CAPITULO 7

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Sólo llevo un cuaderno y un estuche en la mochila. Camino de un lado a otro leyendo la calle donde vive Liam.

Él solito vino en el recreo y me entregó el papel sin decir una palabra, y cuando casi lo perdía de vista hechó a correr.

Sigo andando de un lado para oro y sigo preguntándome cómo vamos a hacer el trabajo si el no pone de su parte.

Aunque él sí esté poniendo de su parte.

Poco, pero algo es algo.

Me sorprende mucho que haya decidido quedar en su casa.

Paro de andar y me siento en la cama. Él ha escrito su dirección. Su mano ha rozado el papel. Huelo la nota cual detective esperando que el olor a colonia de chico me haga toser.

Pero no. Sólo huele a papel.

Y sólo es eso, un simpre trozo de papel.

*LIAM*

Me he vuelto loco. Completamente loco.

Soy un gran idiota que no piensa en sus acciones. ¿Cómo se me ocure invitarla a mi casa? Pero en esos momentos, con ella mirándome, no me podía negar.

Me tumbo boca abajo en la cama y aprieto los ojos. Cómo se me ocurre.

Está claro que tenemos que hacer el trabajo. No lo hago por mí, si no por ella. No quiero que tenga una mala nota por mi culpa.

Me levanto cual poseso. Sé lo que necesito.

Cojo papel y un boígrafo y voy hacia mi sitio de siempre. El baño.

Dudo si coger o no la cuchilla, y al final me la guardo en mi bolsillo del pantalón. Al fin y al cabo, con lo estúpido que soy y el hambre que tengo, la necesito.

Después de estar una media hora en el baño, doblo el papel y lo meto en un sobre. Nueva carta.

La guardo rápidamente en la estantería de siempre, junto las otras. Debería empezar a romperlas otra vez. Pero, por ahora, me siento en la cama y espero a que ella toque el timbre.

*ANNABELLE*

-Adiós, mamá. -Digo mientras veo el coche de mi madre alejarse.

Me doy la vuelta y contemplo la casa de Liam.

La fachada es de piedra moderna. Tiene una gran ventana a la derecha de la casa y otra más pequeña en el centro. Antes de la puerta de entrada, hay una escalera con una maceta en cada escalón.

Es bonita, pienso.

Tiene hasta un pequeño jardín a un lado de la casa.

Por fin, me decido a subir las escaleras. Hasta ahora no había pensado en qué dirán sus padres de mí, pero me dejo de preguntas de último minuto, y llamo al timbre. Sólo espero unos segundos hasta que una mujer rubia me abre. Sus ojos azules me esudian con detenimiento.

"¿Será su madre?", me pregunto. No se parece en nada a él.

-Hola, soy Annabelle, vengo a hacer un trabajo con Liam. -Digo nerviosa.

-¡Ah, claro! -Exclama la mujer. -Pasa, pasa.

Entro en la casa tímidamente. Es acogedora.

Los suelos son de madera, igual que la escalera que tengo delante. Las paredes son de color crema, lo que le da un aire relajado a la estancia. Me fijo en que hay algunos cuadros colgados en la pared.

-¡Liam! ¡Liam, baja, tu amiga ha llegado! - Grita ella. -Por cierto, cielo, yo soy su madre, encantada. -Me sonríe.

-Igualmente. -Sonrío yo también. Esta mujer no se parece en nada a su hijo.

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2015 ⏰

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Querida Ann...{Liam Payne} [CANCELADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora