B L A C K R I N G

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Había pasado una semana desde que Harry no se quita el anillo para nada. A todas horas tiene esa joya sin luz en su dedo índice. Solo hay una excepción. Se lo quita para dormir. Es todo.

Hablemos más de el. Bien. Un chico atractivo. Demasiado atractivo. Piernas muy largas. Pero muy bellas. Ojos verde. Muy verdes. Pero, solo estamos hablando de cómo es físicamente, mejor, hablemos de ÉL.

Harry es un joven con una vida arreglada, no tendría porque tener algún problema emocional o psicológico, al igual que económico. Tenía una vida muy envidiable. Una fantasía hecha en realidad.

Eso es lo que las personas a su alrededor veían. Y Harry trataba de emitir eso para ocultar toda la basura que trae dentro.

Su madre influyó mucho en eso. Harry amaba a su madre más que nada en este mundo, la veía como la mujer más poderosa, inteligente y hermosa que era. Harry quería llegar a tener el carácter que ella tenía. La veía como un ejemplo a seguir y hasta se sentía suertudo de que ella sea su madre y que lo haya engendrado en su vientre. Harry se sentía tan orgulloso que al igual que comprometido, siempre se decía a si mismo que le iba a regresar a su madre todo lo que ella perdió o más bien, sacrificó por el. Harry quería darle el mundo de fantasía que él vive ahora en el presente. Harry quería que envidiaran a su madre por tener a un hijo tan bueno, como sus amigos lo envidiaban a él por tener una madre tan genial. Él siempre se expresó muy bien de ella. Él siempre le dio su respeto y hasta más, la palabra respeto queda chica para lo que hacía Harry con su madre. Pero ocurrió algo horrible. Una catástrofe.

Un día muy lejano en invierno. Harry dormía. La ciudad dormía. Su madre asesinaba. Asesinaba a su propia hija. La hermana de Harry. Su hermana tenía solo 8 años cuando Harry tenía 12 años. Su hermana se llamaba Susy.

Recuerda Harry esa noche cada invierno. Más bien, toda su vida la recuerda. La recuerda con tanto detalle que te puede describir cuantas gotas de sangre habían en la pared pintada de un rosa pálido. Te podía decir lo que sintió en ese momento. Te podía describir el desborden que había en la habitación. Recordaba con tanta precisión todo que sus pupilas terminaban dilatadas porque era como viajar en el tiempo a ese día que lo marco de por vida. Y no lo recordaba por gusto. Lo recordaba gracias a su madre que tanto respetaba, que hasta la palabra quedaba corta. A quien tanto amaba. A quien tanto le quería dar para hacerla feliz.

Harry camino descalzo con su pijama de aviones color celeste, el suelo de madera era frío y húmedo. Los dedos pequeños de sus pies se encogían al tacto con el suelo. Tallaba sus ojitos adormilados. Se paró al marco de la puerta y fue donde se arrepintió de haber despertado en la madrugada por culpa de la sed. Ese pequeño Harry hubiera preferido morir deshidratado que ver a su madre goteando en un líquido espeso y rojo que salía de su hermana sin forma alguna. Unos dirán que tuvo suerte de que su madre no lo hubiera asesinado a él también. Pero Harry se repite en su cabeza que hubiera preferido que su madre también lo hubiera matado.

Lo que pasó después fue, su madre obligo a Harry a ayudarla a esconder el cuerpo. La enterraron en el patio. Harry no lloró en ningún momento, hasta ahora no ha llorado. Solo en ese momento se orinó en su pijama.

Paso solo un mes en el que Harry estuvo viviendo con su madre, antes de que encontrarán el cuerpo de Susy y el padre de Harry se hiciese cargo de él. Sus padres estaban divorciados.

Durante ese mes, Harry sintió una sensación diferente a lo que sentía antes por su madre. Ahora sentía mucho asco hacia ella, tenía muchas emociones totalmente diferentes a cómo la admiraba. Sentía rabia. Mucha rabia. Sentía odio. Le arrebató a su hermana y él no entendía por qué. Quería hablar sobre el tema pero su madre se había comenzado a comportar muy extraño. Era muy pequeño para comprender que era lo que ocurría con su madre. Su madre sufría de esquizofrenia¹.

¹La esquizofrenia es una enfermedad cerebral grave. Las personas que la padecen pueden escuchar voces que no están allí. Ellos pueden pensar que otras personas quieren hacerles daño. A veces no tiene sentido cuando hablan. Este trastorno hace que sea difícil para ellos mantener un trabajo o cuidar de sí mismos.