Capitulo 3:

9 3 0
                                    


Entré al apartamento. Todo estaba a oscuras. Intenté encender la luz, pero no funcionaba, al igual que las de la calle. A través de los largos pasillos, iba dejando un pequeños hilo de sangre en el suelo, proveniente del balazo en mi brazo. Miré en todos los lugares. La única habitación en la que me quedaba mirar era en una que estaba cerrada. La puerta era de madera clara,y había un pequeño cartelito de colores, seguramente echo con acuarelas, en el que ponía en letras mayúsculas : Danae.
Abrí la puerta y encontré a Danae en una esquina acurrucado. Estaba tapando su rostro entre sus rodillas. Le llamé por su nombre, y el me miró rápida y fijamente. '' ¿Nathaniel? ¿Qué haces aqui? '' dijo, derramando una lágrima.
-Eso no importa ahora, - me acerqué a él y me agaché a su lado. Le tendí mi mano. Ahora su rostro estaba iluminado por la luz de la vela que llevaba en mi mano. Estaba muy pálido, y parecía haber estado llorando bastante. - vamos, tenemos que salir de aquí lo mas rápido posible.
El me miró extrañado y de pronto me dedicó una mirada preocupada : '' estas manchado de sangre! Que te ha ocurrido?''
Parecía muy extrañado. Le dije que había '' sobrevivido''. Tomó mi mano y los dos nos levantamos. De pronto, se oyeron unos pasos. Alguien se acercaba. Me quité la mochila y la abrí para sacar la pistola. '' ¿que haces con una pistola? '' me dijo aterrado. Le dije que la había encontrado, y que serviría como defensa. Una sombra apareció en la puerta de la habitación. Estaba dispuesto a disparar, cuando Danae me grito que no lo hiciera. La sombra se acercó y cuando su rostro se iluminó, me dí cuenta de quien era: el hermano mayor de Danae. Estaba bastante manchado de sangre y cojeaba. '' volver a cas... '' un cuchillo atravesó sin previo aviso su cabeza, sobresaliendo por su frente. El asesino retiró el cuchillo y el cuerpo ya sin vida del chico cayó al suelo, creando un gran charco de sangre que llego hasta mis pies. Miré a Danae: estaba paralizado. Cogí la pistola con las dos manos, y sin ver claramente el cuerpo del terrorista que había matado a Mike, el hermano de Danae, disparé varias veces. El cuerpo cayó al suelo a unos pasos del de Mike. Danae corrió hacia el cuerpo de Mike y se arrodilló, llorando.
-Mike, despierta. Estoy aquí, todo es un sueño...-derramó una lagrima que cayó sobre la camisa de Mike- por favor... Despierta...
Me agaché a su espalda y le abracé, sintiéndome culpable de todo esto. Por mi culpa, por mi egoísmo, habia ocurrido todo esto. Mi deber ahora era protegerle. Sin dejar de abrazarle, le levanté del suelo. Sus ojos se cerraron y sus pies dejaron de sostener su peso. Había perdido el conocimiento. Le cogí en brazos y salí del edificio. Avancé corriendo a través de las calles oscuras, sujetando la vela con cuidado para no quemar la suave piel morena de Danae. Mientras le llevaba en brazos, note todo su cuerpo junto al mio. Sus brazos eran finos y delicados. Sus manos eran pequeñas y sus uñas rosadas y mordidas tenían algunas marcas de golpes. Su pelo castaño estaba despeinado y sus ojos cerrados le daban un aire de tranquilidad.
Mis brazos comenzaban a flaquear. No es que Danae pesara tanto, pero correr en la oscuridad con una persona en los brazos teniendo uno de estos heridos no es que fuera muy confortable. Me acerqué a una papelería cuya puerta era de cristal. Dejé a Danae sentado en el suelo con la espalda en la pared. Con un puñetazo rompí el cristal y abrí la puerta desde dentro. Cogí de nuevo a Danae y lo deje en el interior de la papelería. Cerré la puerta y bajé las persianas para k nadie pudiera ver el interior y descubirnos. Encendí varias velas y las repartí por toda la habitación, para ver un poco mejor. Me acerqué al lugar donde estaba Danae tumbado. Me arrodillé junto a él. Me fijé en su rostro: sus ojos, sus mejillas, sus cejas... Y sus labios. Poco a poco comencé a acercar inconscientemente mi rostro hacia el suyo. Mis labios comenzaron a rozar los suyos. Puse mi mano en su pecho de forma suave y le besé. Me alejé y le seguí contemplando durante un rato a la luz de las velas, hasta que caí dormido por el cansancio en medio de aquel desastre que yo había provocado de forma indirecta.
***** ***** ***** ***** ***** ***** *****
Alguien me estaba zarandeando. Lentamente abrí los ojos y encontré los ojos color almendra de Danae a unos pocos centímetros de los míos. Me estaba llamando, y parecía preocupado.
-Nathaniel, nathaniel. Despierta. Dónde estamos?
-Aquí estamos a salvo-me levanto y el hace lo mismo- no te preocupes. Ahora tenemos que irnos, debemos volver con una amiga.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 30, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Apaga las velasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora