CAPITULO 6

46 1 2
                                    

No me entero de quién va con quién.

-Ugh, me ha tocado con Billy el gordo. -Las palabras de Beth suenan distantes.

Llevo mirándome las manos tanto tiempo que no sabría decir cuánto son dos más dos. En un impulso miro a Liam. Tiene la cabeza agachada y los hombros caídos.

Vaya, no sabía que le caía tan mal.

Tengo los sentimientos revolucionados. Esto era lo que quería. Quería que me tocara con él.  Y ahora... no sé si reír o llorar. Por eso me sigo mirando las manos, como  si la solución a mi conflicto interior se hallara en ellas.

Y lo peor de todo es que no sé por qué me siento así. Lo conozco desde hace un día, no debería sentir lo que siento.

Pero lo siento.

Él me atrae, nunca lo he negado, pero es simplemente extraño que llegue a mi vida y cambie hasta mi forma de ser con las personas de un día para otro. Nunca he sido una chica tímida, lo cual me ha traído problemas más de una vez. Y ahora, un completo desconocido hace que dude de mí misma.

-Bueno, dicho lo dicho, manos a la obra. Podéis empezar a planificar ya vuestro proyecto. Recordad que es el primer trabajo del curso y la nota es muy importante. -Los ojos de Ava son decididos. Me pregunto si no se habrá propuesto ser directora.

Qué pregunta más estúpida.

-Ah, y chicos, el plazo para el trabajo es hasta la semana que viene, el lunes, así que daros prisa, no lo hagáis el último día.

Estoy muy nerviosa. Veo que mientras todos se juntan con sus respectivas parejas él no se acerca. Tampoco esperaba que lo hiciera.

Trato de infundirme valor. Cuento hasta diez y me levanto de mi asiento. Voy a tratar de ser simpática.

Levanto mi silla y la llevo hacia su mesa. Con piernas temblorosas,me siento. Estamos cara a cara y aún así él no me mira.

Pero yo sí. Fijamente. Y se me va a salir el corazón como siga así.

Hago un terrible esfuerzo por hablar.

-Hola, soy Annabelle. -Intento decir lo más casual posible.-Aunque creo que eso ya lo sabías.- Musito.

Él levanta la cabeza y me mira por fin. Me parece ver un brillo divertido en sus ojos.

No sabría decir cuánto tiempo pasamos mirándonos. Ninguno hace ademán de empezar a trabajar.

Al final soy yo la que rompe el contacto visual. Miro a mi alrededor. Nadie parece haberse dado cuenta del intercambio de miradas.

-Bueno, y...¿tienes alguna idea de lo que podemos hacer? -Le pregunto sin mirarle a los ojos.

-No. -Contesta él.

Su voz grave me hace estremecer. Ese marcado acento británico se me hace adorable.

Me es inevitable acordarme de la clase de Lengua donde leyó aquel poema. Parece que hayan pasado días.

Pero no. Sólo fue ayer.

De vuelta a la realidad, me acuerdo del poco tiempo que tenemos y lo mal que vamos de comunicación.

Y, sin darme tiempo a pensar, digo:

-¿Qué te parece si quedamos esta tarde?

Él abre los ojos como platos por un segundo.

-Vale. -Me asombra tanto que haya aceptado que me quedo en blanco.

-Oye, si vamos a trabajar en equipo, sería mejor que hablaras un poco más. ¿Lo vas a intentar? -Pregunto. Sólo quiero volver a oír su voz.

-Sí.

-Sí, ¿qué? -No puedo evitar sonreír. Él es adorable.

-¿Qué de qué? -Liam frunce el ceño.

-Que cómo me llamo. -No sé si lo he dicho porque quiero que diga mi nombre o porque la conversación nos ha llevado aquí. Ahora ya no sonrío. El corazón me va demasiado rápido. Otra vez.

-Annabelle. -Dice él con voz más firme de lo que me esperaba.

Ya está. Lo ha dicho.

Me encanta cómo pronuncia cada sílaba de mi nombre. Como si no volviera a tener la oportunidad de decirlo.

-Vale, bien. -Sonrío.-Pero puedes llamarme Anna.

-Ann... -Murmura él con la vista fiija en sus manos. Cómo me gustaría que me volviera a mirar.

-Anna es como me llaman todos.

-Pero yo no soy como todos.

Esto no me lo esperaba. Él no es como todos. Él es mejor que todos.

Me ha bastado conocerle un día para saber que todos se meten con él. Incluso los que no le agreden físicamente. Lo puedo ver en sus ojos. Le tienen asco.

Y él sólo se deja golpear como si no valiera nada. Como si fuera un muñeco que no puede sentir el dolor. Pero lo siente.  Puedo ver el dolor en sus ojos. En su forma de apartar la mirada cuando sabe que es observado. Ha debido de pasar un verdadero infierno cada día de instituto. Y sin embargo aquí sigue. 

Me doy cuenta de que me he quedado callada, así que intento seguir la conversación.

-Bueno, entonces...podemos quedar en mi casa...-De repente me acuerdo de que mis padres me matarían si llevo a un chico a casa que sólo conozco desde hace un día. -No, en mi casa no puedo.

Él sigue en silencio.

-A lo mejor en tu casa... -Intento no parecer maleducada. -Si no es molestia.

Se queda pensativo, pero me sorprende una vez más y dice:

-Sí, en mi casa no hay problema.

Vaya. Esto es raro.

-¿ A las... cuatro te viene bien? -Pregunto nerviosa.

-Sí...sí, claro.

Me mira a los ojos por última vez y suena el timbre. Suspiro. La primera hora de clase ha sido intensa.

-Hola, cariño. -Me saluda mi padre al llegar a casa.

-Hola. -Saludo, mientras me extraña no oír a Bob Esponja en la tele.

-¿Qué tal te ha ido?

-Bien, ¿y...qué ha pasado con los dibujos? -Dejo la mochila tirada.

-Josh está castigado sin Bob Esponja. -Responde mi madre detrás de mí.

Mientras me siento en la silla de la cocina siento que falta algo.

-Y hablando de Josh...¿Dónde está? -Miro a mi alrededor como si fuera a aparecer.

-Se ha enfadado y se ha ido a su habitación. -Dice mi padre riendo.

Mi madre hace ademán de irse, pero antes le digo:

-Ah, y hoy he quedado con un amigo para hacer un trabajo. -Antes de que me digan lo mismo de siempre, prosigo. -Volveré pronto para hacer los deberes, lo prometo.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Bueno bueno bueno, aquí está el sexto capítulo!!!

Lo había escrito hace unos días, pero no he podido subirlo antes D: de todas formas, creo que este es el capítulo más largo que he hecho hasta ahora.

Espero que os guste. Comentad y votad!! :)

Querida Ann...{Liam Payne} [CANCELADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora