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[ El balón se había salido de la terraza principal de la casa hasta la carretera porque Min no lo había atrapado, era el que más cerca se encontraba del balón así que fue él quien se dirigió a buscar dicho objeto en la calle.

Normalmente esta zona siempre se encontraba libre de autos o algún tipo de vehículo, no era para nada traficado y que viéramos uno siempre resultaba extraño. 

Estábamos confiados de esa idea que no pensamos que justo en el momento que Min cruzaba un pequeño auto aparecía de repente. El coche frenó a tiempo pero aún así logró golpear su pierna, deben saber que fue un "roce" de auto pero esos seguían siendo dolorosos.

No fue tan grave el asunto pero aún así sabía que a Sungmin le dolía la pierna. Pasaba días quejándose del dolor y tanta fue nuestra desesperación que tuvimos que llevarlo al hospital donde dijeron que tenía una fuerte inflamación por el golpe y esa era la causa de los dolores. O algo así, realmente no recuerdo.

En las noches no dormíamos, se la pasaba gritando todo el tiempo y no soportaba ver sus lágrimas, no quería que se sintiera de esa manera..]

Mis ojos posados en la nada podían ver el reflejo del agua cayendo de mi cuerpo junto con la espuma que había producido el jabón con el cual me había lavado. Miré mis pies solo como un punto de distracción que pudiera servirme y ayudarme para mantenerme tranquilo.

El agua parecía ser lo único que podía despejar mi mente de todo esto que me hacía recordar, sin embargo esta vez no funcionaba pues un recuerdo más se me había venido a la cabeza de la nada. Eso era lo que me había estado pasando últimamente, eran varias cosas las que recordaba y me hacían sentir inquieto.

Lo que aún no comprendía era la razón del por qué me estaba pasando todo esto. ¿A qué se debía? Es normal que al recordar los momentos que compartiste con una persona a la que quisiste..¿Te duela y al mismo tiempo sientas miedo?.

Porque de alguna manera eso era lo que sentía cada vez que recordaba algo, miedo,.. tensión, y supuestamente Leeteuk debía de ser todo lo contrario.

Rendido conmigo mismo terminé de bañarme. Ah, ducha...no me ayudaste mucho esta vez. Cuando salí del baño me dediqué a secar mi cuerpo correctamente y de la misma manera lo hice con mi cabello, y después a vestirme. Normal y cotidiano de una persona al salir de un rico baño.

No buscaba qué hacer así que empecé a querer concentrarme en pensar en algo divertido para no pasar mi tarde del domingo aburrido pero, cómo interrupción a mis pensamientos varias risas se colaron a través de las paredes de la habitación desconcentrándome, eran de los chicos, me preguntaba qué tanto estaban haciendo.

Decidí salir de la habitación, no tenía aún nada en mente pero tampoco planeaba quedarme encerrado. Desde la puerta se escuchaba las fuertes risas de los chicos mientras que hacían algo a lo que realmente no le tomé mucha importancia, o más bien, no le presté mucha atención, solo estaban corriendo. Entonces lo ví, mi mirada fue fijada en su pequeño cuerpo encogido en el suelo, estaba recogiendo piedras como hacían igual los demás, tal vez en el tiempo que me tomaba en la ducha habían inventado un juego.

Él seguía haciendo lo mismo y yo solo me dedicaba a observarlo para estar atento a todo lo que hacía, tenía una sonrisa que se hacía cada vez más grande por cada piedra que recogía. Simplemente dulce. Pero entonces pasó.

Sin darle órdenes a mis piernas estas empezaron a dirigir lo demás de mi cuerpo; cuando lo vi acercarse a lo que era la carretera mis pasos fueron cada vez más rápidos hasta que llegué a él tomando rudamente su brazo, yo no sabía qué era lo que estaba pasando ni lo que estaba haciendo, mi mentalidad se había quedado en blanco y solo veía lo que mi cuerpo por sí solo hacía que haga. Entonces sin intención alguna lo jalé hacia mi cuerpo y lo abracé tan fuerte solo un segundo antes de que un auto pasara a su máxima velocidad.

Vueltas del Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora