Encuentros

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(Escenas de violencia)

Seis días han pasado desde que el planeta Tierra ha sido destruido. Cada dia que pasaba en aquella nave donde se encontraban raptadas, era un sufrimiento. Aunque eran pocas personas las que allí se encontraban, no lograron sobrevivir, cayendo uno por uno.

Extrañamente les dieron una especie de 'comida' solo dos días en ese transcurso, pero era muy poca para todos.

Bulma y Milk fueron las más fuertes. La escasa comida que se les otorgaba se las brindaba a las personas mayores o niños en esa pequeña sala.

Pero no fue suficiente. Unos no soportaron la estadía, otros murieron de hambre.

Desgraciadamente ambas jóvenes tuvieron que presenciar un acto de lo más cobarde y traumante en sus vidas: el suicidio.

Una persona joven, a causa de sus nervios entró en un estado de locura y en un rápido movimiento rompió el plato del cual les daban comida. El recipiente era de vidrio, algo muy extraño; y ante los ruegos y súplicas de ambas chicas, llevo el objeto cortante hacia sus brazos, donde los cotro sin delicadeza alguna. Lamentablemente la persona murió por la pérdida de sangre.

-Milk...- susurró Bulma sentada en el frío suelo, observando las estrellas por la misma ventana por donde vió a su planeta dejar de existir. -Prometeme... Que seguiremos de pie... Que no... Nos rendiremos.-

- Bulma- lo dijo la pelinegra aguantando las ganas de llorar. -Lo prometo- la abrazo con la poca fuerza que le quedaba.

En ese momento se estremecieron al oír una voz probablemente proveniente de una computadora que resonó por toda la habitación y seguramente también en la nave.

'Planeta79, iniciando proceso de aterrizaje'

-¡¿Planeta79?- lo preguntó Milk asustada. -¿Dónde demonios estamos?-.

-Pronto aterrizaremos... Me pregunto ¿Qué nos pasará?- decía bulma sin ánimos antes de que la nave entrara en turbulencia por el aterrizaje. Trataron de sostenerse de las paredes pero fue inútil, la nave se sacudía de una manera terrible.

Poco a poco las sacudidas se fueron reduciendo hasta que la nave quedó totalmente quieta.

El corazón de Bulma comenzó a acelerarse al pensar lo que vendría. Las vendrían a buscar y seguramente las matarían o serían una especie de esclavas. ¿Qué carajo? ¡Seguramente ya se había vuelto loca!

Pero lo que sucedió desmintió el hecho de su locura. La puerta se abrió violentamente dejando dar a la vista a los mismos sujetos que las raptaron en la Tierra.

Milk rápidamente intentó colocarse en posición de pelea, pero no tenía demasiada fuerza para hacerlo. Si sintió inútil al no ser rival para aquellos sujetos, ni siquiera los intimidaba o les provoca por lo mínimo un pequeño susto. Eran seres muy fuertes en frente de unas débiles humanas ¡¿Que!? ¿¡Débiles!? ¡Eso nunca! ¡ Hemos sobrevivido estos seis días casi sin nada de alimento y agua!. Se formó una sonrisa orgullosa al pensar esto.

-¿Cuál es la gracia terrícola? Será mejor que no te resistas o tendré que noquearte nuevamente- se burló provocando la ira de Milk.

El soldado la tomó de la cintura, llevándola como una bolsa de arena ante las patadas y puños de Milk. El sujeto no la soportó y la golpeó fuerte en la nuca dejándola rendida.

Dos vidas, un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora