5 Parte

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Continúa

Yo: -Demencia, no. Recuerda que me tienes que hacer caso- le dije con miedo.

-Eres un aburrido- se quejó y solo oí como el colchón de resortes de mi cama chilló.

Yo: -No quiero poner mi vida en riesgo, es todo- le dije.

-Deberías arriesgarte ¿sabes?- me dijo un tanto insoportable.

Yo: -¿Oh, en serio? ¡Entonces imagino que no te importaría arriesgarte a que yo te coja! Porque por lo visto le tienes cierto afecto a tu jefecito en decir "Es mi futuro esposo pero él no lo sabe"- me quejé.

-Soy solo para él- me dijo con firmeza.

Yo: -A menos que yo interponga, claro. Tengo todo un mes- le dije.

-Suenas a como un Villano que apenas empieza su carrera, ya sabes, de esos que terminan muy mal y no sirven para nada salvo para estorbar a los grandes- me dijo.

Yo: -Tengo a una asistente a mi lado, no podría terminar muy mal- le recordé.

-Pero tú NO eres un Villano y ni te atreves a hacerlo, así que tiempo perdido- me dijo.

Yo: -Eso no significa que mis deseos se anulen, como a todo ser viviente- le dije con un cierto tono picarón.

-Te asesinaré- me amenazó.

Yo: -Oh claro no, te lo prohíbo. Listo, ya está, segunda orden para ti- le dije -Pueda ser que la tercera terminemos desnudos y cansados-.

-Humanos, no se pueden contener- se quejó.

Yo: -Parece que tú tampoco ¿no es así, señorita "Es mi futuro esposo pero no lo sabe"- le vacilé.

-¡Ya!- dijo con firmeza, así que paré de molestarla y me dediqué a tratar de dormir.

A la mañana siguiente me desperté con una gran mata de cabello al frente mío, y claro estaba, el cabello de Demencia era tan largo, a la vez espacioso por dentro y pesado que no habría necesidad de utilizar un arma ya que justamente se podría asfixiar a la víctima; lo bueno es que solo tenía las puntas sobre mi estómago, lo malo es que me dolía.

Al final fui al baño a hacer mis necesidades para así despertarme un poco más, tomé agua, me fui a la cocina, desayuné un poco del Sushi que había quedado anoche, me lavé los dientes y finalmente entré en la ducha a bañarme con agua tibia.

Mientras me ponía shampoo en mi cabeza escuché que algo se había caído, y bueno, Demencia me ponía nervioso.

-Oye- me dijo ella, abriendo la puerta del baño.

Yo: -¿Qué quieres?- le pregunté amablemente.

-Se metió un gato...- dijo.

Yo: -Oh, déjalo afuera para que se vaya, es del vecino- le dije.

-Uy... no creo que muerto pueda ir a su casa- dijo ella, dudosa.

Yo: -Demencia... no- dije con un cierto vacío en el estómago -¿Qué hiciste?-.

-Bueno, una de las normas que debo seguir es proteger a mi jefe, ese gato tenía unas garras filosas que podían dañarte- me explicó.

Asomé mi cabeza detrás de la cortina y en efecto, ella no mentía, su cuerpo tenía rasguñazos por la cara y brazos hechas por el difunto gato.

Yo: -Muy bien... después de que salga del baño, no quiero que hagas ningún desastre en mi casa, porque saldré a tratar de conseguir a un gato que se parezca al del vecino- le ordené.

-¡Sí, señor!- me dijo con firmeza.

Yo: -Ah... también báñate, te prestaré ropa- le dije.

-Eh... no me gusta el baño- dijo un tanto tímida.

Yo: -Bueno, entonces si quieres agarra ropa mía y cámbiate- le ofrecí.

-Gracias- me agradeció.

Salí de la ducha para darme cuenta que el piso del baño tenía gotitas de sangre de Demencia en la entrada y las limpié con papel de baño, fui a mi habitación y para buscar la ropa del día y mis gavetas estaban desordenadas.

Yo: -Muy bien, protege la casa. ¡Ah! Y si el vecino llega dile que... llevé a su gato a dar un paseo... sí eso. Además desaste del cadáver del animal- le pedí y me fui rápidamente.

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Hola :3 les dejo la parte 5.

Se Renta. LectorXDemenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora