capítulo siete: INSPIRACIÓN

32 12 0
                                    

- Ya estamos aquí, ¿ahora que?.- indicó Vanidad sentándose en un pedazo de piedra.

- Tenemos que encontrar la entrada.- indicó Sabiduría.

- ¿y en donde se supone que está?. ¿Enfrente de nosotros?.- dijo Torpeza con todo burlón.

- Hay cosas que no vemos, pero que están ahí. Sólo hay que buscar para encontrar.- continuo Inspiración.

- Cállate, estoy harta de tus palabras baratas.- replicó Vanidad, enojada.

- El fue el que nos trajo hasta aquí. Por sus, "palabras baratas", como dices.- defendió Amor a Inspiración.

- Si, pero tu fuiste quien nos metió en esto. ¿o me equivoco?.- se defendió Vanidad, con arrogancia.

-Si, lo se

-¿y todo por qué?, porque la señorita quería que todos sean felices en lugar de dejar todo como estaba

-Solo quería un cambio, eso era todo

-Suena absurdo. Es como decir que quiero que todos sean como yo

-Pero...- no pudo continuar la mas amorosa de todos

- Basta de peleas y discusiones. Mejor hay que bailar.- propuso Humild para calmar a sus compañeros quienes lo miraron con seriedad- Ok, mejor no.

- Dejémonos de peleas y busquemos la puerta.- sugirió Sabiduría caminando a otro sitio.

- ¿y como es?, ¿brillante o aterradora?.- siguió Vanidad- No la encontraremos.

- Que negatividad puede tener una persona.- Torpeza se acercó a la orilla del edificio- O vanidad, ja ja.

- Ríete lo que quieras, terminarás callando.

- ¿y si mejor los dos se callan y ayudan un poco?- propuso Amor con aire serio.

- Esta bien. Pero sólo un poco.- se levantó Vanidad coquetamente.

Buscaron y buscaron, tocaron el aire he hicieron lo posible para hallar la entra al otro mundo, hasta que Inspiración habló y rompió el silencio.

-¡¡¡ He aquí, la entrada a nuestro mundo!!!.- al escuchar a Inspiración, todos corrieron a donde se encontraba.

Estaba parado en una esquina. Cuando volteo a verlos, se dejó caer.

- ¡¡Inspiración!!.- grito Amor

Toda se asomaron y no vieron rastro del cuerpo, no vieron si seguía cayendo o no. Inspiración había desaparecido y no sabían a dónde fue o en donde estaría.

- ¿Qué hacemos?, sabiduría deja de estar tan callado y di algo.- Humild alterada intentaba hacer entrar en razón a Sabiduría.

- Vamos, debe de estar vivo aún...

-¿Enserio piensas eso Torp?.- de nuevo Vanidad comenzó a fastidiar- Él ya está en el suelo, muerto por su culpa.

-¿Su culpa?.- Humild mira con extrañes a Vanidad

-Si, la culpa de Amor.- señala a la más pequeña de ellos que está acostada en el suelo llorando.

- Si lo se, no tienes que remarcarlo Vanidad. Has estado así desde hace horas. ¿no piensas parar ya?.

- No, no lo haré. Es tu culpa que estemos en esta situación.

- Vanidad para ya, la lastimas más de lo que ya está.- Humild se acercó a Amor para levantarla, y así fue.

- Hay que bailar o saltar como Inspiración.- bailando cerca de donde Inspiración se tiró estaba Torpeza riendo.

- Inspiración.- se puso de pie Sabiduría y aventó a Torpeza en el mismo lugar que el poeta.

-¡¡Ahhh!!.- escucharon gritar a Torpe

- ¡¿Qué has hecho?!.- todos gritaron y se aproximaron a Sabiduría.

- Vamos. Esta es la entrada.- el sabio se avienta al vacío y los demás observan como es tragado por una especie de puerta transparente.

- Sigamos le.- dijo Amor subiendo a la esquina y antes de que Humild le dijera espera, se aventó.

Después Humild se dejó caer, dejando a Vanidad sola.

-Que mal educados son, primero era yo.- dijo sus últimas palabras y desapareció como los demás.

Amor y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora