La mesa con copas medio vacías, platos con resto de comida, la chimenea aun encendida y nadie que se percatase de ellos, sus anteriores ocupantes ya no estaban ahí para ver aquello, ni nada que ocurriese ahí, ellos estaban en una habitación con más pétalos que formaban un corazón en el suelo y en la cama antes de que ellos cayesen con sus besos, caricias y un "Te amo".
Uno recorría el cuerpo del otro con deseo y excitación, hacia más calor allí que donde estaba la chimenea, el silencio reinaba alrededor de ellos salvo por el viento batallando contra los cristales de las ventanas, que dejaban ver aquel hermoso campo, pero pronto empezó a interrumpirse por los jadeos y gemidos de ambos, la pasión los abrazaba y les impedía detenerse, el se deshizo de la ropa de ella y ella de la de él con más lentitud que la vez anterior y es que los dos sentían que aquella vez debía ser algo más importantes que las típicas veces.
Ella lo miro a los ojos y pudo ver la dulzura de aquellos ojos color miel que le recordaban al chico que siempre le sacaba los suspiros desde el fondo de su corazón.
-Te amo-dijo el sobre sus labios, ella le acaricio de manera tierna el cabello-
-Te amo-el beso sus labios y se entrego a ella, con amor y pasión, el sabia que ella era la mujer de su vida y que lo amaba-
Aquella noche hicieron el amor incontables veces como si dos o tres no les saciara, para que a las tantas de la mañana quedaran profundamente dormidos. Cuando Paulo vio como su mujer comenzaba a cerrar los ojos que le daban la vida se acomodo a su lado y ella se recostó en su pecho sintiendo que aquello era mejor que su almohada habitual, luego Paulo subió la sabana blanca y fina para ocultar sus cuerpos.
A la mañana siguiente ella estaba completamente sobre de el con el rostro hacia un lado, Paulo beso su frente con ternura y creyó que estaba despierta al sentir unos leves golpecitos en su entre pierna sonrío picadamente, y la acaricio el rostro, los golpes empezaron a ser más duros dentro de lo que cabe y la joven no se movía, a Paulo le comenzó a incordiar.
-Mi amor para-
-Mmm...-Gimió ella moviendo el brazo aforrándose más a él.
Fue entonces cuando Paulo observo que ella no podía estarle dando en la entrepierna si tenia los brazos por el pecho de el. Bajo su cabeza.
Su rostro se ilumino y su mirada igual, aquellos golpes no provenían de Oriana exactamente, provenían de aquel que se mantenía dentro de ella aun, el se movió un poco y ella quedo boca arriba, con delicadeza y sumo cuidado coloco su mano sobre la abultada pancita que su mujer tenia y como había supuesto, aquellos golpecitos eran de su futuro hijo que ya deseaba salir.
Oriana parpadeo y diviso a Paulo con una sonrisa luminosa tocando su vientre.
-¿Qué haces?-Dijo con voz apagada y dormida.
El solo la cayó y llevo la mano de ella hasta su barriga.
La joven no sabia que hacer, era una sensación increíble.
-Le gustas más que yo-
-¿Qué?-Dijo confusa.
-Haz puesto la mano y ha pataleado aun más fuerte-
-Será que sale tan fuerte como tu...-
-No se porque tu manía de no saber hasta el final si es niña o niño, así nunca le puedo decir ¿Cómo estas campeón? ¿O como estas mi princesa?-
Ella lo miro con ternura, realmente le gustaría saber que sexo tiene a ella también, pero ni siquiera sabia que estaba embarazada hasta hace unas semanas atrás.
-Yo creo que es niña-
-¿Y eso porque?-
-Porque tenemos ya a un niño y porque quiero una niña-
-Es una buena respuesta-Rió ella.
-¿Cómo la llamaríamos si acierto?-
Dijo colocando su oído en el vientre, ella sintió ternura al verlo así sin hacer fuerza sobre de ella.
-¿Cual te gustaría a ti?-
- Emilia
-¿Y por que ese nombre?-Dijo arrugando la cara, el la miro y beso sus labios, el beso de los buenos días.
-Tu le pusiste a Bruno -
-Pero no es feo
-Claro que no, pero Bruno es como mas formal -el rio- además si es hija nuestra le quedara bien cualquiera. Da igual Oriana y punto-
-De acuerdo-Dijo sonriendo y el la beso a la vez que rodaba sobre de ella intentando no aplastarla para no dañarla quedando finalmente ella sobre de él.
-Buenos días señora Dybala-
-Buenos días amor-Dijo ella con necesidad y sin inseguridad el sonrío ampliamente ante su aceptación, deseaba ese "amor" desde que la había visto llorar con el porta fotos de la boda en las manos jurando que no recordaba nada de su amor ni de nada.
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Be careful what you want
RandomSeguí contemplado apoyada en la baranda del balcón los fuegos artificiales hasta que comenzaron a cesar, un destello parpadeo más de lo común junto con las demás estrellas y de pronto me di cuenta de que era una fugaz y sin pensarlo dos veces cerré...