Liam salió apresurado del café. En pocos minutos tenía que entrar a clase y se había distraído metido en sus pensamientos.
No podía dejar de pensar en su hermoso niño. Lo echaba tanto de menos. Pero el daño ya estaba echo. Dudaba mucho que Zayn quisiera volver a hablarle. No después de todo el daño que le hizo.
Lo veía caminar por la calle con la mirada gacha. Ya no sonreía. Y todo por su culpa. Este sentimiento le estaba carcomiendo las entrañas y cada día se sentía peor. Cada vez que veía a Zayn por la calle se escondía, evitando que le viera. No sería capaz de verle a los ojos después de todo el daño que sabía que le había hecho.Iba tan despistado que no se fijó en que alguien iba entrando justo cuando el abrió la puerta, y chocó con esa persona. Los dos cayeron al suelo y todas sus cosas se esparcieron. Liam rápidamente se incorporó y comenzó a recoger sus cosas junto con las del extraño, sin levantar la mirada del suelo.
—Lo siento mucho. Iba distraído y... ¿Zayn? —Liam se quedó callado cuando vio que la persona con la que había chocado era el culpable de su despiste.
—Hola, Liam —dijo el moreno con una sonrisa forzada. Sus ojos sin brillo.
—Zayn... Yo... —Se había quedado sin palabras. Pero tenía que arreglarlo. Era su única oportunidad de remendar su error.
—¿Me dejas pasar? —Entonces se dio cuenta de que se había quedado en medio de la puerta, impidiendo el paso, así que rápidamente se hizo a un lado.
—¿Podemos hablar? —Su corazón latiendo frenéticamente y sus manos sudando mientras le entregaba a Zayn sus pertenencias.
—No tenemos nada de que hablar. Me lo dejaste todo claro aquel día, Liam. Sólo fui un juego para ti, bien, pero no voy a caer en lo mismo. —El tono de Zayn era tan frío que hizo que el corazón de Liam doliera.
Su niño se había vuelto así por su culpa. Lo entendía. No quería que volvieran a romper su corazón y era su forma de protegerse. A Liam ya se lo habían roto una vez y había utilizado el mismo método, hasta que llegó él. Hasta que llegó Zayn.
—Por favor, Zayn. Déjame explicarte. Necesito explicarte. No sabes el peso que llevo encima desde aquella mañana. —Liam suplicó, los ojos brillantes por culpa de las lágrimas y su respiración pesada, esperando por la respuesta de Zayn.
El moreno lo miró fijamente durante unos segundos, sopesando sus posibilidades. Quería decirle que sí. Que le explicara. Necesitaba saber que había pasado. Pero por otro lado no quería escuchar de los labios de Liam que ya no lo amaba. Eso terminaría de romperlo completamente.
Tras darle un vistazo a los hermosos ojos que lo habían enamorado, finalmente asintió con la cabeza.
—Vamos a sentarnos. —Liam caminó detrás de Zayn hasta una mesa algo apartada.
Se sentaron uno en frente del otro y se mantuvieron en silencio hasta que llegó un camarero. Sin dejar hablar a Zayn, Liam pidió un café para los dos, aún acordándose de cual era el favorito del hermoso chico frente a él. Zayn lo miró atravesándolo con la mirada, pero no dijo nada.
Cuando su orden estuvo sobre la mesa, el moreno hizo un gesto a Liam para que empezara a hablar.—Yo... Aquel día que llegaste llorando se me rompió el corazón. No me dijiste que había pasado, pero lo supuso. Después de que te hiciera el amor...
—De que me follaras, querrás decir —interrumpió Zayn, sarcástico.
—Zayn, nunca vuelvas a decir eso. Todas y cada una de las veces que hemos estado juntos te he hecho el amor. Más fuerte o más suave, pero siempre te he hecho el amor. —Zayn puso los ojos en blanco y eso le dolió a Liam. Le dolió mucho, pero siguió hablando—. Esa noche te dormiste en seguida. Estabas agotado. Pero yo me quedé despierto durante horas y me puse a pensar. Siempre me has dicho que la familia es lo más importante. Que es lo primero. Sé que tus padres te habían dicho algo, no sé el que, pero te tuvo que doler para que llegaras llorando. Después de tanto tiempo juntos, sabiendo lo importante que es tu familia para ti, no podía alejarte de ellos. No lo podía permitir. Así que tomé esa decisión. Alejarte de mí para que no tuvieras que elegir entre tu familia y yo.