34 Parte

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Continúa

Dejé la comida en la mesa y la tapé con un paño para algún bicho no llegara y se pare encima.

Cuando fui a mi habitación (era un poco más pequeña que la anterior) había varias bolsas en el suelo, cada una contenía ropa, desde interior hasta formal, creí que los HatBots habían tendido mis prendas en el armario, cosa que me molestó.

En cuando iba acomodando mi ropa se escuchó un sonido extraño y cuando escarbé más a fondo me di cuenta que eran los condones.

Yo: -¿De verdad?- pensé confundido.

No era algo que tenía en mente. Demencia me hizo un mundo totalmente para quejarse porque lo que hacía era jugar, pero ahora que me topé esto sinceramente empecé a creer que no lo hacía como juego... tal vez al principio. En fin, saqué los condones de allí y los guardé en un mueble que venía junto a la cama dentro en una de sus gavetas.

También pensé en que ella duró casi un mes sin cambiarse de ropa... solo fueron como una o dos veces que lo hizo pero ya lo demás solo llevo sus prendas, creo que debería comprarle ropa.

Tocaron la puerta. Pensé que era Demencia pero luego lo negué porque o sino ella hubiera entrando como si nada. Mientras me acercaba hacia la puerta podía ver una sombra que se proyectaba dentro del piso de mi casa, al parecer era robusta. Tuve miedo de abrir la puerta pero mientras más tardaba más el golpeo se intensificaba.

Yo: -Buenas...- dije tímidamente.

-Mi teléfono- dijo el Villano con una voz muy grave y profunda. Sí era robusto y además de eso su traje era algo... feo.

Yo: -Ya vuelvo- dije e hice una señal de espera mientras fui a buscar su celular hasta que finalmente lo hallé.

-Aquí está el número para que te unas a la línea- me dijo y me dio un papel y al segundo tomó su teléfono y se fue sin más.

Definitivamente me iba a pasar de línea... tal vez conseguir un celular nuevo no sería mala idea, además de que el mío ya no resistía mucho.

-¡LLEGUÉ!- me dijo Demencia y accidentalmente me pateó pensando que era la puerta -Uy...-.

Yo: -¿Qué te dijeron?- le pregunté adolorido (casi en el suelo) aunque ni sabía para qué fue.

-Ah... que firmaras un contrato- dijo -Así podré estar con usted-.

Yo: -¿Hay más? No sé, como algo macabro- le volví a preguntar.

-Bueno... es como si estuvieras pagando mi servicio, solo que pagas con dinero o das tu alma. Si eliges la primera el contrato dura alrededor de siete años, si es la segunda es de por vida- explicó.

Yo: -Definitivamente haré la primera opción y como es tu jefe no espero una suma tan poca de dinero, creo que me va a dejar en quiebra y aún así le seguiré debiendo- dije.

-Para eso estoy yo- me dijo y empezó a aproximarse hacia mí -Sabes que puedo conseguir lo que deseas-.

Yo: -Hablando de eso... ¿podrías traerme dinero? También quiero pedirte una cosita más- dije algo interesado.

-Está bien... ¿y qué es?- me preguntó.

Yo: -¿Quieres hacerla antes o después?- le pregunté.

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Hola :3 les dejo la parte 34.
¿Lemon o no?

Se Renta. LectorXDemenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora