El rencuentro I

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La noche anterior había sido de verdadero estrés, hacia dos semanas atrás que me había mudado a mi nuevo vecindario, vía codigoro para ser exacta. ¿La razón? mi empleo había sido transferido a un nuevo edificio al centro de la ciudad de Verona, así que me era imposible trasladarme todos los días , ya que mi antigua casa quedaba a la orilla de la ciudad.

Por suerte Fiorella que es mi jefa y además mi mejor amiga me facilito la renta de este nuevo departamento, hubiera sido mejor que ya hubiese estado amueblado así no hubiera pasado la noche entera terminando de acomodar los últimos detalles de la mudanza.

-¿todo listo?- Resonó la voz de la castaña repentinamente.

-¡oye! Es de mala educación entrar de esta manera sin tocar antes, estoy de acuerdo que es tu departamento pero...-

-¿Cuándo dejaras de ser tan intensa?- me interrumpió para después sentarse en uno de los sofás de la sala.

-cuando tu dejes de ser tan maleducada

-mejor ven y toma asiento, sé que por lo que veo hoy no iras a trabajar; pero no puedo esperar hasta mañana para ponerte al día con la agenda tan extensa que tenemos

-amiga, en este momento es en lo que menos estoy pensando, ¡estoy exhausta!, nunca imagine que tenía tantos muebles.

-lo sé, por eso hice una excepción contigo, además de que eres mi mejor amiga y te quiero mucho- Fiorella me planto un beso en la mejilla dejándome rastro de su saliva

-odio cuando te pones tan melosa, eres detestable- soltó una risa estruendosa apenas dije la última palabra.

-y tú eres encantadora, y ahora, cambiando drásticamente de tema es necesario que mañana a primera hora...

-Define primera hora

-7 a.m

-¿es enserio?- la mire decepcionada

-deja de quejarte... y si me permites continuar, mañana a las 7- recalco lo último tal parece que le encanta verme sufrir – tendrás que cerrar un negocio, te mandare por correo todos los documentos que vas a imprimir para que posteriormente los representantes con los que te reunirás firmen, es algo básico y de lo cual ya estas acostumbrada a realizar, igualmente te mandare los detalles del contrato y todo lo que este estipula.

-¿es sobre algún cantante?

-sí, y alguien muy especial para mí, por eso es que quiero que luzcas espectacular, por eso es que deje este negocio para ti, eres la indicada

-aja, muchas gracias- Dije desanimada para mi levantarme temprano era un verdadero suplicio

-¡perfecto! Entonces sin más que decir te dejo, que aún tengo que realizar algunas transferencias al banco- Fiorella se acercó y me beso como anteriormente lo había hecho

-¡Qué asco!, te odio infinitamente

-igual te amo princesa, ¡hasta luego!

Mi amiga se fue, me alegro verla pero su noticia no fue lo más apropiada, el solo pensar que tengo que despertar temprano y más tratándose de trabajo me agobia.

El despertador era de lo más ruidoso, no pensé que un artefacto tan pequeño pudiera ser tan sonoro, ahora entendía porque Fiorella me lo había regalado, ¡lo hizo para molestarme! Si, fue eso.

Como era costumbre en mi desperté y lo primero que me puse fue mis pantuflas de conejo, los conejos no eran mucho de mi agrado pero igual al ser un regalo de mi hermana me parecían adorables y dignas de adornar mis pies. Camine hasta la cocina y le di un trago a la leche, si mi madre me viera seguro se pondría como loca al no tomar un vaso y servirme en el, pero que más daba, ahora estaba en mi departamento y bajo mis reglas. Después me encamine a la regadera esta vez me bañaría con agua fría ya que mi calentador aún no estaba instalado.

-¿Qué me pondré?

Repetía una y otra vez por mi cabeza mientras veía mi closet, es cierto que soy una mujer demasiado egocéntrica y vanidosa pero hoy más que nunca necesitaba lucir estupenda, así que opte por ponerme una falda en color negro, una blusa blanca de cuello y un saco en color beige para darle un toque de formalidad a mi oufit sin olvidar las zapatillas de tacón alto que ya eran características en mí.

-¡es tardísimo!- dije al ver el grande reloj que adornaba mi pared, tome las llaves de la mesa de centro y Salí del departamento y apenas salí del edificio recordé que mi auto aún estaba en reparación, no tenía otra opción que tomar un taxi, pero al apenas situarme por la avenida parecía que era invisible ya que nadie se disponía a detenerse, estaba en verdaderos problemas y ya solo faltaba media hora para que dieran las 7

-¡demonios!- grite frustrada cuando de repente cuando el semáforo cambio a rojo justo frente de mí se aparcó una moto, por un momento me aleje ya que el sujeto no apartaba su vista de mí, podía notarlo pese al casco que llevaba puesto.

-¡hola linda!, ¿necesitas ayuda?- dijo con voz apenas audible además de que todo eso me lo había dicho en ingles así que pensé "turistas"

-¡sí! Digo no... le respondí con el mismo idioma por suerte mi nivel de ingles era bastante bueno

-pareces desesperada, si buscas transporte yo puedo llevarte a donde tú quieras

-¡claro que no! No pienso subirme a esa cosa, y mucho menos contigo, eres un extraño no sé qué intenciones tengas

-nadie en su sano juicio tendría buenas intenciones contigo

-¡oye!- aquel chico rio estruendosamente

-es broma solo sube antes de que cambie de color el semáforo

-no lo hare

-ok...

-¡no! Espera... está bien- resople frustrada

-toma mi chaqueta- aquel sujeto se despojó de su chaqueta de cuero color negro

-colócate la chaqueta en las piernas, supongo que no quieres exhibirte por toda Verona Italia

-que gracioso- dije con desagrado y una vez que me coloque la chaqueta aquel chico se bajó de la moto y me ayudo a subir

-toma mi casco...

-¡no!, ya es suficiente tener que subirme a este "vehículo" para que ahora tenga que usar ese horrible casco

-está bien como quieras- el chico se volvió a subir a la moto pero antes me advirtió que lo rodeara por la espalda para que no sucediera ningún imprevisto

-¿Qué? Ni en mi más loco juicio yo...- no pude terminar ya que arranco la moto lo que ocasiono que diera un estruendoso grito y terminara por abrazar por la espalda al tipo.

-¡eres odioso!- gritaba cada vez que el chico aceleraba y rogaba al cosmos que no me sucediera nada

-¿A dónde iras?

-Al hotel Vet center

-que coincidencia yo igual

Durante el trayecto el sujeto trataba de entablar conversación conmigo pero yo lo ignoraba o le daba pellizcos en el abdomen. Al llegar no dude en bajarme rápidamente.

-muchas gracias, ¡por nada! Eres una bestia conduciendo, no sé por qué diablos acepte subirme, y aquí tienes tu chaqueta – se la avente y después entre a toda prisa al hotel, me dirigí a la recepción y entable una pequeña conversación con la recepcionista ya que le explique el motivo del porque estaba allí y en cuestión de minutos me comunico que las personas con las que tenía la cita aun no estaban instaladas, así que espere alrededor de 10 minutos.

-Gianna Bianchi, puedes pasar al décimo piso aquí está tu pase la terraza esta aun costado de la suite presidencial.

-muchas gracias- le dije a la chica y me dispuse a entrar al ascensor una vez que las puertas se abrieron camine hacia la terraza y al llegar cual fue mi sorpresa que aquel chico de la moto se encontraba sentado de lo más normal al lado de un sujeto, mis ojos se abrieron inmensamente ante tal sorpresa "¡esto no me puede estar pasando!" mis manos las sentía heladas y al parecer el tipo noto mi nerviosismo ya que no dejaba de sonreír, y no era cualquier sonrisa, era una sonrisa de burla.

-¡ciao! Bella, soy LP, es un placer conocerte- "¡o no!" pensé                                                   

ella y yo (Laura Pergolizzi)Where stories live. Discover now