7.

1.1K 66 68
                                    

— ¿Ruggero qué haces? — Me gritó mí novia.

— ¡Me voy!

— ¿A donde te vas, imbécil? Estamos acá juntos, vos no te vas a ningún lado.

— No puedo con esto, ¿De verdad no te acordás nada del otro día? — Ella apretó la mandíbula. — Lo sabía. No puedo seguir haciéndote esto, ni a ti, ni a mí.

— Estamos bien juntos, Rugge, no es necesario. — Dijo con la voz quebrada.

— No, Cande, yo no estoy bien.

Cerré la maleta de mí ropa y me dirigí a la salida.

— ¿Y a dónde irás? 

— No lo sé.

— ¿Volverás?

No contesté y sencillamente me fui, porque sabía que eventualmente acabaría volviendo. Pero estaba teniendo un momento de valentía y quería hacerlo. Salí del hotel y caminé hasta otro, uno que estaba a una calle del anterior; porque tenía las excursiones pagas y definitivamente las haría.

ruggeropasquarelli: ¿Quieres venir a Hawaii?

Porque a los momentos de valentía hay que explotarlos al máximo, y estaba dispuesto a hacerlo aquí y ahora, la necesitaba conmigo.

karolsevillaofc: ??????

ruggeropasquarelli: NO LO SE, acabo de pelearme con cande, me fui, estoy solo en otro hotel y no paro de pensar en tí.

(...)

No creo que venga en realidad, pasaron algunas horas y no me ha contestado, estoy asustado porque acabo de hacer una jugada muy intensa y ni siquiera lo pensé, solo le dije que venga porque es todo lo que mi cuerpo está pidiendo hace meses.

Me había resignado a su presencia y acabé yendo a la piscina del hotel, al menos el agua me despejaría un rato; volví a mi habitación por la noche completamente agotado, dormiría como una morsa, y claro que estaba durmiendo cuando la insistente vibración de mi teléfono me despertó; haciendo que coja la llamada sin mirar quién era.

— ¡Ruggero! — Gritó la voz de Karol.

— ¿Karol? ¿Qué ocurre?

— ¡He estado enviándote mensajes durante las últimas seis horas! 

— Si... estaba durmiendo, ¿qué pasó?

— ¿Puedes venir por mí al aeropuerto? — Dijo con voz tímida.

— ¿Estás aquí?

— Si, Ruggero, no me hagas arrepentirme. — Amenazó riendo.

— Ya voy.

Colgué la llamada y, como si fuera un adolescente, comencé a saltar y correr para vestirme decente; no es un día cualquiera, vería al amor de mi vida una vez más. Claro que, la emoción nubló mi juicio y acabé usando una camisa blanca abierta y un short de baño; casi. Corrí escaleras abajo con las llaves del auto en mi mano y conduje sintiéndome Toretto, ¿o un torero? Ya saben, poner el alma en el ruedo, no importa lo que se venga para que sepa que la quiero.

Estacioné posiblemente mal, y sé que tendré una multa al volver, pero en este momento solo quiero correr a sus brazos. Y eso hago, corro a través del aeropuerto en busca de mi pequeña castaña como si estuviera en una película, y acabo encontrándola sentada sobre una maleta, riendo frente a su celular. Y me detengo porque sé que la amo, porque su sonrisa es aún más bella de lo que recordaba y su pequeño cuerpo me genera tanta ternura que no cabe dentro de mí.

Enero 11 [Ruggarol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora