Capítulo 5

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Flor

Flor llega a las instalaciones para la sesión de fotos que le había conseguido Mercè con Eric Soto, una de las más grandes promesas en la fotografía del mundo de la moda. Flor con su pelo cobrizo y sus ojos verdes no pasaba desapercibida por nadie, su mezcla de sangre argentina e italiana era perfecta para muchos trabajos de moda.

—Hola, buenos días. Tengo una cita con Eric Soto, soy Florencia López, la modelo recomendada por Mercè Sánchez.
—Buenos días Florencia, yo soy Luz, la asistente de Eric, te estábamos esperando. Realmente eres tan bonita como nos dijo Mercè, a Eric le vas a encantar.
—Gracias Luz, pero espero encantarle por mi trabajo, y no por otra cosa, soy muy profesional con ello. «A la mierda la profesionalidad, pero qué tío»—Pensó Flor al ver salir a Eric de una habitación.
Eric, era el típico hombre con cara de ángel, como le gustaban a ella, altos, de complexión atlética, con ojos claros y con una sonrisa perfecta.
—Madre mía, pero a quien tenemos ya aquí—Decía él, con los brazos abiertos andando hacia Flor.
—Un placer Florencia.
—Oh por favor, llámame Flor.
«Y, por supuesto, el placer es mío». Pensó ella, mientras se estrechaban las manos.
—Pues Flor, acompáñame, ¿Te ha contado algo Mercè sobre el trabajo, o sobre mí? —le dijo mientras entrecerraba los ojos.
—Sí, es para un catálogo de lencería, ¿no? Pero cuéntame Eric, soy toda oídos. —Le contesta Flor, coqueteando y sonriendo como solo ella sabe hacerlo.
Lo de estos días parecía un auténtico juego de seducción, el descaro y las risas de ambos traspasaban las paredes del estudio. Existía una química entre ellos absoluta, lo que ella no sabía es que Eric no es de lo que se anda con tonterías y esto en breve le pasaría factura.
—¿Nunca te han dicho, que eres extremadamente sexy?
—Puede que sí, pero has de saber que, a la vez de sexy, puedo llegar a ser muy peligrosa, créeme.
—Las cosas para creérmelas, antes siempre tengo que verlas, y sobretodo probarlas con deleite.
—Me parece bien, en esta vida hay que probarlo todo, ¿no crees?
—Por supuesto que sí, nena. ¿Te gustan las emociones fuertes?
—Eric, a mí me gusta todo, cuanto más fuerte mejor, lo sencillo no va conmigo, no tengo límites.
—Eso me parece de lo más perverso—le contesta él, mientras se acerca a ella acechándola con la mirada.
La temperatura en la habitación iba subiendo cada vez, tal y como la conversación subía de tono, Flor solo vestía con un diminuto tanga de encaje unido a su ligero negro conjuntado con su sujetador, con unos guantes largos de raso hasta el codo. Ella estaba sentada en una especie de baúl de cuero rojo, con unos grandes cierres plateados.
Flor se da cuenta como en ese momento, Eric para en seco, saca su móvil y envía un mensaje, a los pocos segundos se oye la puerta de la calle.
—Luz ya se ha marchado, le ha surgido un imprevisto, así que tendremos que seguir solos , ¿te parece bien? —Le dice mientras se desabrocha la camisa y deja entrever un cuerpo escultural.
—Que le vamos hacer, si tiene prisa—le responde Flor mientras se humedece los labios y su corazón cada vez late más rápido.
—Parece que hace calor—Le dice él mientras se quita la camisa y se desabrocha el primer botón del pantalón vaquero. Volviendo hacía ella, se pone delante suyo e empieza a acariciar lentamente el cuerpo y el sexo de Flor, ella sonríe y se deja hacer a su merced, agarrándole por el pelo y abriendo las piernas dándole a Eric más accesibilidad, mientras él se pierde en su húmedo y palpitante sexo. Los gemidos de Flor envuelven toda la habitación. Cuando tiene a Flor totalmente vulnerable, Eric se separa de ella, se levanta y se sienta en frente de ella en un sofá, reclinándose hacia atrás, mientras Flor puede apreciar el gran bulto marcado en sus pantalones, él coge la cámara de fotos, diciéndole.
—¿Quieres más? Pues provócame, demuéstrame tu perversidad.
Así que Flor comienza a desnudarse, tocándose lentamente, provocando a los dos un calentón más grande. Eric, ya desnudo, va tomándole fotos, y su erección hace que Flor se descontrole aún más.
Completamente desnuda, solo con los zapatos negros de aguja, se dirige hasta Eric, él deja la cámara y empuja a Flor para que se ponga de rodillas delante de él, de una manera tan fuerte y ruda, que ella se da un duro golpe contra en suelo. Y agarrándola con fuerza por el pelo, saca una navaja, mientras la pasa por su cara y pecho.
—¡Pero qué coño haces! ––Le recrimina ella, mientras intenta levantarse.
—Ahora al que le toca jugar es a mí, por cierto, te mentí, le dije a Luz que se marchase, ya que no quería que nadie escuchase tus gritos de clemencia, si no te mueves mucho, esto acabara rápido.
Le vuelve a tirar fuertemente del pelo, dándole un duro golpe con un mosquetón de hierro, en la cabeza, consigue que ella caiga de lado al suelo. Eric no pierde la oportunidad y se le abalanza, intentando  cruelmente llegar al fin de su cometido, mientras ella desorientada por el golpe, no sabe bien lo que está pasando, la va estrangulando según va entrando y saliendo de ella. Flor, a duras penas puede chillar, ya que la presión que ejercen las manos de Eric sobre ella provocan que respire con dificultad.

Oyen un ruido fuera, él se levanta rápidamente, sacando una navaja, dejando a Flor malherida y ensangrentada en el suelo.
Se abre la puerta de golpe y entra Mercè, que había quedado en recoger a Flor. Al encontrase a su amiga en ese estado, no puede reprimir un grito, mientras Flor la mira con cara de terror viendo a Eric por detrás decidido atacarla. Él le da un golpe por detrás. Mercè cae al suelo, inconsciente justo al lado de su amiga.
Eric se pone de rodillas agarrándole del pelo a Flor, mientras la amenaza,
—Te juro que como digas algo de todo esto al policía os matare, arruinaré vuestras carreras, y créeme que, al ver este video, nadie os va a creer. Encendiendo el video, en el que Flor gritaba de placer mientras él se aprovechaba de ella.
Eso más una dura patada en las costillas hace que Flor por unos minutos pierda la conciencia.

—¡Merce! ¿Estás bien? ¡Dime algo, joder!
—Creo que sí, llama a la poli Flor.
—No podemos llamar a la policía, me ha dicho que si lo hacemos nos matará, además nadie nos creería.
—Como no nos van a creer, no digas tonterías, solo tienen que vernos.
—Tiene un video de minutos antes, y créeme nadie se pensaría al verlo que me ha intentado violarme, esto tiene que quedar entre nosotras.
—¿Como que tiene un vídeo? ¡Dios no quiero pensar que hubiese pasado, si no llego a aparecer!, menos mal que estaba la puerta abierta.
—Confía en mí, vayamos al hospital y digamos que nos han agredido, pero en la calle, al subir al coche o algo, luego te contaré lo sucedido, por favor, chavala es lo mejor.
Rompieron los cristales del coche de Merce y algún que otro foco y llamaron a una ambulancia.
—Menos mal que el seguro cubrirá esto. Te estás volviendo loca Flor, verás como nos trae consecuencias, lo que te ha pasado es traumático, ¿no lo entiendes? Esto no tiene ni pies ni cabeza.
—Lo entiendo perfectamente, pero créeme que Eric también, y no dudo de su palabra de matarnos para nada. ¡Oh vamos, tú misma has visto cómo actúa! No te puedes imaginar todo lo que me ha llegado a hacer. —le dice Flor en un mar de lágrimas.
—Está bien, tranquila, ya hemos dicho lo de la agresión, solo hemos cambiado la situación y los agresores, lo importante es que estamos bien, solo eso. Madre mía, nos veo en la cárcel.
Al llegar al hospital, las separan en dos boxes.
—Hola buenas noches Mercè, soy el doctor Bruno Salavatierra, ¿cómo se encuentra?
—Hola, doctor, algo aturdida aún, preocupada por mi amiga, y por el brazo, no puedo moverlo, creo que con la caída me lo he roto.
—Sí, es muy probable, estoy esperando el resultado de la radiografía, pero no tiene muy buena pinta, parece estar fracturado por dos partes, una por la colisión contra el suelo y otro haciendo algún sobre esfuerzo.
—«Mierda nos pillan fijo, ya sabía yo que la idea de destrozar el coche era mala». No me diga eso de mi brazo, soy fotógrafa y lo necesito en buenas condiciones. —Le responde ella para disimular.
—No se preocupe, Señorita Sánchez, si es cierto que tiene el brazo fracturado por dos partes, con una buena recuperación, podrá volver pronto a la normalidad. No quiero ni pensar el susto que se debe haber dado, menuda panda de cabrones, aunque ha tenido suerte, su amiga es quien se llevó la peor parte. ¡Pobre!
—Sí, la verdad es que lo hemos pasado fatal, no sé cómo superará lo sucedido, es algo muy serio y fuerte, y me da miedo porque la veo demasiado entera.
—Es normal, está es un estado de trauma psíquico, suele pasar cuando vives un suceso tan traumático, a veces tiene una fase de negación antes de sumirse en un caos. Pero eso no quiere decir que la persona no sufra, hay gente que opta por hacerse la fuerte, porque así crean una especie de bloqueo a lo sucedido. Va a necesitar mucha ayuda, cualquier cosa le dejaré mi número, conozco a buenos psicólogos que podrán ayudar. ¿Te parece bien, Mercè?
—Me parece bien, Bruno––Mientras sale el Doctor, saludándonos.
Por fin nos dejan entrar a ver a las chicas.
Yo entro primero a ver a Mercè y Cris a Flor, a ella por las circunstancias de lo sucedido la tienen en un bóxer diferente, además que Marcos y Cris han decidido llevar el caso del ataque.

—¿Cariño, cómo estas?— susurro a mi amiga mientras la abrazo.
—Casi, tenemos que hablar en privado. —me dice en voz bajita para que nadie pueda oírnos, mientras me agarra fuerte la mano.
—¿Qué pasa?—le contesto en el mismo tono de voz.
—Aquí no, no es seguro, luego,  por la noche, te cuento en tu casa, no quiero estar sola—dice con la voz entrecortada.
—Por supuesto que sí, eso no tienes ni que preguntarlo.
Al momento, entran Cris y Marcos por la puerta, y Mercè enmudece de golpe. Bajando la mirada hacia el suelo al ver a Cris. "Mierda algo pasa"
"Joderrrr chicas, en qué lío os habéis metido"

—Hoy no podemos hablar con Flor, está demasiado desorientada con los calmantes, mañana ya volveremos para tomarle declaración, ya que estará más tranquila.
¡ Malditos cabrones, cuando los pille me los voy a cargar!—exclama Marcos muy exaltado.

—¿Tú que tal estás?— le pregunta Cris a Mercè mientras le abraza.
—También tenemos que recoger tu declaración—dice Marcos mirando hacia Mercè. Le corto rápido diciéndole:
— Creo que ya han tenido bastante por hoy, sé que hacéis vuestro trabajo, pero creo que por la amistad que os une, es mejor dejarlo todo para mañana.
Venid a primera hora a mi casa, le tomáis declaración a ella y luego ya a flor en el hospital.
Hoy ya ha sido suficiente para todos.—tienes razón. Dice Cris acariciando la espalda a nuestra amiga mientras Mercè me da las gracias con la mirada.
En ese momento, entran las demás, no sé si con más cara de susto o de disgusto.
Así que después de ponerlas al día, María decide quedarse en el hospital para acompañar a Flor.
Nos despedimos de ellas, en cierto modo solo de María, ya que Flor sigue profundamente dormida.

Sonia se va con su moto, mientras Mercè y yo volvemos con mi coche.

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⏰ Última actualización: Jan 26, 2019 ⏰

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