nueve

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Jimin

No entendía por qué me veían tanto mientras venía por los pasillos, me miré en los espejos del baño, tenía los ojos muy rojos, demasiado, era obvio que me echaría a llorar en cualquier momento, y no era para menos, el pasado, mí pasado, es algo que quisiera olvidar, pero es intachable, nunca lo haré no se puede y ya.

Me odié un poco al caer en cuenta de que le hice caso al idiota de mi primo ex novio, hijo de perra, lo último no, mi tía es una santa, no puedo decir lo mismo de mi madre ella es la bruja, sonreí al recordar a mi tía hablar de mi madre, se notaba lo mucho que la ama, siempre envidié eso, el tener a alguien con la que contar sin importar qué, lo tuve en su momento, fue rápido, hermoso, un sueño hecho realidad, que acabó en tragedia, aún la recuerdo, tan pequeña, frágil, y bella, ella..., Era lo mejor que me pasó, y que llegó a mí, no recuerdo nada del por qué se fué y me dejó, no lo recuerdo y aunque lo intente simplemente está en blanco, solo me levanté un día y ya no estaba, y nadie dió respuesta.

Era mejor olvidar, siempre me decía.
Era mejor esperar, pero sé que nunca volvería.

Me lave la cara con un poco de agua, rebusque en mi mochila para encontrar el celula , y al no encontralo sudé frío, un mini ataque cardíaco me recorrió de pies a cabeza,  recordé todo el recorrido hasta aquí y salí corriendo hasta el aula donde lo dejé.

Estúpido, estúpido, estúpido.

Sólo es... sexo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora