Anonymus

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Enfermería

Nunca me había enterado que en mi colegio existiera una enfermería, pero clásico siempre hay una primera. La clase de deporte nunca ha sido de mis favoritas y ahora entiendo porque, soy un asco en esta materia. Mi grupo de clases se resume a dos personas, dos amigos. Si me preguntan por los demás no sabré responder ni sus nombres, me caen mal y no mencionemos a la imbécil que me mando a la enfermería.

Flashback

El profesor Guerra hizo tres divisiones de grupo, el "A", el "B" y el "C" lo que para nosotros era, bueno, regular y malo, así nos clasifico en voleibol. A mí me calificaron por extraña razón en el grupo "B" donde estaban las regulares, Enrique clasifico en el grupo "A" y en el grupo "C" a Carmen y Daniela por lo que literalmente estoy sola.

Nos manda a hacer rotaciones triangulares de voleo, la pelota de este deporte es algo liviana y eso nos ayuda porque los movimientos son calculables y suaves. Junto a dos compañeras hago mi ciclo para practicar.

Algo totalmente pesado y duro se impacta violentamente justo en mi pómulo derecho y nariz, escucho dos sonidos terroríficos, el ruido de la pelota impactar conmigo y los gritos y risas de mis compañeros.

Las lágrimas llegan a mis ojos por el dolor del golpe, me encorvo y cierro mis ojos buscando un punto de control, odio que me vean llorar. Abro mis ojos y lo primero que veo es a Bárbara con la pelota roja de un kilo para las prácticas de resistencia, fuiste tú pedazo de mierda.

El profesor me coloca un paño húmedo en la cara y casi a ciegas me lleva a una pequeña puerta que dice "Enfermería"

¡Pero qué gran cumpleaños el mío!

Findeflashback

—Ya llamamos al seguro médico, pero por los momentos lo único que podemos hacer es limpiar tu nariz—Me dice Edna la enfermera, al parecer no se rompió mi nariz, no tienen ni idea así que llamaron al seguro médico del colegio.

—Aja—Suelto y miro al espejo de la pared por décima vez, mi cara estaba mojada por el sudor acompañada de mi prominente inflamación en el pómulo y el área de mi nariz que tenía un poco de sangre seca. Pero no se ve mal, bueno no se ve rota, al menos.

Hoy ha sido una mañana especial, primero es mi cumpleaños y gracias al sueño que tuve me quede dormida y llegue más que tarde al colegio, en el camino casi me atropellan por creerme inmortal al cruzar la calle y ni se diga lo que me paso con la portera.

Básicamente tenía diez minutos sobornándola y discutiendo con ella para que me dejara pasar hasta que solo se quedó en silencio literalmente se hartó y me abrió la puerta sin más entre al colegio y pedir mi pase para poder entrar.

Son las diez y cincuenta, a las once y quince se acaba la clase y puedo irme. No me interesa que vengan los medico quienes por cosa rara vendrán más que tarde no me convencen, ato mi cabello en una coleta decente y con cuidado limpio mi adolorida nariz frente al espejo de la pared con una toalla húmeda, por fin utilice las toallitas húmedas de emergencias, algo productivo de hoy.

Chiqui y Sophia me hicieron una carta, a pesar de sus horrores ortográfico y mala redacción fue la mejor carta que he leído en la vida, sus hermosas y significativas palabras me llegaron al corazón. De hecho, la tengo en mi carpeta con toda la intención de ponerla de portada interna.

Dejo todo lo que estoy haciendo con mi rostro para ponerme a buscarla y reírme otra vez con las ocurrencias de mis hermanas pero la carta no está, recuerdo muy bien leerla en privada ni siquiera la saque así qué no se pudo haber perdido. En absoluto.

Ӝ  Panitas  ӜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora