🔸Emociones🔹

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Gary consiguió conciliar el sueño difícilmente a causa del dolor. Pero al menos durmió más tranquilo, porque no se sentía solo, sabía que Hue estaba con él y que no se iba a ir. Además, lo reconfortó bastante saber que todos sus amigos estaban muy preocupados por él y lo iban a rescatar a toda costa.

Pero eso no era lo único que rondaba por su mente, no podía evitar pensar en Avocato. No entendía esa pequeña obsesión tan de repente con el ventrexiano, ni porqué le emocionaba pensar que se preocupaba por él. Estaba convencido de que aquel hombre no era en verdad tan malvado como decía ser, había conocido a muchos villanos y sabía que cualquier otro habría disfrutado dejando que lo mataran, o incluso haberlo hecho él mismo. Pero Avocato no fue así.

Eran pequeños detalles los que le hacían creer que aquello era cierto. Cuando convenció al Lord Comandante de que no lo matara en ese momento y salieron de vuelta a la celda, lo ayudó a sostenerse en pié y a llegar sin problemas. También tuvo mucho cuidado al dejarlo en la celda, comprendía que el dolor era demasiado. A Gary no le hacía falta nada más para darse cuenta.

Podría haberlo dejado morir y buscar otra manera de conseguir información...
Podría haberlo arrastrado hasta la celda y dejarlo allí sin el más mínimo cuidado...
Podría haberlo dejado retorcerse del dolor...
Podría haber hecho caso omiso a sus palabras...

Pero sabía que en el fondo no lo hizo, pues al detenerse durante unos segundos pudo ver la expresión en su rostro, y aquello fue suficiente.

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MIENTRAS TANTO CON AVOCATO

"Sé que no eres malvado"

El ventrexiano soltó un gruñido y se llevó las manos a la cabeza. Estaba en sus aposentos solo y confundido. No entendía porqué no paraba de escuchar esas palabras en su cabeza. No era la primera vez que las escuchaba, pero la última vez vinieron de él mismo. En un tiempo remoto, en el que intentaba convencerse a sí mismo de que lo que hacía era por obligación y no porqué en verdad fuera...malvado.

Esas palabras lo llevaban consumiendo por dentro desde hacía años y lo único que podía hacer era dejarlas morir en su mente. Sabía que no podía permitirse el lujo de dudar. No él. No en su condición.

Avocato siempre fue un hombre responsable y directo. Si tenía que hacer algo no le importaban los medios, siempre lo conseguía. Y pensó que ya lo había superado hasta que apareció el rubio. Intentó olvidarse de aquello y esperar a que todo acabara cuanto antes.

Lo qué no sabía era que ese rubio iba a ser el nuevo centro de sus pensamientos

Agarró una botella que tenía guardada y empezó a beber, no lo hacía a menudo, pero lo ayudaba a olvidar. Y eso era lo que necesitaba. Olvidar.

La tranquilidad y el silencio reinaban en aquella habitación, pero en la mente de Avocato no dejaban de sonar voces distantes de gente que conocía. Memorias que creía haber olvidado o momentos que desearía no haber pasado. Y de repente...

"......¿Fueron insignificantes para tí?"

Apretó los puños, y sin poder contener más la frustración, arrojó la botella lo más fuerte que pudo contra la pared más cercana.

Ya no habían más voces, solo el sonido del cristal cayendo y el líquido resbalándose por la pared. Suspiró y consiguió tranquilizarse un poco, al menos lo suficiente como para recobrar la compostura. Y entonces sonó un golpeteo en la puerta que lo hizo regresar a la realidad.

𝕻𝖗𝖎𝖘𝖔𝖓 𝕭𝖗𝖊𝖆𝖐 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora