once

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Jimin

Siempre, siempre, siempre... esa palabra, para mí, no existe, no en la vida, nunca lo hizo, nunca lo hará  no siempre tendrás lo que quieres, no siempre haremos lo mismo,  no siempre se ama a alguien, no siempre te amarán, pero siempre usamos esa palabra, (como ahora) cuyo significado es eternidad, y cuya eternidad no existe.
Somos casualidades momentáneas que quieren dejar de serlo, pero nunca lo harán.

Para mí, él era malo, dañino, tóxico, y demás, pero también era, frágil, destrozado, e impenetrable.
Traté de acercarme a él para saber más del él, pero no funcionó, ese niño es imposible.

Traté de concentrarme en Hoseok y Taemin y mi venganza mal planeada, no había plan, pero quería vengarme, mi sangre hervía cada vez que los veía y mis ojos picaban.

A Taemin le quiero cortar el pene y dejarlo desangrar, es un hecho que lo haré, pero con paciencia, todo en su momento.

Tenía estudiado a Hoseok, pero como no hacerlo, si el muy idiota me dejó sin nada. Sólo y sin nada que hacer, encerrado en mi cuarto lo planee, cada paso, cada uno, pero había una variable, algo insignificante, muy en el fondo no quería hacerle daño, pero, se lo merecía ¿no?.
Los malos deben pagar, eso me dijo mi madre. Cuyo rostro pocas veces lo distinguía en calle, ella estaba más en el trabajo que en casa, pero no podía culparla, era difícil ser madre soltera, y yo solo quería ser un buen niño.

Pero la defraude, hablé con el enemigo, (su enemiga) estuve con su hijo, que es mi primo, pero lo que nunca me contó fue el porqué de su pelea con su hermana, ¿Qué pudo haber pasado?, No me dice, nunca lo hace, al igual que ella, su hermana sólo habla de lo mucho que la ama.

Pero algo no cuadra, claro el ser hermanas era obvio, eran casi iguales, solo que mi madre era más baja que su hermana y tenía el cabello castaño claro, además de sus ojos rasgados que parecían medias lunas, era hermosa, su hermana también lo era, compartían las mismas características sólo que ella tenía cabello negro, largo y fino, y era más alta.

Ninguna tiene esposo. O si lo tuvo ya no.

Una la ama, la otra dice que no existe.

Hay nostalgia cada vez que hablan de la otra.

Pero muchas veces ví una sonrisa siniestra en las bellas facciones de mi tía mientras habla, y luego no, se calla como si, lo que viene no se me es permitido saber.

Con el paso del tiempo, el saber y no encontrar, se volvió mi pan de cada día. Y lo odio, pero como ya sabemos, en este mundo, la vida sólo sigue.

Y si es mejor que yo no sepa de esos problemas, entonces así será.

Sólo es... sexo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora