Prólogo

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Recogió su largo cabello en una cola mientras miraba el espejo: otra vez no había nada. Cuando se fue a dormir lo había visto una última vez, pensando que encontraría una sombra conocida. No hubo nada más que su reflejo buscando algo. Ahora se preparaba para ir a la escuela, sin apartar la vista del espejo, ignorando que su piel cada día estaba más pálida.

--Hijo, llegarás tarde a la escuela. --dijo su padre Valmar tocando la puerta. Varus se dio cuenta que había estado en un transe y se siguió preparando. No notó que algo oscuro en su reflejo lo observaba.

Ni siquiera tomó su desayuno cuando bajó. Simplemente se fue directo a la escuela, como si una parte de él le dijera que huyera lo más rápido. Otra parte, más insistente, le decía que se quedara sin oponer resistencia. La segunda era cada vez más tentadora. 

Varus pasaba casi desapercibido entre los pasillos. Desde hace unos meses había optado por llevar un buzo gris con una capucha con la que podía esconderse de las miradas indeseadas. No se atrevía a mirar a nadie, y esperaba que nadie lo notara a él. 

Al entrar a clases las palabras del maestro Swain perdían cada vez más sentido para Varus. Intentaba fijar sus ojos en el maestro, pero sus párpados pesaban cada vez más y más. Por un segundo todo se volvió negro, pero al volver a ver la luz se dio cuenta que seguía en su salón de clase. Ahora solo estaba vacío. Miró desesperadamente a su alrededor, notando que todos los pupitres estaban destruidos, salvo el de él. Las paredes blancas dejaban deslizar en ellas un líquido carmesí que poco a poco se tornaba negro, pintandolas por completo. El joven quería gritar, pero de su garganta no salía nada. 

Varus cerró los ojos y al abrirlos estaba nuevamente en su salón, en el último pupitre, sin que nadie notara el sudor en su frente y sus ojos que casi derramaban lágrimas. 

-- ¿Pasa algo, señor Lightheart*? --preguntó el noxiano, cerrando su libro con una fingida preocupación en su rostro. 

--Lo siento... Solo vi algo raro... --respondió intentando recordar qué había visto para ponerlo así, ya no podía saber qué es lo que había soñado hacia un segundo.

--Oh, supongo que una mala pesadilla. Eso es lo que sucede cuando se duerme en lugares que no son para eso. --La clase empezó a reír. Swain golpeó su libro pidiendo silencio. Poco a poco se acercó a su pupitre. Varus intentó calmarse y centrarse en el castigo que claramente iba a recibir--. Quiero verte después de clases, y espero que al menos tengas todas las notas listas al finalizar, ¿de acuerdo? --le murmuró de forma fría. Varus asintió empezando abrir su cuaderno y sacar su pluma. Al menos ya nadie tenía su mirada en él.

--Audie... bant*... --Varus agudizó sus oídos y miró a la ventana donde pensó que provenía el susurro. Por un simple momento pudo ver una sombra oscura, con dos agujeros enormes donde deberían estar sus ojos, y una sonrisa amarillenta, llena de colmillos grandes y deformes. Se sobresaltó y se cayó de su pupitre, provocando por segunda vez las risas de sus compañeros, excepto el de uno. 

-- ¿Nuevamente quiere llamar la atención, señor Lightheart? Quiero que se retire ahora mismo, lo espero en la dirección en unos minutos. --ordenó severamente Swain. Varus tomó su mochila y salió, sin notar que una mirada ámbar lo seguía. 

Al cerrar la puerta del salón las luces del pasillo vacío se apagaron. Varus pensó que debió ser una falla eléctrica. 

--Ya es hora... mi Príncipe de Sangre. --sintió una aliento frío en su nuca, pero familiar. La voz era ronca, pero parecía casi inexistente. Como si ya hubiese hecho eso mil veces y más. Varus volteó preguntándose de dónde salió eso; no había nada. Las luces volvieron de un momento a otro.

--Lo siento, otra vez las luces no funcionan bien. --dijo el conserje Gragas que acaba de pasar--. Perdona si te asustó, suele pasar de vez en cuando. --intentó sonreírle, pero Varus no paraba de sentir asco hacia su gorda figura. Simplemente asintió y siguió caminando hacia la dirección. 

Tal vez solo era paranoia, últimamente los trabajos lo volvían loco, además que pronto cumpliría los diecisiete y tenía que empezar a buscar un trabajo, saber qué estudiaría en la universidad y tal vez una pareja. 

--No pienses en esos asuntos mortales. --dijo una un poco diferente, enojada. Varus no se atrevió a preguntar en voz alta quién había sido. 

--Darkin, querido hermano... Nosotros somos los Darkin.

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*Lightheart: Apellido de Valmar y Kai, basado en cómo se llaman el uno al otro en el cómic, "Luz del corazón"

*Audiebant: escúchame en latín. 

Dedicado a Aldy-Bet (que no puedo etiquetar). Gracias por hacerme amar a los Darkin, en especial a Aatrox y Varus (aunque amo a los tres por igual)

No pensé que realmente llegaría a publicar esto. Quisiera que la historia se apegara más al canon conforme avance, no sin olvidar que es un universo alterno, así que pido paciencia. 

Muchas gracias por leer este corto, muy corto capítulo. Prometo que los siguientes serán mucho más largos. 


La seducción del demonio [Aatrox x Varus]Where stories live. Discover now