vez, como si ella fuera mi página de facebook (aunque en ese tiempo no existía, pues hablo en tiempo presente) y como era de esperarse, ella me miró... y estúpidamente miré al techo, contantando las goteras.
—¡Usted! —gritó el profesor, señalandome, y miré hacia atrás con la esperanza de que fuese con el alumno de atrás.
—¡Usted, que mira hacia atrás! —replicó el profesor, entonces entendí que se dirigía hacia mí.
—¡Póngase de pié y digame su nombre! —ordenó fingiendo una voz gruesa, así que me levanté avergonzado.
—Adrián Manrico —contesté nervioso, y todos se rieron.
—¿Manrico? —interrogó el profesor, algo perplejo.
—Manrique, quise decir Manrique —respondí, y todos rieron; excepto el profesor.
—¡Silencio! —gritó el profesor, y todos callaron.
—Señor Manrico, perdón; Manrique ¿Por qué miraba y señalaba el techo mientras yo hablaba?
—Perdone profesor —le dije, sintiendome el mas estúpido de toda la nación.
—Tome asiento, la próxima será expulsado del salón.
Que bien, ya tenía una amenaza.
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Una Cita en la Mitad del Mundo
Roman d'amour2016 Una pareja de ex novios (Adrian y Vanessa) se reencuentran en la ciudad mitad del mundo, donde el destino les dara otra oportunidad. 1999 Un joven de secundaria (Adrian) se enamora a primera vista de Vanessa, en el primer día de clase, sin sabe...