🔸Tensión x2🔹

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Habían pasado unos tres días desde que ocurrió aquello, a Gary le seguían doliendo las heridas, pero valía completamente la pena por pasar tiempo con el ventrexiano. Intentaba ser lo más educado y menos molesto posible, cada vez que hacían contacto verbal cuidaba mucho sus palabras, pues temía la posible reacción que tendría el contrario. Sabía que debía ser muy cuidadoso si quería ganar su confianza.

Avocato buscaba el mismo objetivo, pero le resultaba demasiado complicado. Realmente odiaba a Gary, pero debía reconocer que había algo en ese chico que lo hacía... vulnerable. No sabía explicarlo, pero era como si odiarlo le resultara cada vez más difícil. Esto le causaba tanta confusión que temía equivocarse en algún momento y desquitarse con él, cosa que arruinaría el plan. Y eso era lo último que le hacía falta. Tampoco entendía porqué esta misión se le estaba complicando tanto, siempre era eficiente al cien por cien y que estuviera fallando en algo tan importante lo confundía y enfurecía al mismo tiempo.

Al igual que Gary.

Avocato no sabía porqué el humano estaba siendo tan difícil de persuadir. Conociéndolo imaginó que sería un sujeto sencillo, pero ahora veía lo mucho que se equivocaba. ¿Cuánto tiempo le estaba llevando? ¿Casi tres semanas?

Se suponía que debía ser rápido.
Se suponía que debía ser eficaz.
Se suponía que no debía fallar.

Decidió dejar de carcomerse la cabeza por un rato y, como de costumbre, se concentró única y exclusivamente en sus obligaciones, porqué eso es lo que eran. Además, trató de pensar positivo, aunque le estuviera tomando más tiempo de lo planeado lo estaba haciendo bien. Gary ya no mostraba resistencia ante nada y parecía incluso mostrar respeto hacia el mayor.

Respeto.
Ese era el primer paso a seguir, pero para que hubiera confianza debía pasar al siguiente nivel. Y ese era la amistad. Solo de pensarlo le entraban arcadas.

"Ugh... Lo que tengo que hacer para salir de este martirio"

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Debió de haber pasado medio día cuando al fín el ventrexiano había terminado con sus deberes diarios. Recordó que debía alimentar a Gary, pues allí le daban de comer aunque fuera lo mínimo y lo peor, si querían mantenerlo con vida. Y desde que lo tenía reposando en su propia cama desde hacía tres días era su nueva obligación, y una bastante incómoda. Rezaba porqué cada vez que le llevara comida el humano estuviera durmiendo con tal de no hacer ninguna clase de contacto, aunque este se portara de forma correcta y poco usual en él. A veces no se creía que fuera el mismo idiota molesto e insufrible que tanto odiaba. Eso solo podía significar que lo estaba haciendo bien, y tan solo esperaba que no tomase mucho más tiempo.

Sin pensárselo demasiado tomó la comida y se dirigió a su cuarto. Para su sorpresa al llegar vió que el rubio estaba despierto y recostado en la cabezera de la cama. Lo primero que hizo fue dirigirle la mirada sorpresivo, a lo que éste simplemente la apartó y caminó hacia dónde él estaba.

- ¿Duro día? -

- No demasiado -

Se inclinó más o menos a la altura del otro y estiró el brazo para colocar la comida en la pequeña mesilla de noche que se encontraba al lado izquierdo de la cama (desde la perspectiva de Avocato) acortando inevitablemente la distancia entre ambos. Sus rostros quedaron a apenas unos centímetros del del otro y eso puso realmente nervioso a Gary. El mayor lo notó por unas pequeñas gotas de sudor que bajaban lentamente por su rostro, y decidió aprovecharse de la situación. Sin alejarse ni un centímetro del otro.

- Estás nervioso ¿porqué? - Gary sintió el aliento del mayor en su oreja y un escalofrío enorme recorrió todo su cuerpo

- No estoy nervioso -

𝕻𝖗𝖎𝖘𝖔𝖓 𝕭𝖗𝖊𝖆𝖐 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora