ella y yo (Laura Pergolizzi)

Decisiones VI

*Narra Gianna*

Después de la presentación del viernes todo había pasado tan rápido, Laura se despidió de mí el día sábado ya que su estancia en Verona había terminado, tenía que continuar su gira de 6 meses por toda Italia. Por un momento pensé que ya no la volvería a ver hasta que terminará su gira, pero Laura era lo suficientemente lista para idear planes que la hicieran regresar a Verona y por ende conmigo. Cada que se escapaba de su trabajo se quedaba a dormir en mi casa, al parecer ya se había rendido con el tema de ser algo más que amigas o quizá lo disimulaba lo suficientemente bien para que no me diera cuenta.

Cada visita de ella era una aventura nueva para ambas, todo el fin de semana no nos levantábamos de la cama ya que reproducíamos todas las películas existentes en la industria del cine, siempre teníamos algo que ver y coincidíamos en algo, ¡Disney era lo mejor que había! Así que por lo regular terminábamos viendo una película de princesas.

Laura ya sabía todos mis gustos, me había visto sin maquillaje y en pijama, ya no tenía nada que ocultarle ni ella a mí, lo que hacía que nuestra amistad fuera más fuerte y verdadera, al menos eso le hacía pensar... porque por más que tratará de negarlo, cada vez que recargaba mi cabeza en su hombro y ella me rodeaba con su brazo y veíamos atentas alguna película sentía como millones de cosquillas golpeaban mi estómago. Cada distracción de ella era una oportunidad mía para observarla detenidamente, me encantaba que se distrajera y al momento que lo hacía y se daba cuenta que la veía las dos reíamos porque siempre terminaba por apretarle la nariz, no quería que me preguntará por qué la veía, solo me delataría y no quería que nuestra relación terminara en discusión.

Laura en ocasiones me dejaba experimentar con ella alguna mascarilla que yo compraba, se veía tan graciosa con toda la cara cubierta de color blanco, o azul, dependiendo del color que esta fuera, recuerdo una ocasión en que pasamos una noche de "chicas" hablamos de nuestros problemas existenciales, la maquille, si, Laura Pergolizzi se dejó maquillar por mí, y eso me hizo sentir especial, pinte sus uñas de color rosa la cual al principio se negó pero termino por ceder... era tan divertida, tan encantadora era un verdadero ángel y muy cariñosa, a comparación de mí, yo era muy ruda y había momentos en los que la golpeaba con la almohada lo que ocasionaba una guerra entre las dos, pero en cambio ella me regresaba la agresión con cosquillas, odiaba las cosquillas pero con ella era diferente, porque al reír yo, ella también lo hacía y era lo que más me encantaba de su persona y aún más porque la tenía lo suficientemente cerca y así podía grabarme cada uno de sus gestos, fue en esa muestra de afecto cuando me di cuenta que me gustaba...

Me gustaban tantas cosas de ella, hasta su nombre me parecía único a pesar de que hay miles de personas llamadas igual que ella, pero en ella era perfecto, coincide con todo su ser, con su ojos, con sus hermosas pestañas, su sonrisa, su sentido del humor, su inteligencia, su voz, su corazón... todo en ella es bonito, hasta su carácter que me vuelve loca.

-¡Gianna!- escuche gritar mi nombre lo que ocasionó que me asustará y al voltear lo primero que vi, fue a Fiorella sonriendo. -¡te odio!, me has dado el susto de mi vida-.

-lo siento, pero te vi tan distraída que quise llamar tu atención sutilmente

-y lo lograste...- sonreí

-¿Qué te has hecho?, mejor dicho que le has hecho a la Gianna gruñona que no soportaba ni una broma por mas indefensa que fuera-

-no sé de qué hablas...-

-creo que a quien le tengo que preguntar es a Laura...-

-Fiorella, no comiences con lo mismo, sabes que Laura es mi amiga al igual que tu...-