Recuerdos de Targon

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No estaba en ningún lugar conocido. Todo lo que lo rodeaba era una oscuridad intensa y fría, pero que a su vez no lo atemorizaba. Luego una débil luz de luna iluminó el lugar lo suficiente para mostrar que estaba hecha de piedra del milenio pasado probablemente, pero lo único que le importó a Varus fue el centro, donde había un arco. Tal vez de un metro y poco más, de un hermoso lila que brillaba en la oscuridad y lo llamaba. 

--Es tuyo hermano, tócalo y conocerás tu verdadero poder. --Pudo escuchar la voz susurrando en su oído. Se vio más tentado, dando pasos lentos y estirando su brazo. 

-- ¡Ahí estás! --dijo Kayle mientras lo tomaba del brazo--. Vi muy bien todo. No puedo creer que seas tan débil para eso. 

-- ¿Yo qué...? --murmuró Varus sin entender--. ¿Lo viste todo?

--Por supuesto. --Valmar y Kai se acercaban con gran velocidad en sus pasos--. ¿Ven? No está a salvo aquí. Tarde o temprano Aatrox vendrá por él. Hay que llevarlo a Targon, donde estará seguro. 

-- ¿No podemos ir con él? Es nuestro niño. 

--No. Los mortales no deben pisar tierra celestial. --respondió fría. De su bolsillo sacó un collar dorado--. Póntelo y nunca te lo quites. Por nada en el mundo. Por más voces que escuches. 

Varus miró el collar y se quedó hipnotizado por el brillo. Le parecía conocido y a la vez crecía en él un sentimiento de repugnancia. Pese a eso se lo terminó poniendo, sin entender porqué obedecía tanto a la mujer. 

Kayle miró nuevamente a la pareja. 

--En Targon tendrá todo lo que necesita. Nos vamos ahora mismo. --Como si hubiese estado hipnotizado, Varus la siguió, no sin antes mirar a sus padres adoptivos por última vez. 

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Varus estuvo callado en el avión todo el viaje, que fueron doce horas. No era un récord, siempre fue alguien de pocas palabras. De igual forma, Kayle no animaba mucho una conversación, hasta que el menor decidió preguntar algo. 

-- ¿Qué me pasa? --soltó sin ningún sentimiento--. ¿Qué eres? 

--Soy alguien que exterminará el pecado del mundo, incluyendo el tuyo propio. 

--No me das muchas respuestas. 

--No es mi deber. Las tendrás al llegar a Targon. 

Varus, como cualquier otro adolescente con educación básica, había escuchado hablar de la región. Estaban conectados de una manera espiritual diferente a la de Jonia. No creían en demonios y espíritus, creían en los propios dioses creadores de todo, con tanta variedad como las estrellas.

Al llegar, Kayle lo arrastró hasta que se encontraron con un hombre alto, musculoso y con estilo en una auto. 

--Aspecto del Protector. --dijo Kayle fríamente--. Siempre tan puntual. 

--La belleza es eduación. --Miró a Varus y sonrió tiernamente--. ¿Él es...?

--Sí. 

--Eres un jovencito muy apuesto. --le dijo mirándolo--. Esa piel pálida es muy codiciada en Targon, ¿sabías? Serás la envidia de todos. 

--No... --contestó sin siquiera poder mirarlo más tiempo a los ojos. 

--Realmente no parece tener relación con esas horribles criaturas. -- "¿Quiénes?" se preguntó, mas no dijo nada.

--Pero la tiene, y a mí se me hizo bastante obvio. --miró a Varus, sin ningún desprecio o rencor. Simplemente con una mirada fría, que casi no mostraba ninguna otra emoción. Varus la odiaba. --Solo vamonos. Tenemos cosas por hacer. 

Y entraron al auto. El cielo de Targon era hermoso, con estrellas brillantes que iluminaban todo. Una luz propia que debía envidiar. 

--Esa luz es horrible. Solo debes buscar el silencio. Busca nuestro silencio. 

Llegaron a una gran casa apartada de la ciudad, justo cuando la luz era bastante oscura y el sueño lo estaba matando. Era hermosa, con ventanas azuladas, paredes de marmol y una puerta de roble. 

--Entra. Conocerás a los demás. --dijo Taric abriendo la puerta. 

-- ¿A los demás?--preguntó Varus en voz baja. Kayle asintió.

--No eres el único que está siendo consumido por el pecado original. 

--Kayle, ya hablamos de esto --Taric tenía un tono cansado, dando a entender que de verdad habían tenido esa conversación previamente--. No es un pecado, es solo...

--Una corrupción, lo sé. Pero no tiene diferencia con el pecado y lo sabes en el fondo, Protector. --dijo entrando. Varus no se sorprendió de la elegancia del lugar, pero si lo hizo con las personas que estaban dentro. 

Un chico de cabello largo platinado, con un collar similar al de él, leía un libro sentado al lado de la ventana, solo con la luz de la luna. No apartó la mirada aun cuando Varus y los otros dos entraron. También había un chico de cabello negro, mechón azul y trenza revisando diferentes navajas.

--Cof cof. --fingió toser Taric. Ambos subieron la vista. El primero tenía la ceja arqueada junto con una sonrisa. El segundo lo miraba con recelo.

-- ¿Rhaast? ¿Él es quien...? --dijo el de la trenza, hablando aparentemente solo. 

--Kayn, ya tu Aspecto te ha dicho que no está bien hablar con él. --dijo el de cabello platinado mientras se paraba y se acercaba a Varus y le ofrecía la mano--. Mi nombre es Vladimir. ¿Y tú eres...?

--Varus Lightheart... --Al oír ese nombre, la sonrisa de Vladimir se borró. Miró con desesperación a Kayle y Taric y ellos solo le pidieron que se calmaran--. ¿Algo pasa?

-- ¡¿Tienen a un Darkin con nosotros?! --exigió saber desesperado. Intentó abalanzarse contra Varus, pero fue detenido por Kayle.

--Rhaast me lo advirtió antes. --Kayn se paró--. No entiendo el punto de esto. Quieren alejarnos de la corrupción de esos caídos y nos traen a uno de ellos. ¿Quieren matarnos? 

--No sé de que me hablan. --Varus de inmediato fue cubierto por Taric. Estaba asustado, más que cuando escuchaba esa voz áspera y perversa. 

--No sean descorteses. Varus ya no es lo que era. Nos hemos encargado de eso. El aspecto del Crepusculo y de la Guerra han encontrado una forma de poder vencer a los Darkin sin matarlos. 

-- ¿Lo que... era? --preguntó estando confundido. ¿Por qué le temían? -- ¿Qué es lo que soy? 

--Estoy harto. --dijo Kayn señalando con su navaja--. Llevo meses aquí encerrado cuando debería estar con Zed, entrenando y mejorando. No siendo la rata de laboratorio de dioses falsos. 

--Kayn, ya hablamos de eso. --Kayle chasqueó los dedos, y el brazalete dorado brilló en el momento en que el chico cayó al suelo. Le mandó una mirada de furia--. Controla tus emociones, o el Darkin será el que te controle a ti. 

--Varus. --Taric lo tomó de los hombros--. Tendrás las respuestas que necesitas mañana por la mañana. 

--Las quiero ahora --pidió con voz intranquila--. Me separaron de mis padres, me quieren encerrar con un par de locos que me odian y hay un demonio que dice ser mi hermano detrás de mí. ¿Crees que no merezco siquiera una explicación? Además eso de dioses falsos... ¿Que son ustedes también.

--Traidores a los que mataremos, Varus. --dijo una voz diferente a la que siempre había escuchado.

-- ¿Rhaast...? --murmuró sin saber porqué. 



La seducción del demonio [Aatrox x Varus]Where stories live. Discover now