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A veces vuelvo a recaer en la tristeza,
y en los trastornos de antes,
es una frustración y una desilusión,
ya tuve bastante.

Tengo miedo de mi,
cuando vuelvo a compararme y a odiarme.
Este es mi verdadero yo,
y solo tengo ganas de aislarme.

La ansiedad social fue una de las peores partes,
tuve que encerrarme para protegerme, y me volví distante.

La anorexia a un vacío de huesos comenzó a arrastrarme.
Los platos llenos de comida,
y ojos sobre mi,
eran cada vez más constante.

El cabello caía,
y mi piel comenzó a arruinarse.
Los murmuros y susurros,
de mi se volvieron parte,
era una rutina interminable.

Ya no me conocía,
y ya nadie lo hacía.
El pasado consumía toda mi sangre.

Los huesos cada vez más marcados,
y las lágrimas vivían en mis mejillas,
las palabras de las personas,
me terminaron convirtiendo en cenizas.

Al final esto ya no cuenta,
porque yo ya no estoy viva,
soy mi propia asesina.

Sus palabras eran cuchillos
y terminé,
clavándome cada uno de ellos.

-p

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