El infierno tiene una nueva reina

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Advertencia⚠️
Este capítulo tiene lenguaje sexual medio, por lo cual si no es de tu agrado, te invito a que esperes el siguiente.

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Cuando el santuario desapareció, todos entendieron que ya había terminado todo: Elizabeth ya no estaba en Britannia. Muchas lágrimas de dolor se veían y escuchaban, pero también ciertas sonrisas de alivio, de felicidad por aquella diosa que sufrió por tanto tiempo y que al fin pudo realizar su voluntad.

Una gigante en su forma pequeña alzó la vista al cielo, con su mano en el pecho y una sonrisa en su rostro.

-Espero volver a verte, amiga...- dijo en un susurro.

-Diane, ¿te quieres quedar aquí un rato o regresamos al bosque?- le dijo King tocando su hombro con un rostro dulce, tratando de no sacar a su mujer de sus pensamientos.

Ella se lanzó a sus brazos, plantándole un gran beso a su rey hada, mientras que él la abrazaba, entendiendo su sentir.

-Gracias King, no te preocupes, ya podemos irnos. Pero, me gustaría ir volando contigo y no en Chastiefol, ¿se puede?-

Él le sonrió y acarició su cabello. -Claro que sí, vamos a despedirnos y nos vamos.-

Los 6 pecados se despidieron, cada uno tomando su rumbo. No sin antes reconstruir el Boar Hat, gracias a uno de los hechizos de Merlín, echando el tiempo hacia atrás antes de que Elizabeth lo destruyera. Todos se alejaron, rumbo a su destino, quedando Ban e Elaine justo en frente de su negocio y hogar.

-¿Sabes? Respeto mucho la decisión de Meliodas al eliminar los recuerdos de la princesa... Yo no podría hacer eso contigo.- le hablaba Ban a su pequeña hada, quien flotaba a su lado, con esas hermosas alas coloridas.

-Quisiera poder decirte que está mal ser tan egoísta, pero pienso lo mismo que tú. El amor que ellos tienen rebasa todo límite conocido: uno aceptando vivir su vida sin ella para verla feliz y la otra, quitándose la vida para estar a su lado, dejando todo atrás...- decía Elaine mirando al cielo, mientras decía lo que pensaba de sus amigos. Realmente, era una historia para contar.

-Vamos amor, almorcemos algo... ¿O prefieres que te coma a ti~?- la tomó por la cintura y le dio un beso juguetón, mientras caminaba hacia el bar.

-Tú no cambias, ladrón~...-

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Meliodas regresó al castillo, iendo inmediatamente a su habitación para buscar las ropas adecuadas por el lugar donde debía ir.
Su hermano, seguido por Gelda, se paró en el marco de la puerta, viendo a un rey ya vestido con una camisa negra sin mangas y un pantalón a la rodilla, con un estampado azul y negro, provenientes de una de las criaturas del purgatorio.

-No puede ser, ¿Elizabeth lo hizo?- le preguntó bastante sorprendido.

-Sí, exactamente frente a mí... Tengo que rescatarla antes de que su alma se pierda.- le respondió con el ceño fruncido y su marca demoníaca activa.

-No será difícil encontrarla, las diosas al quitarse la vida, son las únicas criaturas que atacarían al rey demonio al verlo entrar al purgatorio; no lo reconocen como su rey.- interrumpió Gelda, que conocía bastante de cada clan, debido a la cantidad de libros que leía estando en su castillo. -Tienes que rescatarla antes de que pasen 10 años allá, 10 minutos acá, así mantendrás su mente y alma intactos.-

A Love Like HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora