Catorce

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{ Antes de empezar, gracias por el apoyo, y este capítulo lo recomiendo leer con música algo triste, para que puedan sentir cada emoción y estar susceptibles }
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Jungkook:

Todos estos meses, me sentí inquieto, toda mi vida dió un gran vuelco, cuando me descubrí todos los días viendo hacia él, en serio, eran tan ilegal que un chico luciera así, pero, muy aparte de como se veía, podía sentir un aura negativa a su lado, era bello, pero no permitía que nadie se acercase lo suficiente, que lo tocasen o algo.

Pero muy a parte de todo, tenía algo que lograba ipnotisarte, su sonrisa, esa maldita sonrisa, era...era hermosa, me encanta ver cómo sus ojos desaparecían a causa de que tenga unos cachetes enormes y aplastables, me sorprendí a mi mismo, que él era lo quería, pero, no sabía si resultaría, lo conocía poco, muy poco en realidad, él se veía muy interesado en mi vida pero yo no le conté nada, él tampoco lo hacía, bueno, de todos modos no creo que le contara nada de mí en algún momento, esas cosas sólo las comparto con Hoseok, nadie más, y Jimin no sería la excepción.

El maldito de Hoseok era mi familia, él desde que llegó se convirtió en mi salida y salvación del mundo en el que vivía, su sonrisa era cálida, como un padre madre y un hermano, todo lo que quería, y tenía, pero... Ellos no eran la familia que un niño quisiera, estaban atrapados en sus trabajos que ni siquiera se acordaban de sus hijos, y solo nos enviaban a una niñera que en poco tiempo se convirtió en mi amiga, y toda la imagen materna que todo niño necesitaba, mi hermana era otro problema, cuando descubrió que nuestros padres se engañaban, hizo el problema de la vida, sólo es 3 años mayor que yo, ahora tiene 21 casi 22, sólo era cuestión de meses para su divorcio, yo me quedé con mi padre, y mi hermano con mamá, y al estar en esa casa sólo pude aguantar dos años, tan sólo tenía 12 años cuando mi niñera falleció, mi mamá, ella era mi madre, no la que se llevó a mi hermana, la odié, y tan sólo quería salir de ahí, nadie me ayudó, nadie tan sólo la reemplazaron, una mujer más jóven, la odiaba, cogía con mi padre, me daba asco se creía mi madre y con la autoridad de todo, fueron más de dos años que aguante esa mierda, hasta que llegó mi primer amigo real, Hoseok se acababa de mudar, me tomó un tiempo confiar en él, al que él al adquirir la confianza nos empezamos a ir detrás de la escuela y contarnos todo, sueños, metas, molestias, anécdotas, nuestra vida si a esa edad podíamos decir que teníamos vida, él era, es, y siempre será mi familia así como yo la suya, tiene problemas, grandes, pero sólo yo los sé. Nos defenderiamos de todo, y todos, somos nosotros contra el mundo, tenemos nuestros otros amigos, pero él y yo, somos familia.

Es una promesa.

Por eso desde el día en que Jimin me vió fumando, pude ver claramente la decepción en sus ojos que rápidamente fue cambiada a una de desinterés,  no la olvidó aún cuando en ese momento estuve drogado, no puedo olvidar el dolor e incómodidad
que sentí al saber que no toleraba  que yo haga esto, no lo entendería, es más complicada la verdad, y es más fácil mostrar indiferencia, el sentimiento de cariño y admiración se fué, cuando me vió con desprecio, se fué para no volver, si fue amor, no lo sé, quizás, tal vez, pero yo no creía en esas cosas, además que tenía un problemas con Hoseok,  de lo cual lo único que sabía era que Jimin no aceptaba su realidad,  todo concordaba, Jimin se veía feliz y completo con todos a su alrededor, veía a Hoseok y toda esa felicidad era reemplazada por odio, y eso lo comprobé ese día, Tae se sentó al lado derecho de mi amigo para hablar, se gustaban mucho, el único sitio cerca a su amigo era el del lado derecho de Hoseok, por lo cual me senté a su lado  y así se llenó la mesa, noté como Jin coqueteaba muy poco disimuladamente a Namjoon y como éste seguía cada movimiento del mayor con sus ojos llenos de admiración, y con sus cámara fotográfica en las manos tomando fotos a Jin cada que podía, claro que a la mamá del grupo nunca molestó, el maldito sabía lo guapo que era, podía tener a todo el mundo a sus pies, pero se enamoró de la persona equivocada, la persona que a pesar de quererla nunca aceptaría defraudar a sus padres, quienes aún siendo ateos y más o menos jóvenes aún tenían ideales muy cerrados con respecto a la sexualidad ajena y más con su hijo, el cual podía referirse como perfecto.
Lo contrario a mí por su puesto, yo era un alma libre, listo para vivir, no estaba hecho para estar encerrado en esta aburrida escuela donde no era feliz.

Olvidando lo horrible que era este lugar, noté el peso de una mirada  sobre mi pecho, mierda, no quería que nadie sepa, estaba en problemas, la maldita de IU se quejó con su Papi, y me mando a golpear, era una persona poderosa pero todo completamente legal, o eso se esperaba, sin embargo fueron buenos anoche, me golpearon bien en todo el cuerpo, menos en mi cara y cuello, la única que se podría notar era la del pecho, que para mí mala suerte, cierto rubio ya había visto.

Después de que Joy se fuera con su nueva conquista ví como Jimin la miraba, no era una mirada normal, como la que todos los chicos y chicas le daban a la pequeña Joy, él la veía con dulzura y quien sea creería que eran hermanos, se veían muy parecidos.

Votando lejos esos pensamientos me giré a ver al pequeño rubio a mi derecha, intente manipularlo, no fue como quise, el niño se puso a hablar de Hoseok, me dió una idea horrible de mi hermano, y yo no dejaría que nadie me haga dudar de él, solté palabras, que una vez acabé me deleite con la mirada de pérdida que me dedicó Jimin, pero luego pensé en que dije, la cosa cambió, era un imbécil, arruiné todo, ví como algo se rompía en su mirada y su voz entrecortada al dedicarme su última frase, para luego irse.
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Las palabras son como cuchillas afiladas, que no sólo perforan la carne, si no tus emociones, tus pensamientos, sentidos, y acaban con lo que quieres, y lo peor, es algo que nunca podrás remediar...nunca.

Y sé que duele pensar que el amor siendo tan bello, se acaba rápido, pero la atracción y/o amor que viene rápido, rápido se vá, sólo hace falta un defecto para descargarlo de tu vida. Y continuar sin mirar atrás.

Somos volátiles, no sabemos que queremos, y sí, alejamos lo bueno, acercamos lo malo, y nos dejamos llevar, hasta caer en cuenta de que te convertiste en alguien que no merece perdón ni ayuda, porque en todo ese camino te la ofrecieron y siempre la rechazaste, y sólo te queda pensar en lo que pudo ser...y nunca será.

Sólo es... sexo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora