Velvet

298 20 8
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Tu tacto es como terciopelo
Tus labios son como terciopelo
El lugar que tocamos es como terciopelo
Me gusta eso, me gusta eso

Todo empieza con el sonar del timbre.

¡Diablos, diablos!

Solo con ese sonido de pronto me siento ansioso. El avisar de su llegada me llena de nervios y excitación a la vez. Luego de tanto tiempo haciendo esto, aun me provoca todos estos sentimientos como si fuera la primera vez.

No voy a atender, no hay necesidad porque ya sabe mi contraseña, solo toca el timbre para alertarme, para que ya todo esté completamente listo cuando ingrese a mi departamento.

Para ésta gran ocasión le he conseguido un vino importado desde Chile. Yo prefiero la cerveza, pero sé que él tiene debilidad por ésta bebida y por eso gasto tanto en conseguirle uno de los mejores, solo para él.

Voy a servir un poco en una copa, cuando escucho la puerta ser abierta, unos pasos y el cerrar del seguro.

Sé que lo que planeaba para la velada no se dará cuando al chocar nuestras miradas, veo en sus felinos ojos la misma excitación que me tiene dominado.

Sin siquiera colgar su bolso y abrigo en el perchero, camina hacia mí como un puma a punto de atacar a su presa. Casi se lanza encima de mi cuando me rodea el cuello con sus brazos y me besa ansioso.

Con suerte logro dejar la botella de vino y la copa en la mesa de noche, ya con las manos libres le tomo de su cintura y lo apego a mi.

De haber sabido que iríamos directo a ello, tal vez no me hubiera esmerado tanto con la preparación, pero no me quejo del todo. No importa el orden en que lo hagamos, solo quiero tenerlo cerca.

Se separa de mi, dejándome casi sin aliento. Su sonrisa es traviesas cuando camina hacia mi habitación y abre la puerta de ésta. Solo ver mi cama y como toma asiento en ésta con una expresión de falsa inocencia hace que mi cuerpo entero se caliente.

Se muerde el labio inferior con esa sonrisa provocadora que tanto amo y me hace una señal con el dedo para que me acerque a él y le obedezco como un perro entrenado.

Mi habitación está a oscuras, tengo las luces apagadas y las cortinas bajas para que no sepamos cuando es que se ha hecho de día. Ese fin de semana es para nosotros únicamente y no quiero saber el tiempo, no quiero saber cuando se ha hecho de día, ni de noche, ni nada, solo quiero estar apegado a esa persona, encima, debajo y dentro de él.

No sé en que momento ya estoy encima suyo besándolo. No, le estoy devorando los labios. Se los lamo, los muerdo, los saboreo y cuando suelta un dulce gemido, aprovecho a introducir mi lengua, la cual acepta gustoso y le da la bienvenida con la suya, enredándose obscenamente.

Antes los famosos besos "franceses" me parecían asquerosos, pero ahora me enloquece cuando al separarme de la boca ajena, un hilo de saliva aun une nuestros labios.

The Key to My HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora