Zayn. Mi pequeño Zayn. El niño de mis ojos. Te amo tanto, bebé. ¿Qué te he hecho?
Eras tan alegre. Tan feliz. Siempre tenías esa sonrisa tan hermosa en tu cara y tus hermosos ojos miel brillando como estrellas. Mis estrellas personales. Pocas veces te vi triste. Al principio, cuando nos conocimos en aquella fiesta a la que Harry me obligó a ir. No me arrepiento de haberle hecho caso por una vez. Ese día que me diste una hermosa sonrisa y te presentaste, todo tartamudeos y sonrojos. Ahí me di cuenta de que no eras lo que aparentabas. Y tú solo me ayudaste a confirmarlo cuando nos pusimos a hablar durante horas.
Eras tan adorable. Te sonrojabas por todo y tus sonrisas. Dios, tus preciosas sonrisas. No sé exactamente cuando me enamoré de ti. Pero creo que desde ese día sentí algo que nunca antes había sentido. Mientras hablábamos yo intentaba profundizar más en ti, y tú no podías resistencia.
No fue esa noche, pero al poco tiempo me contaste todo sobre tu timidez y tu deseo de conseguir amigos. Yo te aconsejé. Estuve ahí para ti y te ayudé a superar un poco tu timidez consiguiendo a la vez que dejaras de ser lo que no eras. ¡Imagínate mi sorpresa cuando llegué al fondo del todo y te descubrí! Tan inocente. Tan tierno. Tan bonito.
Bebé, te amé tanto y tan rápido. Sin apenas darme cuenta, entre llamadas y mensajes ya había caído completamente por ti. Por tu dulce personalidad que camuflabas intentando parecer rudo. Déjame decirte que eso nunca funcionó conmigo.
El tiempo que pasamos de amigos. O bueno, se supone que éramos amigos. Nunca fui tan cercano a alguien como lo fui contigo. Lo único que deseaba durante todo el día era pode verte. Mi día no estaba completo hasta que te veía.
Un año siendo amigos. Por fin me decidí a dar el gran paso. Confesé mis sentimientos. ¡Cuál fue mi sorpresa al enterarme de que te sentías igual! Ese día me sentí tan dichoso. Tan feliz.
Más lo fui cuando te pedí ser novios y respondiste que si. Nuestro primer beso fue magnífico. Aún lo tengo grabado a fuego en mi mente. Todas nuestras citas. Todavía tengo todas y cada una de tus fotos. Las que te sacaba de sorpresa y me pedías que eliminara y las que nos sacábamos juntos. Nuestro primer 'Te amo'. Ese día fui el hombre más feliz del mundo. Y Dios, el día que por fin pude hacerte mío. Te deseaba tanto, cariño. La sensación de estar en tu interior. Nuestros cuerpos en uno. Tú. Simplemente perfecto debajo de mi. Mi amor, no me arrepiento de nada de lo que hice. Eres mi niño, mi bebé. Hasta ese día.
Me dijiste que por fin ibas a decirle a tus padres. Ya llevábamos más de un año juntos. Yo me mostré reacio, no quería que nos separaran, pero al final me convenciste. Era lo mejor para los dos. Pero mi corazón se rompió cuando te vi llegar llorando. Te pregunté pero no dijiste nada. Sólo me pediste que te hiciera el amor. Y eso fue lo que hice. Nunca podía negarme a ti. Eras mi perdición. Aún lo eres.
Te amé como a ti te gusta. Lento y duro, poniendo todos los sentimientos. Caímos rendidos después de llegar a la cima. Tú te dormiste en seguida, pero yo no. Me quedé pensando por horas y tomé una decisión. No podía separarte de tu familia. Sé cuánto significan ellos para ti. Siempre me has dicho que la familia va antes que nada. Que es lo primero.
Cuando despertaste a la mañana siguiente sólo te pedí que te marcharas. No te di explicaciones. Ni siquiera te miré a los ojos. No me veía capaz de hacerlo si te veía. Escuché como comenzabas a llorar y me suplicabas. Mi corazón se rompió en miles de cachitos. Me dolió tanto, cielo. Fue tan duro tener que hacer eso. Pero en ese momento creía que era lo correcto. Lo hacía por tu bien. O eso pensaba.
Desde entonces no hemos vuelto a hablar. Pero te he visto, cariño. Necesitaba saber si estabas bien. Ahora sé que no. Tu sonrisa ha desaparecido. Ya no ríes ni te sonrojas. Has vuelto a ser el chico que eras cuando te conocí. Aquel Zayn falso que intentaba encajar con los demás. Veo tu mirada triste, perdida, y mi corazón se rompe aún más. Cada día dudo más si lo que hice estuvo bien o cometí el error más grande de mi vida. Cada vez que te veo quiero acercarme a ti y abrazarte fuerte. Tan fuerte que olvides todo y me regales una sonrisa. Porque tus sonrisas eran y son mi razón de vivir. Ahora solo puedo verlas en las fotos, y cada vez noto que estoy más y más alejado de ti.
Sé que si no hago algo pronto te perderé para siempre.